CADA VEZ SE VA PERDIENDO

Es diciembre y la llegada dela Navidadparece eterna para los niños y niñas en espera con ansia a la llegada de Santa Claus o Papá Noel  a quienes se le ha hecho creer que les traerá regalos, sin embargo,la  Navidadha pasado de ser un tiempo de reflexión pero sobre todo ha perdido año con año su esencia religiosa. Son pocos los estados y municipios en donde el valor de apreciar éstas festividades que van enfocada a no perder el valor de la fe y la creencia.

Es definitivo que el toque especial de reflexión y religión es la colocación de un nacimiento, que cada año se ven menos en las familias o en su defecto se van reduciendo de tamaño llegando a poner solamente al Niño Dios, José y María.

Son pocas aquellas familias que llegan a colocar un nacimiento grande tratando de representar cientos de pasajes bíblicos y aquellos de tamaño mediano intentan representar los quince principales: la creación del universo, la creación del hombre, cuando Dios crea a Adán, Caí y Abel, El Arca de Noé, el sacrificio de Isaac, cuando Jesús es salvado de las aguas del Río Nilo, el portal de Belén, la anunciación, la visita a su prima Santa Isabel, cuando van pidiendo posada, cuando van empadronarse, la última cena, cuando Jesús es presentado en el templo, y el nacimiento del Niño Dios.

Costumbre que se empieza a perder con el pasar de las generaciones en donde se inculca más a los hijos que cuando se trata de la llegada dela Navidady las fiestas decembrinas , la llegada de Papá Noel, quien traerá consigo juguetes y regalos para todos restándoles importancia a la llegada del Niño Dios.

Esto tampoco significa que ambos estén peleados pero,  ¿Por qué no inculcar el valor de la fe y la religión entre los miembros de una familia?, o intentar continuar la tradición de nuestros padres o inclusive desde los abuelos que iniciaron con un nacimiento chico que con el trascurrir del tiempo le fueron agregando año tras año nuevos pasajes bíblicos y todo con la intención de inculcar el valor de la unidad familiar y la fe religiosa.

Poca gente siente nostalgia de aquellos nacimientos grandes en donde había quienes incluían lagos artificiales y ríos con agua de verdad. Siempre era visitada aquella casa en donde el nacimiento era motivo de orgullo por su tamaño, motivo en donde se decidía que sería el lugar para hacer la posada, cenar los tamales con su champurrado y chocolate caliente, pero también era ahí el lugar donde se llevaban todos los Niños Dios de las familias para hacer la oración con motivo  de su nacimiento.

Ahora tal parece que esa tradición se va perdiendo con los años al igual que los concursos de nacimientos en donde su competencia desleal ha sido los juegos electrónicos con su gran variedad de videojuegos envolviendo a los niños en un mundo imaginario y de fantasía en el que él es protagonista de una vida de adultos y violencia por que aquellos en los que se usan armas son los que ocupan el primer lugar.

Ya es muy raro escuchar a un niño o niña emocionarse porque van a poner el nacimiento, sino ahora es la importancia del árbol de navidad porque sabe que es ahí donde llegará Santa Claus a dejar los juguetes.

Es bueno que de vez en cuando usamos el papel de padres no tan modernos a tradicionales para mantener viva ésta tradición que sirve para reafirmar la fe y reflexión para la unidad familiar valor que cada vez se pierde entre tanta noticia de violencia motivada precisamente por eso. La pérdida de los valores en el núcleo de nuestra sociedad y que es: La familia. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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