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El sendero de los iluminados: El mundo no es más que una reflexión de la conciencia

«Esto es mi riqueza», «Este es mi cuerpo» o «Esta es mi nación», sólo son ideas, una manifestación de la energía mental, completamente ilusorias desde el punto de vista substancial. Puedes estar seguro de que esto es un largo sueño o mejor una prolongada alucinación, o un sueño despierto o un pensamiento cargado de deseos. Cuando alcances el despertar por la gracia del ser, verás todo esto con suma claridad. La existencia de un mundo independiente de ti o de la mente sólo es un truco de la mente, es el mero reconocimiento de una idea como si fuera una sustancia material y perceptible.

Cuando un hombre busca con resolución la fuente de estas ideas, realiza la conciencia pura; si no lo hace así, sigue experienciando sin cesar este mundo ilusorio. Porque el constante planteamiento de ideas como «Esto es mío» o «Este es mi mundo», hace que tales ideas asuman la apariencia de substancialidad que pretenden. La permanencia del mundo también es una ilusión: lo que transcurre en un breve instante en un sueño, puede ser experienciado por el soñador como toda una vida. En un espejismo sólo se percibe un agua ilusoria y no el substrato que la hace posible, que es la mente; de modo semejante, en el estado de ignorancia uno sólo ve el mundo ilusorio y no el substrato que lo hace posible, que es la conciencia. Pero cuando uno vence esta ignorancia, la apariencia ilusoria se desvanece como los mismos sueños. Ni siquiera el hombre más cobarde se deja atemorizar por un tigre imaginario; el sabio que sabe que el mundo es una simple idea imaginaria no siente temor por nada. Si uno sabe que el mundo no es nada más que una apariencia del propio ser, ¿de qué va a sentir temor?. Cuando nuestra visión se purifica por la investigación (vichára), se disipa el imaginario conocimiento del mundo.

¿Qué tipo de conocimiento es éste?: la profunda comprensión y realización de que el mundo no es más que una reflexión de la conciencia y por lo tanto no es real ni irreal. Nacimiento, muerte, conocimiento e ignorancia, sólo son reflexiones de la conciencia. Yo, tú, las diez direcciones del espacio y todo lo demás, sólo son conciencia: este es el conocimiento correcto. Cuando se produce un conocimiento de esta naturaleza, la mente no brota ni desaparece sino que alcanza la paz suprema. No caigas en la alabanza ni en la censura, en la euforia ni en la depresión, y permanece siempre contemplando fríamente la verdad.

Si hemos comprendido que la muerte es inevitable para todo lo nacido, ¿por qué hemos de lamentar el fallecimiento de nuestros parientes o nuestro propio acercamiento al fin postrero?. Si hemos comprendido que unas veces atravesamos circunstancias prósperas y otras adversas, ¿por qué hemos de alegrarnos o entristecernos por ello?. Lo que es verdad, siempre es verdad y lo que es irreal, continúa siéndolo por mucho que lo neguemos; ¿por qué hemos de sufrir entonces?.

Por AMEP1111

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