Desafío

*La Hillary Mexicana
*Sobre la Privacidad
*¿Y Mónica Lewinsky?
Por Rafael Loret de Mola…

Aunque resulte difícil creerlo, la realidad es aplastante: el régimen calderonista negoció abiertamente su impunidad a costa de inyectar no poco dinero a algunos mercenarios de la pluma –o de los micrófonos-, y signando facturas a su favor para garantizar el arribo de Enrique Peña Nieto al poder Ejecutivo federal. Las evidencias sobre ellas son múltiples –“Despeñadero”, 2013-, y pese a ellas no se actúa con celeridad, por ejemplo, tras comprobarse las “desviaciones” administrativas de PEMEX, armadas por los mismos que idearon la iniciativa de reforma energética durante el régimen de Ernesto Zedillo –digamos Luis Téllez Kuenzler-, organizadas por calderón –minúsculas siempre-, para dar la impresión de un quebranto mayor de la paraestatal que posibilitara la urgencia de la privatización gradual.
La cobardía de las administraciones panistas queó manifiesta: tenían un documento y no se atrevieron o no pudieron alcanzar los debidos consensos. Por una parte, Fox optó por dejar correr el tiempo, perdiéndolo miserablemente sin siquiera mostrar la voluntad política necesaria para defender alguna propuesta; y calderón, sencillamente, sólo hizo el requiebro con el Legislativo –regate le dicen los aficionados al fútbol-, para abandonar proyecto y destino con la mayor simpleza del mundo, sin siquiera justificarse por la brutal inercia, de doce años, que contrajo el ingreso de los mexicanos, de todas las familias, pobres y ricas, en un doce por ciento. El temor confluyó hacia la mayor ineficacia de que se tenga memoria. Y bien lo saben los testaferros del predecesor de Peña Nieto, todavía imantados por cuanto recibieron –y acaso siguen recibiendo-, en estipendios sucios y canonjías en diversas empresas que cubren las espaldas al otrora usurpador de la Presidencia.
Lo más grave del asunto es que el señor Peña Nieto sigue este juego, penosamente. En vez de poner el orden da muestras de un apego al continuismo tan notable como cuando Fox, en 2000, se olvidó de sus promesas de cambio y se puso a elogiar las políticas, sobre todo en materia económica y educativa –lo que conllevó un irrestricto apoyo a Elba Esther Gordillo Morales, la gran cacique ahora aprehendida-, del mismo. Esto es, sin que se percataran las mayorías –aunque no votaran por él la mitad más uno de los electores, situación que se dio en el papel, por última vez y de manera fraudulenta, en 1988 con la usurpación de salinas –minúsculas también-, se dio un viraje histórico sencillamente inaceptable en los términos planteados por la falsamente “enérgica” oposición de la derecha. Ya transcurrió un cuarto de siglo… y seguimos tropezando con la misma piedra. ¿No le dolerán los dedos gordos del pie –llamados primeros ortejos según los maestros de primaria-, al señor Peña Nieto de tanto pisar en falso? Mucho nos tememos que, pronto, habrán de anunciar una segunda intervención quirúrgica del mandatario sobre este particular que, por cierto, también fueron dolencia, y severa, de Vicente Fox, célebre por sus “juanetes” y sus hebillas ególatras. ¡Hasta Juan Pablo, el Magno, se dio cuenta!
El símil dibuja, por completo, a los protagonistas falsamente antagónicos. Y lo mismo la pretendida reforma energética que, por supuesto, conlleva la intención de vendernos por cuentas de vidrios –la momentánea reducción del gas, las gasolinas y los fertilizantes, de acuerdo a lo expresado por el señor Peña Nieto- el oro negro que4 ha sido, hasta hoy, la PRINCIPAL fuente de ingresos para los mexicanos; en segundo sitio van las remesas de los llamados “indocumentados” que tan bien capitalizan las tiendas Elektra y el consiguiente Banco Azteca, el único de capital mexicano fundado durante el régimen de Fox, cuyo principal accionista es Ricardo Salinas Pliego, quien continúa su campaña para acaparar cuanta plata, en metal, le sea posible bajo la idea de que sólo así las reservas internacionales del Banco de México estarán plenamente garantizadas… con él como principal usufructuario como lo ha sido de los envíos de los mexicanos a su patria a través de las modernas tiendas de raya. Círculo cerrado. En lo personal, creo que un gobierno que se apreciara como popular, y por ende fuerte, debiera intervenir para frenar a especuladores de esta calaña; pero no quien voltee hacia los feudos de TV Azteca.
