A tiro de piedra: Opb, el colapso que viene

Las promesas son olvidadas por los príncipes,

nunca por el pueblo

Giuseppe Mazzini

La capital de Quintana Roo está en quiebra, las autoridades salientes lo han reconocido y han trasladado a la administración que inicia el primero de octubre, deudas que rondan los mil millones de pesos, pero esa ni siquiera es la peor de las noticias, pues el peor de los anuncios llegó al sureste mexicano junto con el abandono del próximo gobierno federal, porque las participaciones federales de Othón P. Blanco han sido retenidas para cubrir más deudas. Sin duda la víspera del colapso.

El gobernador del estado, Carlos Joaquín González, advirtió que no podrá ayudar a los municipios que le han solicitado ayuda, pues la administración estatal atraviesa también por fuertes problemas financieros; mientras ello ocurre, el gobierno que aun encabeza María Luisa Alcérreca Manzanero fue notificado de que perdió el juicio contra la empresa Avances Lumínicos, la cual instaló lámparas leds en un contrato leonino que, además, no fue cumplido por administraciones pasadas, ante lo cual tiene que pagar 980 millones de pesos.

Además de eso, el ayuntamiento adeuda unos veinte millones de pesos a proveedores, un millón y medio por recoja de basura y varios rubros que se adeudan a la base trabajadora; pero Alcérreca Manzanero –administradora eficiente, sin duda, si no el ayuntamiento hubiera quebrado mucho antes de que asumiera la presidencia interina- ha recalcado que recursos ya no tiene, que las deudas están registradas y forman parte del ejercicio presupuestal y, por tanto, Hernán Pastrana Pastrana deberá asumir dichos adeudos a partir de octubre que inicie su periodo.

Por si no fuera suficiente, las participaciones federales del municipio han sido retenidas en los últimos meses, según reveló la munícipe, pues el ayuntamiento arrastra deudas de administraciones anteriores: una a largo plazo con Banobras por 77 millones 499 mil 999 pesos; otra con el Banco Interacciones por 320 millones de pesos y con esta última institución también existe un crédito a corto plazo por 130 millones de pesos; en suma, las deudas han colapsado al municipio.

¿No le parece aún suficiente el oscuro panorama que le espera desde un inicio a Hernán Pastrana? Bueno, pues la capital de la entidad tiene una carencia total de servicios públicos, no hay camiones recolectores de basura –por eso el adeudo por recoja, se subcontrararon unidades-, el recurso 2018 de bacheo ya fue ejercido y el gobierno federal sigue sin voltear a ver al sur, pues en la reducción impositiva sólo se contempló a las fronteras del norte de México, ¿qué tal?

¿Y entonces cómo inicia la administración de Hernán Pastrana? De entrada colapsada, sin posibilidades de “curvas de aprendizaje”, porque se entra directo a la contingencia, su mayor reto será estabilizar las finanzas y luego lograr liquidez para obra pública, rescatar las participaciones federales y liquidar adeudos ¿cómo lo logrará, si hay abandono federal e incapacidad estatal para ayudar? Sólo él lo sabe, pero de entrada, tiene una plantilla laboral de dos mil 300 trabajadores, cuando el diagnóstico indica que se requieren sólo mil 500 ¿se atreverá a los despidos o no quiere perder popularidad? ¿esperará hasta pasadas las elecciones 2019, le alcanzará el tiempo antes de que las protestas le invadan palacio de gobierno? Las respuestas las sabremos en unas tres semanas.

COMENTARIO MORBOSO

Y a propósito de cierres de administración, esta semana y la que sigue, los once presidentes municipales presentan sus respectivos informes de labores. En el norte, Isla Mujeres y Puerto Morelos destacan por el orden alcanzado a pesar de ser gobiernos de oposición, tanto Juan Carrillo Soberanis como Laura Fernández Piña crecieron ante la adversidad y la consecuencia evidente es que ambos lograron su reelección, el panorama financiero no es tampoco halagador, pero es por mucho diferente a los gobiernos de la zona maya, cuyos presidentes no pierden la oportunidad del autohalago, pero dejan finanzas en quiebra.

El gobierno de Benito Juárez, encabezado hasta fin de mes por Remberto Estrada es uno para olvidar, pues el único y mal recuerdo que deja es el de la creciente inseguridad y los más de 300 ejecutados tan sólo en este año; en Tulum, Romalda Dzul Caamal “pasó de noche”, pero eso sí, deja una nómina engrosada en más de 200 trabajadores, Felipe Carrillo Puerto, Cozumel y Solidaridad tienen alcaldesas que a partir de octubre serán regidoras –a excepción de la solidarense Cristina Torres Gómez, si es integrada al gabinete estatal-; en Lázaro Cárdenas, Emilio Jiménez Ancona será un desconocido más a partir de octubre y Bacalar, ¿existe Bacalar?

Con ese oscuro panorama inician los siguientes gobiernos, y lo peor es que en enero de 2019 inicia el proceso electoral que culminará en junio con la renovación del Congreso local, ojalá los munícipes se dediquen más a la administración y menos a la política, o los que padecerán su ineficiencia serán los de siempre, los ciudadanos; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

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