Desafío

*Ricos Piden Limosna
*Secuestros al Vapor
*Llamados Inaudibles

No hay nación en el mundo en donde más se presione a la sociedad civil llamando a un altruismo que se sustenta en dos puntos: la pobreza del colectivo y la generosidad, sobre todo, de quienes menos tienen y sufren en silencio la ausencia de satisfactores; a muchas familias, le basta con ver por televisión cómo viven las millonarias, por lo general torturando a los hombres casi siempre presentados como imbéciles, para sentir, por unas horas, que están en ese ámbito; pero, cuidado, porque en algunos generan esas mismas imágenes tales celos que en busca del alto estatus no dudan en reclutarse con las mafias y no con el ejército que toma las sobras. Perdónenme la injusta apreciación sobre los humildes en busca de otro destino; pero, por desgracia, en cuanto a cooptar a los depauperados siempre llevan la delantera los sicarios.
Es curioso que nuestros multimillonarios compitan con las mayores fortunas del planeta -la caída al segundo lugar, entre los más adinerados del mundo, de Carlos Slim Helú casi propicia una oleada de suicidios entre la masa inerte por el desplazamiento sobre uno de los iconos nacionales-, y, al mismo tiempo, limosneen sin recato tratando de sacarle más y más centavos a quienes no alcanzan a cubrir sus quincenas con suficientes ingresos. Bien sabemos que ésta es una realidad insoslayable. Y, por supuesto, no por otra cosa los secuestros –en auge- se acrecientan los días de pagos. ¿Lo habrán notado los ilustres sabios cibernéticos abovedados en los búnkers que fueron legados del intocable Genaro García Luna?
En cualquier parte, desde los supermercados hasta en los bancos –digamos los de capita español de origen que no desperdician oportunidad-, nos piden aportaciones extras, de un peso o cuanto sea, para becar, estimular la construcción de centros para discapacitados, y una infinita lista de programas de cuyas cuentas nadie se ocupa, ni mucho menos, audita. Digamos que los grandes inversionistas en este país han encontrado una modalidad, por ahora única en el mundo: el “lavado fiscal”. Esto es, a través de su altruismo de opereta, disminuyen sus cargas tributarias porque el Sistema de Administración Tributario (SAT reduc y bonifica los impuestos por actividades destinadas al bien común y ello les viene como anillo al dedo a los grandes consorcios.
No quiero hablar mal del Teletón pero es un buen ejemplo de lo suscrito: más invierte el consorcio privado de televisión más importante de Latinoamérica, en cuanto a horas de transmisión cuya comercialización sería millonaria, que lo que recauda tras varios días seguidos, sin interrupciones, de canciones, historias dolorosas, llantos de conductores y la eterna cursilería machacona con la que encienden a los colectivos a través de las telenovelas. El script está demasiado a la vista. ¿No sería más lógico que el emporio en cuestión donara el costo de sus comerciales durante dos días de diciembre, si de verdad quisiera hacer un servicio a la necesitada población de inválidos? Pero, con ello, sería dudoso que la Secretaría de Hacienda dispensara los impuestos.
Por ello hablo de “lavado fiscal” para explicar la recurrencia del constante limosneo, lo mismo en las calles, a través de campañas interminables, que en los cajeros automáticos de ciertos bancos que casi exigen donar uno o más pesos a los programas de asistencia a universitarios. ¿Y no es ésta una obligación gubernamental, cubierta ya por los tributos que paganos todos? Sólo falta que nos solicite una partida extra de “altruismo” para realizar las obras públicas… mientras se resuelven a legalizar el tráfico y consumo de estupefacientes, tarde o temprano ya lo verán. En el camino, por supuesto, quedarán muchos millones en manos de los cabilderos y los legisladores, como los del PAN, algunos de quienes niegan a devolver un sueldo extra que por error se les dio. Pura moral política en el centro de las hipocresías. Bueno, ni a calderón –minúsculas-, tan tranquilo por las calles de México, se le hubiera ocurrido tamaño desaguisado. ¿Avanzamos?¿En simulaciones?
No sé si a ustedes pero a este columnista le fastidia, y no por miserable aunque tampoco puedo presumir de dar lo que no tengo, el pedimento constante de caridades en todos los sitios, en los templos, en donde dicen que con ello se paga el obligado diezmo a la Iglesia, en las oficinas públicas –donde se reducen los ingresos por rebajas no negociadas para financiar diversos programas de asistencia social como, por ejemplo, las campañas políticas o la manutención de los líderes “sin sueldo” como Andrés Manuel López Obrador –quien nunca rinde cuentas de sus estipendios personales como si nada ganara ni nada gastara-, y en los diversos consorcios, financieros y de comunicaciones, en donde no cesa el paso de botes y charolas con cualquier pretexto.
