A tiro de piedra: Mando único, los avances

Si no tenemos policías, jueces, abogados, fiscales, honestos, valerosos y eficientes; si se rinden al crimen y a la corrupción, están condenando al país a la ignominia más desesperante y atroz

Javier Sicilia

Por Julian Santiesteban

El mando único policial es el proyecto que articula toda la estrategia de seguridad del nuevo titular del ramo en Quintana Roo, Alberto Capella Ibarra, de su concreción dependen las tres etapas que el funcionario y aunque más la mitad de la población –y la más azotada por la criminalidad- puede ya tener tranquilidad sobre los avances en la implementación de las acciones respectivas, en el resto de la entidad el avance va más que lento.

En una atinada actividad de comunicación, Capella Ibarra se reunió este martes con dueños y directores de medios de comunicación de todo Quintana Roo, a quienes explicó lo que hasta ahora han sido los trabajos realizados en la entidad, destacando por ejemplo que, en el reclutamiento de nuevos policías estatales, existe la visión de privilegiar la contratación de los egresados de instituciones de nivel superior lo que cambiará la visión del policía promedio, posibilitando además la formación para los elementos en activo que deseen estudiar y dignificando antes las prestaciones con que contarán en un corto plazo. Pareciera una medida simple, pero modifica de fondo la perspectiva de los elementos de las corporaciones. Ojalá se logre la instrumentación efectiva de la medida.

Ahora bien, hasta ahora los municipios de Cozumel, Isla Mujeres, Benito Juárez y Tulum, han aceptado la instrumentación del mando único y en Puerto Morelos los trabajos avanzan positivamente, pero Capella Ibarra describió como “focos rojos” la negativa de Solidaridad y como “focos amarillos” la situación de la capital Othón P. Blanco; e incluso reconoció que en el resto de los municipios las negociaciones apenas son incipientes. Así, faltarían por definirse los ayuntamientos más pobres del estado: Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos, Lázaro Cárdenas y Bacalar.

Capella Ibarra llegó en septiembre a Quintana Roo y aunque es evidente que mucho es lo que falta por hacer, lo cierto es que ya realizó lo que su antecesor no pudo en dos años, lo inmediato, dijo, es reducir la acción del crimen organizado, reconociendo también los pendientes en los crímenes que más impactan a la población, con un plan que deberá estar operando en plenitud, como máximo en el 2020, año para el cual la tranquilidad deberá haber regresado a Quintana Roo. El plan luce esperanzador, faltará ver la instrumentación.

Por último, vale también una acotación hecha por el funcionario y que en este mismo espacio hemos reiterado: cuando los temas de seguridad son abordados con perspectiva política tienden a pervertirse, siendo el mando único el ejemplo más clarificador, pues la iniciativa tiene más de ocho años sin que pueda concretarse en el país; por ello, dijo, cada vez es mayor la exigencia desde las entidades para que los políticos debatan sobre todo lo que consideren pueda mejorar el país, pero que no tomen la seguridad como moneda de cambio, ojalá a partir del primero de diciembre en que inicia el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se logre, pero se antoja difícil.

COMENTARIO MORBOSO

Por cierto, Capella Ibarra recalcó que no habrá marcha atrás en la depuración de los cuerpos policiacos quintanarroenses, pues consideró que por lo menos el noventa por ciento de los elementos deberán ser sometidos a evaluación y del total, dijo, probablemente se logre rescatar al sesenta por ciento.

El cuarenta por ciento que sea dado de baja, reiteró, deberán encontrar su sustento fuera de las corporaciones, y en plena coincidencia con lo que hemos dicho también en esta columna, Capella Ibarra dijo que lejos de frenar la depuración por el temor a que esos policías corrompidos trabajen para la delincuencia, lanzó un comentario lapidario, pero absolutamente honesto y necesario “ya lo hacen, por eso se van”; y como aquí el escribiente señaló a principios de noviembre, su depuración generará ahorros en la nómina gubernamental y la contratación de elementos “valientes, comprometidos y patriotas”, parafraseando al funcionario. Ojalá así sea, por el bien de todos, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

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