Desafío

*Poderes Regresivos

*Siete Dólares Hora

*Estirpe “Moctezuma”

Con Fox comenzó la destrucción de la Presidencia como centro neurálgico de poder; él fue quien se encargó de informar sobre la extinción del presidencialismo “autoritario”, como una manera de cuestionar a la larga hegemonía priista de esta condición, sin la menor intención de limitar sus propios feudos de mando. Mentiroso contumaz y ególatra jamás negó exaltaciones y sí, en cambio, interrumpió la marcha incipiente de una democracia desarmada con su “sobresaliente” conducta alrededor de los deplorables comicios de 2006, cuando traicionó los principios que lo llevaron a la Primera Magistratura.

Algunos analistas insisten en situar el primer efecto contra el presidencialismo en aquella anécdota de septiembre de 1988 cuando la voz etílica de Porfirio Muñoz Ledo interpeló a Miguel de la Madrid cuando pro0nunciaba su VI Informe:

–Con todo respeto, señor presidente –dijo y de allí no pasó si bien la bancada del Frente Democrático Nacuonal, no el PRD, salía del recinto camaral entre las patadas de Roberto Madrazo Pintado quien pretendía así, por la vía del pandillerismo, ganarse la candidatura al gobierno de Tabasco-.

Sucede, para el registro de los hechos, que el propio De la Madrid tenía lista un escenario paralelo en aquella ocasión y así me lo confió:

–Si persistían los gritos, estaba habilitado con ello a entregar el texto del informe al presidente de la Cámara –el guanajuatense Miguel Montes García, quien después sería, nada menos, el primer “fiscal” para el caso Colosio en plena conjunción de complicidades- y continuarlo en el Palacio Nacional.

Esto es: se había montado todo un “set” televisivo en el patio central del Palacio –la escenografía, al fin, se usó el pasado diciembre para el mensaje presidencial luego de que Peña Nieto rindió protesta ante un Congreso apenas “despejado”-, para que el mandatario no sufriera agresiones ni afrentas de ninguna naturaleza. Para decirlo claramente: si Muñoz Ledo hubiese insistido unos minutos más… el protocolo se hubiera roto y sólo entonces cabría hablar de que ese día caducó “el día del presidente” que se mantuvo como tal hasta septiembre de 2006 cuando Fox, azorado, debió entregar su documento en el vestíbulo de San Lázaro a pesar de las miradas “asesinas” de la señora de las “muchas faldas”, Marta, la siempre aspirante a la redención pública y capaz, en su tormento interior, hasta de fundar un partido con las martas de las pieles. (Recuerdo que ella escribe su nombre si hache y así está asentada oficialmente en el Registro Civil de Zamora, Michoacán-.

Aquella actuación de Muñoz Ledo, sin embargo, no fue infructuosa del todo. A partir de ese momento, como sabemos, las “interpelaciones” al presidente durante las lecturas de los informes, se convirtieron, poco a poco, desde el ocultamiento televisivo inicial hasta ganar las principales columnas de los cotidianos, en franco deterioro de la imagen de cada mandatario. Lo mismo Salinas, Zedillo y el propio Fox quien, luego de asumir la Presidencia, y tras varios desplantes groseros contra la historia patria –a los que luego no dio seguimiento, enclaustrado en la comodidad de la cabaña romántica de Los Pinos-, debió corear, sumándose al auditorio, “Juárez, Juárez”, para determinar con ello la victoria institucional de los liberales contra los conservadores que viajaron en busca dl enajenado barbado de Miramar.

Si Fox comenzó, entonces, la desintegración del presidencialismo, no por su propia voluntad sino por la torpeza de su conducción debe aclararse para situar los hechos en su justa dimensión, calderón –minúsculas- desarrollo una “primera magistratura” sin ninguna legitimidad y sin poder remontar la cuesta de la infamante imposición desde un fraude comicial consumado. En 1988, recordémoslo, la izquierda llamó igualmente usurpador a Carlos Salinas pero los gritos callaron al presentarse, a la ceremonia d imposición de investidura en diciembre de 1988, el comandante Fidel Castro Ruz, presidente de Cuba, como un lastimoso, inoportuno, aval a la consumación del salinato      que resultó trágico tras los años de la barbarie, 1993 y 1994, y la crisis económica estructural que heredó, a mansalva, a su sucesor, Ernesto Zedillo, favorito del doctor Joseph-Marie Córdova Montoya, sobre quien pesan todavía las sospechas sobre las autorías intelectuales de tres magnicidios: el del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, el candidato Luis Donaldo Colosio, y el destinado a ocupar la secretaría de Gobernación en contra de los consejos del perverso “doctor” jamás avalado por Harvard, José Francisco Ruiz Massieu. Hay elementos de sobra para inculparlo. Tres casos ominosamente olvidados por las jerarquías nacionales luego de dos alternancias. ¿Sirvió de algo la derecha en el poder? Ni para esto, digo.

