A TIRO DE PIEDRA: LIBERTAD DE PRENSA

Este 03 de mayo se conmemoró a nivel internacional el Día de la Libertad de Prensa, fecha en la que los y las periodistas debieran festejar los logros alcanzados en el ejercicio de tan edificante oficio; y sin embargo, tanto a nivel nacional como internacional los ataques hacia quienes lo ejercemos son cada vez más constantes, pero no sólo desde el poder, sino desde el gremio mismo.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) difundió este domingo que, por lo menos un periodista, en alguna parte del mundo, es asesinado cada semana, lo que señala lo difícil del entorno en que se ejerce; pero además este año en particular, la campaña emprendida por esa instancia internacional tiene que ver con la calidad del periodismo.

Ciertamente, los ataques contra los periodistas en lugar de frenarse parecen ir en incremento; y no se trata sólo de las agresiones físicas, sino ataques de cibernautas a sus personas, las presiones psicológicas por lo que escriben y la utilización incluso de medios de comunicación y quienes dicen ejercer el oficio, para denostar a quienes se supone son sus compañeros de profesión.

Y es justamente esa idea en la que ahora deseo detenerme, pues a nivel local, ciertamente siguen pendientes de aclararse muchos casos de periodistas, y las interpretaciones de cada caso son sin duda múltiples, desde el caso de Pedro Canché, que acaba de cumplir ocho meses preso, hasta los ataques por parte de “bots” en redes sociales hacia varios más de los colegas que diaria y valientemente se atreven a señalar lo que consideran irregularidades.

En ese sentido, si algo ha faltado en el gremio es solidaridad y acción conjunta, porque quienes tan arteramente han lanzado ataques contra periodistas han sido justamente quienes también dicen serlo; medios de comunicación, electrónicos o escritos, han emprendido campañas contra sus colegas, generando con ello su propio desprestigio, y evidenciando no sólo su financiamiento, sino su poco ético proceder. Los ejemplos de cada caso pueden leerse y escucharse diariamente, el público será siempre el mejor juez.

Por lo anterior, este 03 de mayo no hubo nada para festejar, ni para pretender el reconocimiento social o gubernamental. Es oportunidad ante todo para entender la propia labor, evaluar desde los medios el desempeño de los mismos; entender que no todo el que “pluma” tiene es periodista, ni todo periodista ejerce éticamente el oficio. Ciertamente, la labor de cada cual determinará su futuro en un cambio de régimen, pero no se tratará entonces de cambiar un grupo por otro, sino de dignificar la diaria labor; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

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