Desafío

*Como los Cangrejos
*La Recoja de Basura
*“Petición” de Pablo
Por Rafael Loret de Mola

A la memoria de Conrado de la Cruz Jiménez y Conrado de la Cruz Morales,
quienes jamás pudieron ver el sol de
la justicia.
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Con las reservas monetarias aumentando, ya se sitúan alrededor de los 170 mil millones de dólares, y un soterrado masivo de despidos desde los consorcios más cercanos al régimen actual, Agustín Carstens Carstens, el hombre de los “catarritos” incurables, anuncia la disminución sensible de los pronósticos sobre el crecimiento; ahora habla de “intervalos”, uno de 3 a cuatro por ciento de desarrollo y otro entre dos y tres puntos porcentuales. Casi un desastre si consideramos que el motor que mueve nuestra economía cada vez más está en manos de inversionistas foráneos, de Estados Unidos y España sobre todo, en plena etapa de expansión o reconquista según sea el caso, pese a la mala imagen de nuestro país… o gracias a ella.
El fenómeno lo hemos analizado desde tiempo atrás: a México se le sitúa en la franja diaria de los noticiarios del llamado “primer mundo” sobre la violencia extrema, esto es a la par con Afganistán, Medio Oriente y encima de Colombia, desplazada por los narcos mexicanos; pese a ello, el tufo de temor es alentado por el síndrome de la ambición desmedida que lleva a adquirir, a precios de oferta, empresas de valor estratégico, específicamente en el área de los energéticos –aunque la reforma comience a cocinarse aún-, de las telecomunicaciones y la información. Otrora, en los tiempos de la posrevolución, se insistía en mantener barreras para evitar quebrantos a nuestro país en materia de rectorías; ahora, según los indicios, se les alienta.
La fórmula es muy sencilla: si se mantiene el fragor de la violencia, los inversionistas del exterior fijarán los precios, siempre a la baja, considerando con ello que “ayudan” a nuestro país a levantarse; pero no es así, en realidad, las plusvalías se elevan rápidamente y el gobierno es obligado a vender, como en el inminente caso de PEMEX, lo que antes protegía con el propósito de mantener nuestra soberanía. Acaso, el primer paso contra la vieja teoría lo dio Carlos Salinas al colocar una paraestatal, saneada y productiva, en la gran oferta sólo destinada a los grandes socios del establishment; fue así como el poderoso Carlos Slim Helú logró comprar Telmex sin necesidad de ganar concurso alguno –fue amañado-, y con el aval del salinato que, además, impulsó la creación de una nueva cadena de televisión, TV Azteca, cuyo accionista principal, Ricardo Salinas Pliego, recibió un portafolio cargado de diez millones de dólares, enviado por Raúl Salinas de Gortari –ahora el gran exonerado contra la inteligencia de los mexicanos-, para hacer funcionar la nueva televisora. Luego, años más tarde, los aliados de Fox harían algo similar para justificar la invasión del Cerro del Chiquihuite del cual fue expulsado el Canal 22 con todo y su dueño, Javier Moreno Valle, emparentado con el actual gobernador de Puebla –presidenciable aunque no lo diga-, por parte de fuerzas privadas de seguridad, financiados por Tv Azteca, que impusieron su ley y dejaron fuera del circuito hasta a los abogados de la contraparte. Todo un círculo de complicidades.
El hecho es que, con tales antecedentes, nada puede asombrarnos. Las facturas se pagan por debajo del agua y sin que la llamada opinión pública tenga alguna vela en el entierro. Por ello, igualmente, Carstens, antiguo secretario de Hacienda en el régimen de Felipe Calderón –esto es, exactamente tres años desde diciembre de 2006 al mismo mes de 2009-, juega la pelota en su cancha y le da mil formas al esférico, como cuando, el pasado 2 de julio anunció, de manera pública y sin desmentidos de por medio, que las reseras monetarias mermaban en seis mil millones de dólares –más de lo que costó la inversión en lingotes de oro, cuatro mil millones de dólares, resguardados en Fort Knox, Kentucky-, como efecto del “flujo de capitales”, hacia el exterior naturalmente, para luego quedarn ein silencio y sin que su aviso repercutiera en los indicadores respectivos. Los seis mil millones de dólares se esfumaron y reaparecieron como si hubiese entrado en escena el célebre mago y alquimista David Copperfield –su nombre, como todos saben, fue tomado de una novela de Charles Dickens como parte de su estrategia mercadotécnica-.
