Gira de Trump, compleja prueba en el extranjero

Por Martha Andrés

Washington, 19 may (PL) El primer viaje del presidente Donald Trump fuera de Estados Unidos tiene su parada inicial en el Oriente Medio, un destino que hasta hoy nunca había sido seleccionado por ningún mandatario de este país para debutar en el extranjero.
El jefe de Estado parte esta tarde rumbo a Arabia Saudita, en el inicio de una gira que también lo llevará a Israel y El Vaticano, y a las cumbres de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en Bélgica, y la del G-7, en Italia.
Durante un discurso ofrecido hace dos días en Connecticut, el republicano manifestó que va a ese recorrido con la seguridad y los intereses del pueblo norteamericano como prioridad, para fortalecer viejas amistades y buscar nuevos socios.
Su partida de Estados Unidos, sin embargo, probablemente no es como Trump la hubiera imaginado, pues deja un país envuelto en largas jornadas de escándalos y de revuelos políticos.
Quizás por eso necesita aún más que su periplo dé buenos resultados, después de que su administración recibiera numerosas críticas domésticas tras el despido del exdirector del Buró Federal de Investigación James Comey el 9 de mayo pasado.
En medio de todas las noticias surgidas a raíz de ese hecho, y las revelaciones de que Trump pudo haber presionado al extitular para interferir en la investigación sobre presuntos vínculos entre su equipo y Rusia, la gira del jefe de la Casa Blanca quedó en un segundo plano de atención.
Pero ante la proximidad del viaje, medios de diferentes formatos evalúan las perspectivas del recorrido, sus significados, y los panoramas que el presidente podría encontrar en cada uno de los escenarios donde estará.
Según indica la cadena CNN, Trump se unirá a una pequeña lista de gobernantes de esta nación que decidieron no visitar un territorio vecino en su primera estancia en el exterior y se aventuraron con destinos más alejados.
Theodore Roosevelt, el primer jefe de Estado en el cargo en salir de las fronteras del país, realizó su parada inicial en Panamá, en 1906, pero de los 19 mandatarios siguientes, 14 seleccionaron los cercanos México o Canadá.
Además de Roosevelt, solo otros cinco decidieron comenzar por un lugar que no fueran los dos Estados más próximos: cuatro de ellos fueron a Europa, y solo uno, Calvin Coolidge, eligió otra nación latinoamericana, con su visita a Cuba en 1928.
Trump, además de ser el primer dignatario estadounidense en abrir sus periplos internacionales en el Oriente Medio, se convertirá en el que más demoró en salir del país en los últimos 50 años, pues cuando despegue este viernes habrán pasado 119 días desde su llegada al poder.
«El presidente viaja con expectativas increíblemente altas fijadas desde dentro de la propia Casa Blanca», señaló la cadena ABC.
La televisora indicó en su página digital que el mandatario espera restablecer la relación de Estados Unidos con amigos y enemigos por igual, preparar el escenario para la paz en el Oriente Medio, el fin del terrorismo y la aceptación mundial de un nuevo tipo de liderazgo estadounidense.
Advirtió que Trump lleva un equipaje muy pesado, debido a la retórica incendiaria de su campaña -particularmente a las palabras dirigidas contra los musulmanes- y a una serie cada vez mayor de escándalos superpuestos.
La cadena NBC coincidió en que su discurso del domingo en Arabia Saudita, donde se dirigirá a medio centenar de líderes de países mayoritariamente musulmanes, constituirá un momento delicado dado sus comentarios, incluso posteriores a su llegada al poder.
«Creo que el islam nos odia», expresó en marzo de 2016, tres meses después de pedir el cierre total y completo de la entrada de musulmanes a Estados Unidos.    Poco después de su toma de posesión firmó una orden ejecutiva destinada a impedir la entrega de visas por 90 días a personas provenientes de siete países de mayoría musulmana, la cual fue bloqueada en los tribunales, y después sacó una versión de ese veto, nuevamente frenada en las cortes.
No más sencilla deberán ser sus cumbres en Europa, donde varias naciones cuestionaron de un modo u otro su lema de Make America Great Again (Hacer a Estados Unidos grande otra vez), y en las que seguramente repetirá su emplazamiento a los miembros de la OTAN para que cumplan el compromiso de aumentar sus gastos militares.
Por otra parte, y de acuerdo con el portal Politico.com, la relación entre presidentes estadounidenses y pontífices es tradicionalmente complicada, pero rara vez ha habido una reunión tan incómoda como la próxima entre Trump y papa Francisco.
Cuando se siente con el líder espiritual del catolicismo el próximo miércoles habrá poco terreno común entre ellos, apuntó la publicación, para recordar que el Obispo de Roma criticó del mandatario en cuestiones que van desde el cambio climático hasta la inmigración y el reasentamiento de refugiados.
Esas y otras cuestiones son las más importantes a mirar durante el viaje de Trump al extranjero, al final del cual deberá regresar a un país donde los ánimos políticos no parecen calmarse.

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