Enormes socavones de contaminación

Un tema que no se puede poner a discusión es sobre la rentabilidad del carbón una fuente de energía confiable. Sin embargo, existe un preocupante impacto sobre el medio ambiente, pero no deja de ser una energía económica en todo el mundo.

Existe su disponibilidad en minas de todo el mundo, algo que es muy importante no solo para su estabilidad comercial, sino también confiable para producir porque es una industria consolidada. También su transporte mundial está bien establecido y por consiguiente confiable.

Paro aun así la avaricia del ser humano lo siega que siempre buscará medios para sacarle más ganancia durante su exploración, así como durante su producción.

En el momento que alguien descubrió que se podía extraer el carbón a cielo abierto, es decir, mediante tajos, comenzaron los problemas más fuertes en contaminación del medio ambiente, mantos acuíferos y la erosión del terreno que por negligencia o apatía de las dependencias federales no se obliga a los concesionarios a tapar los enormes agujeros que hicieron y quedan como trampas mortales con profundidades de hasta cien metros, algunos de ellos con una gran cantidad de agua ya que llegaron algún venero o pozo.

En la Región Carbonífera, los tajos abandonados son muchos, quedan ahí como mudos testigos de la impunidad que gozan en su momento los concesionarios que en su mayoría son grandes empresas, pero eso no es todo, son verdaderas trampas mortales en las que ni siquiera se coloca un señalamiento de advertencia.

En aquella zona los municipios de su alrededor donde la actividad primaria es precisamente la extracción del carbón que en primera instancia se hizo mediante la construcción de minas de arrastre, no había la contaminación que se registra en los últimos años y que ha afectado tanto tierras de cultivo como las aguas de los ríos.

Las tierras se han vuelto improductivas, pozos, tajos y desolación es lo que se puede observar. Nunca ninguna autoridad tomó en serio su función y permitió que al descubrir que se podía trabajar en la extracción del carbón mediante tajos y pocitos, los concesionarios terminaran con la flora y fauna, pero no solo de la superficie, sino también contaminaron los ríos.

Ahora el problema se agudizó ya que no están respetando el área urbana los concesionarios de pozos y tajos, llegan casi hasta las puertas de las viviendas en las poblaciones, lo que afecta a los propietarios que están dispuestos a permitir que terminen con su patrimonio y formalizan quejas ante Profepa y la Secretaría del Medio Ambiente.

En la actualidad el tema de la ecología es tratado como algo de jurisdicción, esto significa el poder o autoridad que tiene alguno para gobernar y poner en ejecución las leyes, para poder sentenciarlos conforme a la ley.

Existiendo entre las diferentes instituciones un celo territorial en términos jurídicos que aun así viendo que se está cometiendo daño a la naturaleza nadie se mete hasta no asegurarse si le pertenece a ecología municipal, Secretaria del Medio Ambiente del Estado de Coahuila, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) o de la “nueva” Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Coahuila; pero lo más grave del asunto es que también se ve de una manera recaudatoria y la reposición del daño siendo una burla sus multas por considerarse muy bajas comparado al daño ecológico y costo que fácilmente pueden pagar estos caciques empresariales que es como quitarle un pelo a un gato por el pago de una infracción administrativa.

En el 2006 se abrió la oficina Restauradora Ecológica de la región carbonífera que en principio se dijo su principal función sería la de obligar a los concesionarios o propietarios de pozos, tajos y minas a reforestar los lugares de donde han extraído el carbón, pero hasta el momento nada se ha hecho por esa gran pelea de jurisdicción territorial y la contaminación acaba con la fauna y vida vegetal de aquella región afectando a sus vez a los habitantes de sus alrededores que con el tiempo fueron creciendo a los márgenes de los ríos, porque aunque usted no lo crea, es tanto el poder del dinero de los carboneros que, a mitad del río Sabinas hicieron un tajo, desviando el caudal y al terminar de extraer la riqueza, ahí quedó el agujero como mudo testigo de la inexistencia de autoridades que se preocupen por realizar el trabajo para el cual fueron creadas y la falta de coordinación para trabajar juntas para ver el problema como tal, es decir, como un tema ecológico y no un asunto de jurisdicción. (Premio Estatal de Periodismo 2011) www.intersip.org

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