Desafío

*Todos han Fallado

*Inversión Telmex

*La Lista de Ricos

La frustración no es apocalíptica ni derivada del desprestigio personal de algunos de los dirigentes partidistas; tampoco eludimos el factor humano por el cual es menester considerar que todos somos candidatos a cometer errores e incluso a tener debilidades en contraposición a cuantos hemos hablado de nuestras virtudes, sobre todo dentro de la clase política acostumbrada a vendernos imágenes de impolutos quienes, al paso de los años, se convierten en personajes propios de cintas de terror o de comedia, como en el caso del célebre “Basuritas”, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, cuyo volumen es paralelo a su procacidad y descontrol mental. ¿Cómo es posible que ente así hubiese ocupado la presidencia del PRI en el Distrito Federal? Y lo peor: podemos ver más hacia arriba.

No son equivocaciones superficiales de las que hablamos sino de un ciclo en el cual la tradición va aderezada con la corrupción, la traición –tan propia de los tránsfugas o de quienes se convierten en parte de los que por ellos fueron perseguidos-, y la manipulación del colectivo. Tres elementos fijos en el andar de la nueva hornada de servidores públicos, electos o no –el ahora detenido Jesús Reyna García, de Michoacán, fue gobernador interino durante un semestre sin haber sido votado y sin violar ninguno de los ordenamientos al respecto-, siempre dispuestos para la consigna y reticentes a los llamados populares que exigen cuentas y no palabrerías ni adjetivaciones; simplemente, respuestas. Pero éstas no llegan por el entramado de complicidades que se eleva por encima de las declaraciones de principios de cada instituto -¿alguno de ustedes, amables lectores, las ha leído?-, y por una elemental correlación con la conciencia.

Fallaron el PAN, el PRD y el PRI en Michoacán. Lo mismo el señor calderón, y su hermana Luisa María, oriundos de la entidad, quienes dejaron pasar a los mafiosos acaso para incriminar a algunos perredistas situados en las alcaldías y el gobierno estatal; fue el célebre “michoacanazo” que, desde luego, no destrabó el entramado. También defraudaron a sus gobernantes los ex mandatarios Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy Rangel, más el segundo, ante la evidente tolerancia con la que observaron la crecida de los subversivos “mesiánicos” conectados, en principio, con las redes del narcotráfico y después fundadores de nuevos y extendidos “cárteles”.

Y, bueno, el PRI está desquiciado ante el fenómeno. No tiene importancia la edad del gobernador, Fausto Vallejo Figueroa, sino su evidente decrepitud mental que se evidencia a cada momento. Lamentable, porque en su arranque hasta el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano nos confió que “no veía con malos ojos” a Fausto por haber sido un cardenista de toda la vida aunque las militancias los separaran circunstancialmente. No puede escudarse en su enfermedad dado que él dijo retornar a la gubernatura en excelente estado –lo que no es verdad-, y además había dejado como interino al hombre de su mayor confianza, Reyna García, quien sigue siendo señalado por la Procuraduría General como un elemento asido a los llamados “Caballeros Templarios”, al conocido Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, y a quienes le acompañan, entre ellos Julio César Godoy Toscano, medio hermano del ex gobernador Leonel, quien asumió la diputación federal, en la anterior Legislatura, con el cobijo de la Comisión de Honor y Justicia encabezada entonces por Rubén Moreira Valdés, actual mandatario de Coahuila. El revoltijo, creo, sólo podemos comprenderlo, a cabalidad, los mexicanos.

Para este columnista, el caso de Godoy Toscano es clave para conocer la capacidad de maniobra de los “Templarios” quienes debieran mejor dedicarse a corroborar si el Santo Grial está en Valencia o en León, como se ha mencionado a últimas fechas en los cotidianos españoles siempre ávidos de agregar columnas a sus atractivos turísticos y más ahora cuando los euros no entran por otras vías. Desesperados, los ibéricos comienzan a emigrar a los territorios americanos que consideran suyos, “por derecho” –la torpe insistencia de la conquista que no fue sino una derrota de los pueblos de Mesoamérica y no de México o el rico Perú de los Incas-, sin medir que nuestro país salvó, literalmente, a miles de republicanos perseguidos por la tiranía franquista, una de las más sangrientas que ha conocido la historia, equivalente incluso a la de Stalin en la Unión Soviética o, antes, la de los zares de la “madre Rusia”.