En la misma línea, ¿qué puede extrañarnos el anuncio, a través de un periodista de enorme presencia mediática –“Milenio”, martes 20 de agosto de 2013-, sobre el inminente retorno a la política nacional de Margarita Zavala Gómez del Campo, la “primera dama” más querida por México a decir del semanario Hola! por ella estrenada para fines de propaganda internacional; esto es, no fue Angélica Rivera la primera en posar para esta revista “del corazón” por si a alguien le interesa la cronología. En este sentido se prepara, con bombo y platillos, la recomposición del calderonismo contra el viento y marea de la historia. De la horca a la gloria por el camino de la descomposición política. ¿Lo admitimos?
Sí, es cierto. Durante la primera etapa del calderonismo ilegal, consideramos a Margarita su principal capital político; por desgracia, poco a poco, y como consecuencia del vacío de poder considerable –sobre todo por el alcoholismo de aquel mandatario sin legitimidad-, Margarita se tornó más activa, simulando, como quienes han ocupado un sitio en Los Pinos, una inclinación social distante a las viejas doctrinas panistas que se centraban en un proselitismo distinto, esto es sin grandes acercamientos a las cuestiones comunitarias, sin verdadera vocación por la justicia social y demasiada inclinación por los movimientos partidistas.
Así que Margarita, la prudente, tiene más empuje que Marta, la lanzada, su predecesora insaciable. Curioso, días antes de concluir su campaña proselitista, el blindado calderón –sintiéndose el abanderado de los empresarios y de cuantos consideraban un viraje a la izquierda como poco más que una catástrofe irreparable-, declaró a Televisa, en uno de sus programas nocturnos, su predilección por Nilda Velasco, la esposa de Ernesto Zedillo, y no por Marta, quien fungía en ese momento como el alma de la alcoba presidencial. Aquello fue rotundo y cuando las encuestas, ante sorpresa hasta de los propios diseñadores de la campaña panista, comenzaban a colocar a felipe por encima de Andrés Manuel quien había encabezado las preferencias durante un semestre.
Desde luego, calderón buscaba de esta manera no sólo descalificar la hiperactividad de Martita, la de las “muchas faldas”, sino acaso señalarle el derrotero a su propia consorte, activista más antigua que él mismo –no hablo de edades, tema tabú para las damas-, esto es: menos candilejas y una discreción casi total, sólo con pequeñas concesiones en los actos públicos estrictamente necesarios. Y la señora calderón, desde luego, entendió… hasta que, poco a poco, su consorte fue alejándose de sus responsabilidades a costa de ampliar jocosamente, sin el menor sentido de responsabilidad, sus alegres “tardeadas” en Los Pinos a donde entrban, por la puerta cuatro, desde mariachis hasta jovencitas y jovencitos de todos los calibres. Fue el sexenio de la violencia; también el del alcohol… matizado por las sombras del poder. ¡Cuántos mercenarios extendieron cortinas de humo al respecto!¡Cuántos señalaron, con voces incendiarias, pero jamás frente a mí, a este columnista como un infame difamador cuando denunciaba que un presidente no puede jugar al bohemio con tamaña responsabilidad sobre los hombros! El tiempo nos vino a dar la razón.
Lo extraño de todo esto es que calderón –minúsculas, no lo0 olviden-, no ha sido motivo de citatorio ni indagatoria alguna a pesar de los graves pecados de su proceder en la residencia oficial; ni por los desvíos de PEMEX, ni por el empobrecimiento colectivo; ni, sobre todo, por el reguero de cadáveres que dejó tras de sí… y se sigue acumulando ante la impotencia de un gobierno que juega al “Pacto” cual si se tratase de una perinola –así se escribe, con “e”, aunque el caló popular haya desvirtuado el término-, en la que todos pierden y todos ganan según soplen los vientos. No es así como se hace política cuando se actúa de manera democrática; más bien, el imponer condiciones, facultades y funciones tiene efectos lesivos en la interrelación entre el gobierno-mandatario –quien obedece- y el pueblo-mandante –quien ordena-. Cuando recuperemos el rumbo, sólo entonces, habremos de valorar la diferencia. Pero ya llevamos más de medio siglo esperando.
