Aquí, el que parpadea pierde

Existen una gran variedad de negocios dentro del rubro de bienes inmuebles como es la venta de casas, edificios nuevos, la construcción de las mismas para poderlas comercializar; hay otras que se dedican a renovarlas o mejorarlas para posteriormente ponerlos en ventas o rentas.

Pero sobre todo en este último mencionado es uno de los negocios dentro de los bienes inmuebles más castigados cuando se habla a renta de casa habitación y edificio.

Una peculiaridad que la mayoría comparte una vez que son desalojados por los motivos que sea, como vencimiento de contrato o incumpliendo de alguno de los acuerdos; y son desocupados por lo general son entregados a sus dueños todos descuidados, maltratados, y hasta despojados de sus acabados como son los baños y en casos extremos que son removidos los azulejos del piso.

Desde esta óptica se pudiera decir que es una injusticia para otra óptica resulta una justicia divina ya que al menos la mayoría de los renteros nunca quieren meterle mejoras cuando existen desperfectos ocultos y que nunca son reparados o reportados, dejándole la carga económica y sin reembolso al arrendatario.

Pero otro de los lados oscuros que la mayoría de las personas no se dan cuenta de qué manera perjudican no solamente a la ciudadanía, sino a los gobiernos municipales, estatales y federales es en su participación para llevar dinero a las arcas de gobierno, a través del pago de impuestos.

No solamente los ciudadanos, sino también las autoridades se quejan amargamente sobre la evasiones o fugas fiscales que debilitan fuertemente no solamente la economía del país, sino también la del estado y municipales.

Estamos hablando que más del 90 por ciento de los renteros nunca emiten una factura por el concepto de arrendamiento, es decir, que no están dados de alta ante el SAT, omitiendo el pago de impuestos.

Tanto los renteros de casa habitación, así como los dueños de locales comerciales, edificios, y aquellas primeras plazas comerciales que fueron construidas sin ninguna planeación o proyección de las que cumplen las modernas plazas comerciales. Lo mismo sucede con aquellos edificios viejos postrados en lo que se consideran el centro viejo de muchas ciudades que son rentados tampoco emiten facturas por la renta de ellos pues fueron construidas antiguamente como una posible inversión en la que no se requería un permiso por parte de las autoridades para regular normativas de las ubicaciones territoriales locales en las que se ven involucrado un plano o croquis de la ubicación física de vialidades, carreteras o caminos, etc.,  es decir, simplemente se construían con la bendición del compadrazgo político.

Se ha hecho frecuente que a nivel nacional los arrendadores aplican aquello de “vivo de mis rentas”, es decir, no se esfuerzan en trabajar, y aunque eso no sea un pecado, lo cierto es que viven sin rendir cuentas a los gobiernos municipales, estatales y federales con sus obligaciones fiscales en donde todos sus ingresos representa las mieles de sus bolsillos, dejando la carga y recaudación fiscal para unos cuantos contribuyentes haciéndola cada vez más pesado y aumentando el porcentaje de impuestos puesto que en ningún gobierno alcanza con lo poco recaudado.

Hasta el momento las autoridades solo cuidan los pesos pero descuidan los centavos, pero tan solo si tuvieran una mejor óptica de lo mencionado tan solo con la recaudación de impuestos por el concepto de uso de suelo, sería entre tanto centavito en suma total unos cuantos millones de pesos que entrarían directo a las arcas locales, es decir, municipales que podrían ser bien utilizado para obras de drenaje, recarpeteo, mantenimiento de parques, agua potable o infraestructura para para aguas tratadas de riego en áreas verdes, entre otros más.

Una tarea muy difícil, más no imposible para las autoridades locales ya que para poder localizar a los dueños de esas propiedades que son objeto de rentas, es insuficiente el registro de padrón predial porque muchos ni siquiera están registrados y aquellos quienes sí lo están, tienen la descripción de una casa habitación sin uso comercial, pero lo mismo sucede con las plazas antiguas.  (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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