Por supuesto, nadie creería que Córdova se tomó el atrevimiento de actuar por su cuenta aunque tuviera “manos libres”; cuando menos, en algún momento, su jefe inmediato, Carlos Salinas claro, debió tener conocimiento de cuanto urdía el jefe de la oficina de la Presidencia, sobre todo porque contaba con su propia red, paralela, de informantes. Hasta que Córdova acabó con ella también aunque, después del asesinato del ex gobernador de Guerrero, Ruiz Massieu, fuera enviado al Banco Interamericano de Desarrollo con tal de evitar pesquisas en su contra que ni el “primer mandatario” pudiera evitar. Claro, el personaje estaba blindado con la llegada de Zedillo al poder presidencial y éste lo mantuvo alejado de los reflectores cuanto pudo para apostar, y ganar, por la amnesia de los mexicanos.

Pese a los antecedentes, la peor condición de un mandatario mexicano es el miedo o la presunción pública de que lo tenga. De los mencionados –salvo el superblindado calderón y acaso Miguel de la Madrid a quienes no les gustaban correr riesgos por lo contado-, buena partev de ellos optó por la torpeza, la represión e incluso la imposición pero sin que les temblaran las manos a la hora de los momentos coyunturales. A Fox, por ejemplo, nadie le detuvo cuando asumió las riendas de su sucesión ara ganarle, por sí, a la izquierda encabezada por Andrés Manuel López Obrador, como él mismo confesó. Ni a Salinas se le modificó el pulso al ordenar sanear su administración, aprehender a “La Quina” no sólo para desmantelar el cacicazgo petrolero sino también para sancionar su proselitismo electoral a favor de Cuauhtémoc Cárdenas con toda alevosía –por cierto, el ingeniero jamás dio la cara por él-; de igual manera, Zedillo, más corto de valor personal, fue capaz de resistir como candidato los amagos heredados del drama de Lomas Taurina aun cuando evadió, penosamente, llegar al fondo del caso; ¿y cómo lo iba a ser si él resultó el mayor beneficiario del magnicidio?

Nada inventamos; se trata de hechos incontrovertibles. Conozca las historias, señor Peña Nieto, y estime, siquiera, en donde se encuentra parado. Porque, me parece, no está en un buen lugar mientras unos miles de maestros –que no representan no el cinco por cierto de los acreditados como tales-, son capaces de desquiciar la ciudad de México, obligando a arrinconar a senadores y diputados, al mismo presidente de la República –quien a última hora dejó de invitar al Campo Marte para su mensaje dándolo en Los Pinos, esto es de búnker a búnker por razones de vialidad según expresó-, a la ciudadanía defeña a la que tienen el descaro de solicitar apoyo y al Estado de Derecho, esto es en contra de la soberanía nacional.

¿Qué ocurriría si la mayor parte de los habitantes de la capital solicitaran a los miembros de la CNTE que dejaran la ciudad para atender a sus escolapios y dejar de bloquear calles y hacer perder horas-hombre a una sociedad maltrecha y sin suficientes ingresos para soportar reducciones en sus salarios…que a ellos sí les pagan íntegros aunque estén “en paro”?

Pocas veces lo hago, pero en esta ocasión me uno a la valiente iniciativa del joven gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, de recortar las percepciones a los maestros faltistas; siquiera eso, cuando carecen de argumentos para oponerse a una mejor calidad en la educación sometiéndose a la evaluación indispensable para saber si están o no capacitados si de cuidar el futuro de México se trata. Todo lo demás, de verdad, sale sobrando.