Debate
Con la aparición de “Despeñadero”, pese a la escasa cobertura mediática –ya lo esperaba, por supuesto- si bien se ha defendido a través de las redes sociales, apareció otro debate sobre los límites del periodismo y la responsabilidad de quienes lo ejercemos por no entrar a la vida privada y respetarla. Tienen razón: todos los seres humanos debemos tener nuestros propios espacios particulares, porque somos partes de una familia, siempre y cuando éstos no rebasen el entorno cerrado del hogar y trasciendan a la vida pública… como suele suceder.
En México, como en otras naciones del continente incluyendo los Estados Unidos como suele descubrirse muy a toro pasado, los mayores amarres y complicidades suelen darse en lo “oscurito”, como suele decirse, esto es en las alcobas y los corrillos que se suponen deben estar libres y ajenos a la curiosidad malsana de los informadores y, sobre todo, de los odiados críticos, entre ellos este columnista. Por eso, desde hace años, proclamé una sentencia que, hasta el momento, ha sido inapelable: los escritores, como los diaristas, debemos respetar la vida privada de quienes componen el gobierno… siempre que no trascienda a la estructura institucional del país; si esto pasa, y afecta a millones de mexicanos y en otras latitudes también, no sólo existe el derecho a la información sino el deber de cumplir con la vocación de informar para alertar, primero, y denunciar, después, a los grandes predadores con pieles de ovejas cuyos ritos particulares no pueden ser soslayados si se trata de cuestiones relevantes para la comunidad global.
Es fácil comprenderlo, pero no valorarlo dado los apretados criterios de los juzgadores apoltronados en la cúpula del poder. En “Despeñadero” no se difama, se informa; y es esta la diferencia sustantiva con quienes sólo pretenden chantajear a los funcionarios para vivir cómodamente a sus costillas. Como no es el caso, claro, se persigue con mayor rudeza a los críticos que nos preciamos de ser “incontrolables”.
La Anécdota
Alguna vez, en un programa de radio con cobertura en los Estados Unidos, el audaz conductor me preguntó a quemarropa:
–Bueno, ¿en México no ha existido un caso como el de Mónica Lewinsky? –se refería a la becaria que puso en jaque a la administración de William Clinton quien fumó habanos humedecidos por los flujos de ella mientras esperaba, en la antesala de la Casa Blanca, el presidente de México, entonces Ernesto Zedillo-.
–Pues, sí –me animé a responder-. Sólo que en México las convertimos en secretarias de Turismo –tal el caso de la sin par Rosa Luz Alegría- o voceras presidenciales –cuando aún no se casaban Marta y Vicente pero vivían ambos en la residencia de Los Pinos-.
Puede parecer una tremenda falta de respeto para algunos; no lo es si consideramos el daño que tales circunstancias generan a los gobernados. Por eso, y no por moralistas, los estadounidenses cuestionaron severamente a Clinton y premiaron a su esposa, Hillary, una letrada de mayor envergadura que el marido –como Margarita-, dotándole de su propia carrera política. Sólo que aquí no podríamos soportar que nos gobernara, con un sexenio de por medio, el hijo de Zedillo o el de Fox… como sucedió con el clan Bush. Por fortuna, en esto vamos adelante.
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WEB: www.rafael-loretdemola.mx
E-MAIL: loretdemola.rafael@yahoo.com
NO A LAS COMPLICIDADES DE ALCOBA. DEBERÍA LEGISLARSE EN ESTA MATERIA PARA ACABAR CON LOS GRANDES SIMULACROS Y COFRADÍAS SECRETAS COMO LA DE LA “MANO CAÍDA”. CUANDO BAUTICÉ ASÍ A ESTA SUERTE DE RITO SEXUAL COMO PARTE DE LAS COMPLICIDADES POLÍTICAS, ME LLVIERON DESCALIFICACIONES. CON EL TIEMPO, NADIE NIEGA SU EXUSTENCIA QUE, POR DESGRACIA, PERVIVE. Y TAL ES COMPARABLE –PARA QUE NO ME DIGAN HOMFÓBICO SIN CONOCIMIENTO DE CAU8SA-, A LAS MUJERES QUE SON USADAS POR SUS JEFES SI QUIEREN ESCALAR POSICIONES, LO MISMO EN EL SECTOR PÚBLICO Y EL PRIVADO.

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