No es cuestión de inercia o decepción; más bien se trata de una deplorable formación que impulsa a los políticos mexicanos a visualizar sus futuros siguiendo la máxima del extinto profesor de Santiago Tianquistenco, Carlos Hank González:

–Político pobre…es un pobre político.

O esta otra, surgida de la equilibrada mente de otro fallecido ideólogo del priísmo, el neoleonés Alfonso Martínez Domínguez:

–En esto (de la vida pública), debemos ser honrados; pero no tan, tan honrados que no podamos defendernos, pagando una página en los periódicos, de cuantos nos acusen por ladrones.

Con esta filosofía se labró el viejo PRI y, por ello, los pocos que se negaron a seguir las reglas –tengo a orgullo que entre ellos situamos a mi padre, ex gobernador de Yucatán-, fueron perseguidos, retirados o asesinados por el “establishment”. Por eso me dio asco, así como suena, volver a contemplar la imagen de Andrés Manuel López Obrador entrando al Senado de la República, mientras guiaba a la gran y admirada escritora Elenita Poniatowska –al parecer también olvidadiza-, con manuel bartlett, el mayor represor de las izquierdas, asido a su brazo izquierdo y sonriendo, para sus adentros, ante el nivel de execrable simulación alcanzada con todas las bendiciones de los desconocedores de los episodios no tan lejanos de la vida institucional. Una inmundicia. ¡Maldita sea la amnesia colectiva!

Pero, no es todo. Al caso de Oceanografía, la naviera en la que se embarcaron foxistas y calderonistas relucientes, se suman otros fraudes contra PEMEX, demostrándose así que el desmantelamiento de la empresa guió los propósitos privatizadores de quienes la dirigieron en los últimos dieciocho años. El plan era muy sencillo: depauperarla, dejándola sin mantenimientos indispensables, deteriorando sus equipos, hasta que no hubiese más remedio que “inyectarle” capital privado y limpiarse el camino hacia la derrota de la soberanía nacional –un concepto que caduca, por desgracia, en manos de la derecha aún muy influyente en el Congreso, y no hablo sólo de los anistas herederos de los conservadores aquellos que nos arrojaron al imperio de los Habsburgo sin poder vencer al inmenso Juárez-.

¿Y qué decir de los desfalcos ahora evidenciados sobre la construcción de la Línea 12 del Metro en la ciudad de México, a causa de los apresuramientos proselitistas de Marcelo Ebrard Casaubón, “el carnalito”, con una herencia nefasta para su sucesor o acaso una trampa para que en ella anclara Miguel Ángel Mancera Espinosa, revirtiéndosele? Una vergüenza mayúscula, indigna, denigrante. ¿Por qué tantas tomaduras de pelo? Lo mismo con el segundo piso sobre el Periférico, indispensable por supuesto, pero construido con escaso cuidado y sin los cálculos necesarios para evitar su temprano deterioro, ahora evidente. Pero con ello, la candidatura presidencial de López Obrador quedó asegurada… y lo mismo intentó Ebrard cayendo en la ratonera más profunda.

Finalmente, sobre el PRI, ¿qué más se puede decir además del programa para construir un espléndido “sexódromo” entre la casa presidencial hasta el Lago Mayor de Chapultepec para ganarle así la carrera a Brasil en este renglón? No podemos permitir perder el liderazgo latinoamericano en la especialidad que con tanto ahínco se disputan Cuba, con apego a la clandestinidad que es el elemento sustantivo de su martirologio, y la nación amazónica.

Todos nos han fallado, algunos sin necesidad de llegar al poder presidencial si bien arrastrando lastres como los señalados. ¿Debemos, entonces, apostar por la anarquía como estimaban los hermanos Flores Magón en el contexto revolucionario de principios del siglo pasado? No creo en esta solución; pero, cuando menos, no perdamos de vista a los actores de la vida institucional para evitar, siquiera, que sigan jugando con el dedo en el atole.

