¿EL OCASO DE LOS MEDIOS DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN?

Los medios tradicionales de información y comunicación como la televisión, la radio y los medios impresos, constituyeron durante décadas, un poder casi absoluto.

La influencia que ejercieron en la población fue determinante para la imposición de gobiernos federales, estatales o locales. Los comunicadores o lectores de noticias, bajo esta condición,  se convirtieron de la noche a la mañana en “brillantes analistas o lectores críticos” y con ello, se adjudicaron el pomposo título de líderes de opinión.

El poder de las empresas de comunicación fue de tal magnitud, que ante ellos, se tuvieron que inclinar hasta titulares del gobierno federal mexicano.

Por ello no fue equivoco ni exagerado, considerar al conjunto de empresas de información y comunicación como un poder de facto.

Los medios de información y comunicación como lo fueron televisa, tv Azteca, la prensa, el universal, grupo ACIR, organización radio fórmula, grupo radio centro y televisa radio, por citar algunas, constituyeron esa amalgama de empresas a las que se les atribuyó el título de CUARTO PODER.

El calificativo, no es difícil de entender, ya que orgánicamente, la república se constituye por tres poderes: el poder ejecutivo, representado por el presidente de la República, el poder legislativo, integrado por la cámara de diputados y la de senadores y el poder judicial, conformado por la Suprema Corte de Justicia, el Tribunal Electoral, los Tribunales de Circuito (Colegiados y Unitarios), los Juzgados de Distrito y el Consejo de la Judicatura Federal.

El cuarto poder, constituido por los medios de información y comunicación es un poder fáctico , un poder que se estableció sin la mediación de un reconocimiento jurídico, un poder establecido, por la fuerza de los hechos.

Durante años,  el esquema descrito, constituyó esa extraña estructura del gobierno mexicano en el que se arropó y respeto a un cuarto poder no legalmente reconocido

La irrupción del internet, vino, poco a poco a fracturar el poder de los medios tradicionales de información y comunicación. Su disolución fue lenta. Las redes sociales fueron  insertándose en el gusto popular y con ello, el desplazamiento y el ocaso de los medios de información-comunicación y/o entretenimiento. En unos cuantos años, el predominio de las redes sociales se hizo manifiesto: un gran sector de la población comenzó a optar por la información y entretenimiento aportada por las redes sociales y con ello, el debilitamiento de las empresas que durante años constituyeron el CUARTO PODER.

En México, el ocaso de los medios de información, comunicación y entretenimiento tradicionales, se hizo patente en las recientes elecciones. La apuesta de los medios para imponer en el imaginario popular a Ricardo Anaya o a José Antonio Meade, como los candidatos idóneos para encabezar la titularidad del poder ejecutivo, se estrelló contra la oleada de memes y publicaciones en las redes, que contradijo cada información y cada eslogan publicitario.

Fuerte fue el enfrentamiento. Al final, el fracaso de los medios tradicionales se hizo evidente.

Hoy día, las empresas de comunicación no alcanzan a salir de su estupefacción. A través de sus “comunicadores estrella” lanzan “bombas promocionales o notas brillantes” en el afán de posicionarse y buscar ganar el espacio perdido.

Difícil panorama se ve en el horizonte de los medios tradicionales de comunicación, frente a los nuevos esquemas de comunicación y entretenimiento que ofrecen las redes sociales.