Esto es: se fugan capitales, el desempleo aumenta –todo ello en el mayor de los silencios como cuanto deriva de la enfermedad del presidente Peña Nieto-, los consorcios del exterior apuntalan posiciones en México, las inversiones no llegan sino sólo se anuncian –mil cuatrocientos millones de pesos le serán dados a la industria aeroespacial, tan estratégica para los pueblos satelitales-, y la violencia no cede un ápice mientras el ejército se queja por sus elementos retenidos en Michoacán y la marina aplaude al primero por rescatar a los marinos a muchos kilómetros de las costas. Todo México es mar territorial. La Atlántida, nada menos.
Todo ello conforma, querámoslo o no, un cóctel bastante explosivo. Porque, sin duda, la economía, más o menos equilibrada, ha sido el único, verdadero bastión de la estabilidad nacional, incluso en el renglón político en donde sendas alternancias –en 2000 y 2012-, no hicieron sino asegurar la continuidad en la materia, o el continuismo de Estado, siguiendo las reglas del Fondo Monetario Internacional. Una rectoría perdida, por supuesto. ¿Por qué habríamos de alterarnos ahora cuando las señales indican la llegada de los huracanes desde Europa? Una y otra vez, hemos caído en el pantano de los financiamientos que después nos sojuzgan; y, con frecuencia, las crisis tienen en la cúspide a los mismos padrinos que aumentan capitales a costa de la depauperación general. No es nada que no sepamos, aunque nos indigne atestiguar las nuevas versiones, corregidas y aumentadas, de la vil especulación.
Además, el gobernador del Banco de México, Carstens claro está, “prevé” una caída del Producto Interno Bruto entre dos y tres por ciento a lo largo de este desastroso ya, 2013. Ninguna medida se tomó a tiempo, como clamamos en este espacio, para reducir los efectos de la recesión de 2008 y la crisis española que comenzó a fraguarse con la arribazón del franquista, Mariano Rajoy Brey, al gobierno de su país en medio de otro diferendo escandaloso, el de la supervivencia de una monarquía de zánganos con más de seis millones de personas en el desempleo y sin que haya, hasta ahora, el menor signo de recuperación… a no ser por cuanto puedan hincarle los dientes a sus antiguas “colonias” en fase de reconquista. ¿Será posible que los sabios financieros al servicio del superior gobierno no hayan reparado en ello? Por desgracia, me temo que no dadas las limitantes, en cuanto a conocimientos globales, del secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, y su inclinación más a defenderse de los golpes bajos de gabinete que en defender a México de los brotes masivos de especulación.
No es extraña, en estas condiciones, la anunciada desaceleración. Claro, no vayamos a cometer la torpeza de considerar que estamos en decrecimiento, un término que pone los cabellos de punto a los intocables financieros, pero que, sin embargo, existe en el diccionario: “decrecer: aminorar, disminuir”. Y es exactamente lo que le está pasando a México aun cuando insistan los economistas en sus tecnicismos y nieguen la posibilidad de este señalamiento, si acaso se atreven a mencionar un “crecimiento negativo”, aumentando las confusiones y exacerbando anglicismos y modelos. El hecho, sencillamente, es que vamos para atrás aunque las denominaciones para definir los hechos sean variopintas.
