Desafío

*Éxodos y Despidos
*En Estado de Sitio
*De Cara al Abismo
Por Rafael Loret de Mola

Miles de mexicanos están en condición de migrantes, mudándose hacia regiones menos convulsas, esto es de entidades sitiadas, como Michoacán y Guerrero, hasta otras en donde puedan encontrar oportunidades sin necesidad de solicitarles permisos a las mafias en crecida. Es una pena, un drama inacabable como consecuencia del aparatoso “boom” del narcotráfico durante el nefasto régimen de felipe calderón –minúsculas- quien se da el lujo de recibir homenajes, en España y Haití, en donde sus clanes bonifican así los intereses corporativos que protegieron el lapso entre 2006 y 2012.
Pero eso no es, desde luego, lo peor: más aterra la actitud del presidente Enrique Peña Nieto, más desde su salida del Hospital Militar en donde compartió espacios con el general Jesús Gutiérrez Rebollo, el antiguo zar antidrogas con cáncer terminal, sin libertad desde 1997, hace dieciséis años. Un extremo y otro en la escala de valores del sistema: por un lado, la voluntad suprema; por el otro, la degradación de una figura estratégica como símbolo de las infiltraciones de las bandas criminales en la estructura de gobierno y, de paso, de la impunidad sobre determinados personajes, digamos el deplorable general Enrique Cervantes Aguirre quien, como secretario de la Defensa bajo el gobierno de Ernesto Zedillo, modificó las reglas entre los cárteles y disparó a éstos hacia una perspectiva de violencia atroz que no cesa.
Cuando se escriba la historias final de los sexenios precedentes, digamos desde el de Zedillo hasta la actualidad, habrán de concatenarse los mandatos a favor de priístas por los encabezados por panista. En 2000, no lo olvidemos, la transición hacia el PAN y la ultra derecha, con un Vicente Fox desbordado al grado de sentirse superior a su partido de lanzamiento en cuanto a convocatoria, se dio tersamente porque así lo habilitó el doctor Zedillo, siempre protegido por los cuatro costados, sin ningún apego nacionalista y observando a México como una empresa en donde debían “sanearse” los mandos, siguiendo los consejos de los competidores ávidos de fusionarla, hasta consumar una alternancia sin sacudimientos, ni siquiera entre las fuerzas armadas que exhibieron sus componendas al silenciar un hecho incontrovertible: lo que para ellos fue llamada “reacción”, ahora se convertía en acción en la Presidencia. Esto es, un retroceso del tamaño de una traición.
Y en 2012, al consumarse el retorno del PRI a la residencia oficial de Los Pinos, la llegada de Enrique Peña, luego de ocho meses y medio de labor, no ha tenido el signo de una transformación de fondo sino, por desgracia, el de una continuidad ominosa, contraria a sus proclamas de campaña. ¿Cómo es que se inclinó por mantener intactas las estrategias del anterior régimen respecto a los enfrentamientos de las mafias? Peor aún: centró en Michoacán el ojo de la tormenta, dejando libres espacios tan trascendentes como los del norte en donde los narcos y pre-terroristas se mueven igual a los peces en el agua. No importa si la entrega del célebre “Z40”, Miguel Ángel Treviño Morales, fue concertada o no; lo importante es que no disminuye el flujo de estupefacientes hacia un mercado, el estadounidense, en donde los “padrinos” se imponen y el presidente Barack Obama danza al ritmo de éstos desde la vulnerable Casa Blanca. ¿O es mera casualidad?
Hace unos días conversé con Don Manuel Jiménez Guzmán, Soberano Gran Comendador del masónico rito escocés para los Estados Unidos Mexicanos, y él me dijo, en su Consistorio, que Tanto Carlos Salinas, como Luis Donaldo Colosio y Ernesto Zedillo, fueron o son masones, desmintiendo la versión de una conjura contra el segundo con la participación de un cónclave secreto de la masonería:
–Tres días antes de la muerte de Colosio –cuya esfinge guarda Jiménez Guzmán sobre el escritorio que perteneció a Juárez-, realizamos un acto, con más de diez mil masones, en donde el candidato, masón ya, fue el único orador porque así lo quisimos; en su discurso expresó: “Mi presidencia será juarista, como lo es mi formación…” Esto es, confirmó su vocación.