Debate

Bueno, Telmex y Carlos Slim Helú, quien retrocedió al segundo lugar en la lista de los supramillonarios del planeta, con una fortuna calculada en setenta y dos mil millones de dólares –multiplicándola por dos casi alcanzaría a las reservas internacionales del país que han crecido últimamente hasta situarse en 183 mil millones de dólares-, sabe defenderse y con cintillos en los diarios a manera de látigos contra las espaldas desnudas. Insiste, entre otras cosas, que Telmex y Telcel “han invertido 45 mil millones de dólares” –equivalentes a un setenta por ciento de sus haberes aproximadamente-, con el propósito de mejorar el servicio de telefonía a sus clientes. No dice, claro, que las tarifas por llamadas desde celulares mexicanos es tres veces mayor a las del poderoso vecino norteño y por allí andan las realizadas por teléfonos fijos.

Y sigue: ahora defiende a Infinitum, su empresa especializada en Internet, considerando que en 2002 tenía “sólo” el 28 por ciento del mercado y ahora ha crecido, “gracias a importantes inversiones”, ciento treinta veces nada menos, algo inalcanzable no digamos para un mexicano común sino para cualquier otro empresario de alto rango. ¿Sólo cuenta el talento o son indispensables los contactos de altísimo nivel? Apliquemos la lógica desde la manera cómo se adquirió, precisamente, Telmex con el padrinazgo d carlos salinas de gortari.

Y por allí deambula, con la misma tónica, Germán Larrea Mota-Velasco, presidente ejecutivo del “Grupo México”, relevante matador de mineros, que adquiri9ó Ferromex, gracias a concesiones soterradas, y ahora se publicita en Los Pinos como una entidad modelo, capaz incluso de hacer circular al “Vagón de la Salud”, con médicos dotados de equipos relevantes, para atender a los pueblos que antes eran estaciones claves para el servicio ferroviario y ahora están abandonadas. ¡Puro altruismo en el país de las medias verdades que son sólo mentiras enteras!

La Anécdota

Es por demás curioso que, a través de los años, la célebre lista de multimillonarios de Forbes no incluya a ninguno de los políticos mexicanos de relieve –tan sólo a los herederos de Hank González-, ni a un solo ex mandatario de quienes no pueden ocultar, como decía Diego Fernández de Cevallos, “el oro” –no el loro, señores correctores-. A cambio de ello llegó a incluir en la relatoría a “El Chapo” Guzmán.

Ante la omisión, nos permitimos elaborar una primera lista, en borrador, de los diez políticos más ricos del país:

1.- ernesto zedillo ponce de león.

2.- carlos salinas de gortari.

3.- felipe calderón hinojosa.

4.- arturo montiel rojas.

5.- vicente fox quesada.

Y aquí la dejamos por el momento mientras limpiamos las cifras sobre sus capitales.

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Web: www.rafael-loretdemola.mx

E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com

QUE NO NOS ASFIXIEN LOS RENCORES SOCIALES; PERO APRENDAMOS A APLICAR LA PEOR DE LAS SANCIONES: EL DESPRECIO. NO LE HAGAMOS EL JUEGO AL EGO DE LOS GRANDES PREDADORES EXALTÁNDOLOS CUANDO NOS LOS ENCONTREMOS EN EL CAMINO. ESTE COLUMNISTA SE PRECIA DE HABER ENCARADO, CON ÉXITO Y EN LOS MESES RECIENTES, A LOS DEPLORABLES manuel bartlett Y raúl salinas de gortari, QUIENES SALIERON CON LA COLA ENTRE LAS PIERNAS DE LA “PLAZA MÉXICO”. GRITÉ Y FUERTE. QUIZÁ POR LA EDAD, CUANDO HEMOS HECHO LO SUFICIENTE PARA NO TEMER LA PARTIDA INEVITABLE, NO ME TEMBLÓ LA VOZ. OJALÁ, SIN VANIDADES DE NINGUNA ESPECIE, QUE SIGAMOS HACIÉNDOLO… PERO NO DEJEMOS SOLOS A CUANTOS SE ATREVAN.

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