¿Qué pasará si la mayor parte de los mexicanos ha debido intensificar sus esfuerzos para mantenerse al día, con una pérdida sustantiva del doce por ciento de su ingreso familiar durante el nefasto gobierno de calderón –minúsculas-? Lo cierto es que los obreros mexicanos son muy silenciosos, pese a algunas protestas callejeras, y suelen asimilar trabajo no contratado con tal de ser útiles, una conducta muy distinta a la observada en otros territorios, digamos España, en donde si le pides a alguien darte un clip te contestará que ello no está en las estipulaciones con la empresa; y se limitan a observar el reloj de salida para irse, presurosos, a “tapear” con abundancia de vino y cerveza. Ni en sueños, los mexicanos, sometidos por ingresos mínimos, podrían darse tal existencia. Pero, eso sí, se nos castiga, a todos, sin que abramos la boca.
Debate
La izquierda se pudre. Así como suena. Más parece un camión de basura colectando los desechos sólidos, dejados por otros partidos, como carroñeros vamos, que un instituto defensor de una ideología y de un proyecto. ¿Quién habla del plan alternativo de nación cuando sus consejeros, comenzando con Bartlett, son reductos execrables de la hegemonía priísta?¿Cuántos pueden admitir que se ha roto con el continuismo de la derecha si se observan las mismas proyecciones de los dos sexenios anteriores, paralizantes y violentos? (De esto y más trata “Despeñadero”, mi obra más crítica, que no ha cesado de vender ejemplares a una semana exacta de su aparición en Internet. Les doy, perdónenme, la página WEB: www.rafael-loretdemola.mx Discúlpenme por el comercial)
Ahora, por la vía de la “corriente” de Carlos Sotelo, aspirante a la dirigencia nacional perredista, reapareció y se afilió al partido fundado por Cuauhtémoc Cárdenas, el execrable Pablo Salazar M. –me niego a ponerle el segundo apellido por ausencia de progenitora-, quien durante su gestión al frente del gobierno de Chiapas, robó, persiguió, reprimió, violó la libertad de expresión, dejó a los damnificados con las alas rotas mientras él atesoraba recursos para su pecunio personal, y acabó preso, durante más de quinientos días, por órdenes de su sucesor, Jaime Sabines Guerrero, desde el 7 de junio de 2011 hasta noviembre de 2012 –unos días antes del finiquito como gobernador de Sabines-, cuando pactó su excarcelación sin haber, siquiera, asegurado que indemnizaría a sus víctimas. Toda la cárcel de “El Amate” estaba rebosante de sus presos políticos cuando él llegó. ¿Es posible creer en la justicia?
La Anécdota
Los predadores se cansan de hacer daño… y luego la izquierda los acoge en su seno. Bartlett, Salazar, el propio Monreal y un larga etcétera.
Cuando solicitamos la ex carcelación de Conradito de la Cruz Morales, encerrado y vejado por órdenes del sátrapa Pablo Salazar, buscamos a éste para que ya cesara en su persecución infrahumana. Y nos respondió:
–Sólo que me garanticen que ese periódico –el “Cuarto Poder” de Tuxtla-, jamás volverá a meterse conmigo.
Le sugerimos varias estrategias, que no fueran la claudicación temerosa, entre ellas que el vaeroso diario diera cabida a un personero suyo para defenderlo de las acusaciones en su contra, cuando las hubiera. Y se negó. Luego supimos que a Conradito, cada que se publicaba una crítica –ojalá pueda perdonarme por las mías-, era apandado, violado y golpeado hasta el límite.
Este es el signo del nuevo “perredista”. Dan náuseas él y quienes lo defienden.
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E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com
WEB: www.rafael-loretdemola.mx
YA VA SIENDO EL MOMENTO DE DESENMASCARAR A LOS FARSANTES Y SIMULADORES. DESDE ZEDILLO HASTA PABLO SALAZAR; NINGUNO SE SALVA A NO SER POR LA IMPUNIDAD PACTADA MUY ARRIBA. ¿ES ÉSTA LA BIENAVENTURANZA QUE NOS TRAÍA, BONOS DE SORIANA Y MONEX DE POR MEDIO, EL PRESIDENTE ENRIQUE PEÑA NIETO? POR LO PRONTO, YA CIRCULA NUESTRO GRITO, “DESPEÑADERO”, A TODO LO QUE DA.

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