Pero, rebuscando, encontramos un hilo conductor de la historia: tanto Juárez como el enajenado barbado de Miramar, fueron masones y pertenecieron al rito escocés, el mismo que encabeza en México, hoy en día, Jiménez Guzmán, hijo y sobrino de sendos alcaldes de Tampico por cierto, quien explicó el hecho del fusilamiento de Maximiliano así:
–Víctor Hugo, el gran literato, clamó desde Francia por la vida del Habsburgo; y el Benemérito le respondió que al pisotear la libertad y la soberanía de una nación, Maximiliano había perdido, per se, su condición de masón y debía caer sobre él todo el rigor de la justicia, de la verdadera justicia.
¿Y si aplicamos esta máxima a la administración de Zedillo, durante la cual, perdimos soberanía y dirección al grado de posibilitar el desarrollo del flagelo del narcotráfico y del neoliberalismo, mal llamado social, cabría entonces la expulsión de este personaje no sólo de la masonería sino de las páginas de una historia trucada, falsa, en las que aparece como una suerte de redentor de la democracia… por haber perdido? Máxime que entregó, repito, el poder a los viejos conservadores, herederos del episodio vergonzoso de París y Miramar, a costa de negociar privilegios inconfesables para los grandes cárteles, incluyendo a los mandos del ejército contaminados –por eso se confía ahora más en la marina sin percibir igualmente sus infiltraciones-, con tal de cubrirse, sólo él, las espaldas.
¿Y qué decir de Fox quien se pavonea considerándose “mejor presidente” que Juárez?¿Tal no es siquiera motivo de un desagravio nacional para salvaguardar la imagen del mayor de los mexicanos? De estar vivo Don Benito, seguramente Fox habría corrido el camino hacia el Cerro de las Campanas antes de convertirse en empresario marihuanero con grandes nexos en el norte del continente. Porque, como el tuerto Max, afrentó la soberanía nacional, entregándole jirones de la misma a los corporativos del extranjero, y consumando su traición a la democracia de la manera más vil: precisamente destrozando toda posibilidad de que la izquierda llegara al poder como mandaba la voluntad de la mayor parte de los empadronados que ejercieron su derecho al voto en 2006.
Si Juárez no perdonó a Maximiliano, ni siquiera desde la hermandad masónica, ¿por qué el señor Peña Nieto no permite a la Procuraduría General de la República que haga indagaciones sobre los desvíos, económicos y sociales, de los regímenes de Fox y calderón –minúsculas-? Peña, sin ser masón como confirmó Jiménez Guzmán aunque reconoció a éste como un baluarte del liberalismo de acuerdo a sus palabras, se ha rendido al continuismo de la derecha de modo que no hay diferencia alguna con el entreguismo de Zedillo y el consiguiente empobrecimiento de los mexicanos: perdimos, todos, el doce por ciento de nuestros ingresos sólo durante el paso devastador de felipe –minúsculas-, quien, disimulando, se alejó de Fox para vindicar así la segunda alternancia. Un juego a doble o triple banda.
Todo cuanto vivimos hoy tiene asiento, por supuesto, en esta secuela de hechos abominables. Y lo sabe el señor Peña Nieto, más allá de las enfermedades que lo aquejan como ya ha sucedido a varios mandatarios sudamericanos –Cuba, Venezuela, Brasil, Colombia, Paraguay, Argentina, etcétera-, sin que exista una indagatoria supranacional sobre los posibles hilos conductores para establecer si los males son fortuitos y aislados, esto es sin relación unos con otros, o frutos de una misma inclinación por el espionaje contra los estados ajenos desde los búnkers del Pentágono. ¿Tampoco esta trama es motivo de preocupación entre la clase política de una nación avasallada y silenciada?