Debate

Mientras las miserias nos agobian, saqueados por los financieros neoconquistadores –de España y los Estados Unidos, sobre todo- que han saqueado nuestro mercado aunque no se muevan los indicadores del Banco de México cuyas reservas se sitúan en el nivel récord de 170 mil millones de dólares, los dineros de “manos muertas” les llamo porque no sirven para el desarrollo ni para obras públicas sino sólo como garantía a los acreedores internacionales, en la poderosa nación del norte, los trabajadores de expendios de comida rápida –entre los cuales se cuentan a la poderosa McDonald´s, Burguer King y el nauseabundo Taco Bell aunu cuando en realidad, también las albóndigas aplastadas deben calificarse igual pero este comunista no niega su nefasta apetencia-, eigen mejores salarios y condiciones de vida.

Dicen sencillamente que no pueden sobrevivir con salarios de siete dólares con veinticinco centavos ¡por hora! –esto es 98 pesos con ochenta centavos al tipo de cambio actual, casi cien pesos por cada sesenta minutos-. Nos sorprende tal circunstancia porque el salario mínimo en México, considerando la Zona A y luego de un aumento del 3.9 por ciento en 2013, es de sesenta y cuatro pesos con setenta y seis centavos…¡al día!. Es decir, bastante menos que por una sola hora de trabajo como despachador de comida rápida en los Estados Unidos. ¿Se entiende, entonces, la razón de la emigración incesante, además por la ausencia de oportunidades reales de trabajo? Y de esto, claro ni dice nada el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, quien sólo tiene discurso para reprobar al “pasado” por la caída del poder adquisitivo general y la baja notable del crecimiento general, ni el presidente Peña; no lo hizo porque su informe y mensaje –veinticuatro horas después, como si tuviera poder cronológico también aunque su secretario de Gobernación entregara el texto en el día convenido- no tuvieron el menor sentido de autocrítica, exactamente igual que los de sus predecesores.

Estamos igual, frente a los molinos de viento de la demagogia.

La Anécdota

Hay historias que sorprenden. Pocos saben hasta donde llegaron las humillaciones de quienes se dijeron conquistadores con el filo de sus aceros y la pólvora de sus arcabuces. Por ejemplo, Tecuichpo Ixquixóchitl, la hija pequeña de Moctezuma Xocoyotzin, el emperador que cedió Tenochtitlán a los “hombre barbados”, sufrió lo indecible. Luego de ser esposa –a los diez años de edad- del sucesor de su padre, el tlatoani Cuitláhuac, muerto por la viruela que nos trajeron los sucios esbirros de Cortés, también caso con Cuauhtémoc y a la caída de éste, Hernán, nacido en Medellín, en Extremadura, España, la sometió a diversos casamientos –cinco, para ser exactos, pero no se resistió ante la belleza de la mujer y la violó, naciendo de esa unión Leonor, a quien Tecuichpo desdeñó por ser hija de quien les había arrebatado su nación.

Con el tiempo, la emperatriz azteca, fue llevada a España y recibida, por su condición imperial, con la protección de Cortés. Y fue bautizada, no sabemos si contra su voluntad aunque varios historiadores insisten en ello, como Isabel de Moctezuma. Actualmente, el linaje azteca está en manos de la Condesa de Miravalle, Carmen Ruiz Enriquez de Luna. ¡Y hay trescientos cincuenta descendientes de Cortés y Moctezuma en fila, nacidos allende el mar!

Con esto asentado, ¿cuánto más nos piensan arrebatar los neoconquistadores?

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DE UNA VEZ, A NUEVE MESES DE DISTANCIA, EL SEÑOR PEÑA NIETO DEBE COLOCARSE, FIRME, LA BANDA TRICOLOR Y APRENDER UN POCO DE HISTORIA. POR ELLO ME PROPONGO INCLUIR, EN ESTA COLUMNA, ALGUNOS PASAJES QUE LE SIRVAN PARA COMPRENDERLA. CLARO, ES NECESARIO QUE EN LOS PINOS APRENDAN A LEER BIEN Y NO CON MONOSÍLABOS COPIADOS DE LOS DISCURSOS DE LOS PREDECESORES. TODOS DICEN LO MISMO, SOBRE TODO EN CUANTO A LOS REFRENTES “AL PASADO”. Y YA APARECIERON LOS DINOSAURIOS.

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