No dudo que, dada la correosa situación en España, los bancos de este origen y otras empresas afines, nos soliciten una “caridad” para completar los ingresos de los zánganos Borbones que se mantienen en el Palacio de la Zarzuela, en Madrid, sin otro fin que el de llenar del rojo de la vergüenza las páginas rosas de la vanidad. Los menesterosos monarcas quedarán muy agradecidos y quizá hasta nos “honren” con varias “visitas de Estado” por los hoteles de Gran Turismo y las suites más lujosas del mundo en la Rivera Maya. Bien se dice que nadie sabe para quien trabaja. En este caso, sí conocemos a los destinatarios reales de la farsa del altruismo de la mano con el “lavado fiscal”.
Debate
Mientras en los bancos, en las calles y en todos los sitios se colecta, entre los más necesitados, la “caridad” que organizan las multinacionales con mayor liquidez –uno de los grandes absurdos de nuestra era-, los secuestros van en aumento, otra vez, como si con ello un sector político tratara de amedrentar al presidente Peña Nieto o al jefe del gobierno defeño, Miguel Ángel Mancera Espinosa. Es obvio que detrás de una mafia siempre se encontrará un vínculo de la alta política así como muy atrás de una mujer dedicada a las funciones públicas habrá un hombre minimizado y peligrosamente marginado. ¿Habrá alguien que se anime a analizar el fenómeno?
Este columnista lo hizo con motivo de su libro “Ciudad Juárez” –Océano, 2005; sigo cumpliendo con señalar a la casa editora a pesar del litigio legal que sostengo contra ella en un intento de salvaguardar mi dignidad de mexicano-, al observar que el cambio de rol entre mujeres y hombres –ellas eran quienes gozaban de los contratos de las maquiladoras mientras ellos permanecían en sus hogares hasta cuando sus esposas se iban de juerga por su cuenta-, podría haber sido una de las evidentes causas de los feminicidios, además de asesinatos seriales y de la “inteligente” actitud de las autoridades penitenciarias de los Estados Unidos que se dieron a la tarea de reunir en El Paso, Texas, conurbación de la urbe estigmatizada, a más de setecientos reos, de alta peligrosidad, que fueron consignados, precisamente, por abusos sexuales. Les bastaba pagar un “quarter” –veinticinco centavos de dólar- para irse a divertirse a los antros continuadores del quemado Noa-Noa donde surgió el fenómeno gay con Juan Gabriel al frente.
¿No son suficientes con estos hechos para entender que de no atacarse la conflictiva social será imposible reducir los crímenes más aviesos y recurrentes, como el del secuestro, una experiencia atroz para quienes lo sufren?
La Anécdota
Eduardo García Valseca, hijo del célebre Coronel fundador de la Cadena cuyo nombre se ha cambiado por OEM, fue secuestrado, en San Miguel de Allende, en 2007. Permaneció siete meses en un cajón con dos agujeros para recibir y desechar los alimentos. Dos veces fue tiroteado en las piernas para presionarlo; y pagó un rescate millonario bajo presión de los operadores de la unidad especializada en este renglón.
Cuando salió de la ratonera –muchos no lo logran- describió a sus captores, los señaló como miembros del EPR y dijo que su acento era “como centroamericano” y con modales de personajes muy ricos; sus dirigentes llegaban en coches de lujo y distribuían comida “gourmet” y vinos de las mejores añadas. Eduardo lo dijo, también, tras el secuestro del silencioso Diego Fernández de Cevallos:
–¡Son los mismos!¿Por qué no actúa el gobierno?
Eduardo ya enterró a su esposa, Jayne, norteamericana, por el recrudecimiento del cáncer como consecuencia del hecho. México parece haber sepultado a la justicia.
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E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com
YA BASTA DE TANTOS ENGAÑOS Y SIMULACIONES. ¿CUÁNTAS VECES SE NOS HA OFRECIDO EL CAMBIO Y NOS HEMOS QUEDADO EN PACTOS DILUIDOS?¿Y CUÁNTAS SE NOS HA PROMETIDO JUSTICIA Y TODO QUEDA EN LOS ESCÁNDALOS CONTRA UNA LÍDER SINDICAL Y DOS GOBERNADORES, UNO YA PRESO? LOS “INTOCABLES”, SEÑOR PEÑA NIETO, ESTÁN POR DOQUIER AUNQUE USTED SE NIEGUE O SE RESISTA A VERLOS…Y HASTA COMPARTE EL PAN –LITERALMENTE- Y LA SAL CON ELLOS.

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