Mientras resolvemos el fondo, la realidad atenacea: los militares no pueden contra las mafias, ni siquiera respecto a los elementos de “autodefensa” de las comunidades abandonadas a su suerte; y el presidente Peña, a medio gas todavía, sigue maniatado por los poderes fácticos a los que prometió enfrentar en la ceremonia de su investidura. ¿Quién le detuvo?¿Por qué? Son preguntas que, con los datos expuestos, pueden responderse ya.
Debate
Está claro que, cuando menos, media docena de entidades del país están en fase de ingobernabilidad por la soterrada guerra entre mafias, Michoacán y Guerrero, entre ellas, pero también las fronterizas y otras más con extensas zonas en donde “ni el ejército” se atreve a entrar como signo de su tremenda vulnerabilidad ante el enemigo emboscado con mayor capacidad de fuego y bastante mejor pertrechado aunque nos digan lo contrario.
Lo peor es que el gobierno de la República no reacciona, sea por la parálisis del presidente Peña Nieto o acaso como efecto de las presiones sobre las llamadas fuerzas armadas severamente minadas. Tras los primeros asaltos, los narcos y pre-terroristas van a la cabeza en la casa de las apuestas sobre el destino del país. Menos mal que, en otras regiones, al parecer, se ha apaciguado el fuego, acaso por las negociaciones soterradas, que han resultado bastante más felices que los saldos negativos de la violencia institucionalizada. Cuando menos, eso parece a vuelo de pájaro.
En lugar de intentar atajar el fenómeno de las mafias creando fuentes de empleo y rescatando a los más pobres de su postración –es tanta que son cooptados por los sicarios del mal-, se recrudece la tendencia empobrecedora, con decenas de miles de despidos desde los grandes corporativos de la comunicación, Televisa y TV Azteca claro, aunados a compañías como Peñoles, de Alberto Bailleres, con mineros mandados a suicidarse en condiciones infrahumanas.
¿Son éstas sólo casualidades?
La Anécdota
En fin, circula ya “Despeñadero” sobrellevando mil obstáculos. A las editoriales con capital extranjero, específicamente español o estadounidense, que obedecen a su maridaje con el gobierno, se suman ahora algunos centros de venta igualmente atemorizados.
Pero, eso sí, nadie puede con la fuerza de la verdad. Y ésta, en cuanto a su expresión más crítica, se refleja en la independencia de los autores mexicanos que no están dispuestos a ceder a las amenazas, golpes bajos, espionajes y complicidades. Siempre he dicho que a los autores, escritores y periodistas, los sostiene su autoridad moral: cuando ésta se pierde, de verdad, no puede recuperarse la confianza. De allí el propósito de descalificar con argumentos falsos, baladíes, a los señalamientos que no admiten réplica. Mientras no me dejen solo mis lectores, seguiré alzando la voz.
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E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com
EL BUEN ARRANQUE DE “DESPEÑADERO” SE DIO NO SIN COSTOS PERSONALES ALTÍSIMOS. NOS SOBREPONDREMOS. LA OBRA NACIÓ Y ESTÁ CIRCULANDO PESE A TODA SUERTE DE CHANTAJES E INTENTOS DE EXTORSIÓN, PLENAMENTE DOCUMENTADOS. AHORA SIGUE LA RESISTENCIA. EL SÓLO PLANTEAMIENTO REVELA QUE LA LIBRE EXPRESIÓN ES TAN VULNERABLE COMO ALGUNOS GOBERNADORES EN ESTADO DE SITIO. POR CIERTO SI QUIEREN ADQUIRIR “DSPEÑADERO” LES BASTA CON ENTRAR A LA WEB: www.rafael-loretdemola.mx Y ACCEDER A SUS VERSIONES DIGITAL O IMPRESA. GRACIAS POR SU CONFIANZA.

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