Guillermo Robles Ramírez

La deformación de la pirotecnia

Por Guillermo Robles Ramírez

            Hay muchos simbolismos que pueden identificar a un país. Desde su gastronomía hasta algún invento de algo. Algo tan simple como una pizza siempre lo relacionamos con Italia. Lo mismo sucede con las Pirámides, nos remontamos a Egipto, aunque estas existen en todo el mundo incluyendo nuestro país las de Egipto son las más famosas o populares.

            En la actualidad es imposible que exista una nación que sea totalmente pura, desde el punto de vista como una etnia. El inicio del comercio desde tiempo muy antiguo fue el culpable o benefactor, según la óptica de cada quien, para el intercambio no solo de mercancía sino también de cultura de otras partes.

            Lo mismo sucedió en México, en donde muchas de esas mercancías, así como sus usos y costumbres se fueron mezclando y adaptando para poder quedarse.

            Hay quienes consideran que la pirotecnia no le pertenece al país como parte de nuestra cultura, sin embargo, contrario a lo que se piensa se adoptó en México, como parte de nuestras costumbres.

            Durante dos épocas del año es cuando más se utiliza la pirotecnia en nuestro país, es decir, en el mes patrio y ahora en las fiestas navideñas, así como las decembrinas.

            No olvidemos que durante la colonización de los españoles quienes trajeron entre muchas cosas el uso de la pólvora no solamente para el combate sino también como una manera de entretenimiento.

            Con el tiempo se fueron fusionando entre celebraciones prehispánicas, pero no fue hasta en el silgo XIX donde se tiene registro que en las posadas llevadas a cabo dentro de los hogares de las diferentes clases sociales comenzaron con el uso de la pirotecnia hasta convertirse en una actividad regulada por la Ley Federal de Armas de fuegos y Explosivos durante el periodo de Luis Echeverría Álvarez convirtiéndolo en un trabajo artesanal lícita y legal pero siempre supervisada por la Secretaria de la Defensa Nacional.

Es en esta temporada del año navideño y año nuevo como parte de los festejos el uso de fuegos artificiales, por la emoción y alegría que causa al ver sus coloridos que destellan.

Sin embargo, con el tiempo no falta el ingenioso que por alguna razón deformó el verdadero concepto de los juegos artificiales en donde su propósito de entretener con la luminosidad y coloridos; pero sobre todo la creatividad de cómo combinar sus intervalos de explosiones en el aire y combinación se convirtiera en todo un espectáculo, decayó por culpa de esas personas que solamente lucran con la pólvora para vender “entretenimiento”.

  La venta de verdaderos explosivos caseros, ha causado muchas desgracias en familias con mutilaciones, muerte de menores de edad, quemaduras, etc., y no se tiene una fecha precisa de cuándo se confundió la venta de estos artefactos explosivos.

En lo personal no le encuentro la diversión o mucho menos lo espectacular el escuchar el tremendo estruendo que hacen esos artefactos que venden como “dizque” pirotecnia porque esa es su única función, es decir, no sale luces blancas o de colores comparadas al verdadero trabajo de la pirotecnia.

Cuando tenía 10 años de edad empezaron como novedad las famosas “palomotas” que era una versión más grande a las “palomitas” y que no requerían tanta supervisión de los adultos, contrario a los anteriores en donde los que se divertían eran los adultos.

            Pero como todo al transcurrir los años dichos explosivos fueron siendo más sofisticados y peligrosos, pero sobre todo se dejó la supervisión de los adultos o inclusive su venta ya no fue prohibitiva para menores de edad como marca la ley.

            Pese a que se ha prohibido la venta de fuegos pirotécnicos tipo caseros, éstos se siguen haciendo porque entre más grandes y peligrosos resultan tener mayor demanda, incentivando a la venta ilegal de explosivos.

            No ha sido suficiente tantas malas noticias publicadas cada vez que se acerca fiestas navideñas y decembrinas cuando estos artefactos explosivos causan tragedias que lamentar. Lo mismo sucede ante la nula conciencia de las campañas publicitarias por parte de las autoridades para hacer conciencia a los ciudadanos.

            La culpa no la tienen quienes se dedican a la fabricación ilícita de estos aparatos explosivos que los venden como algo “divertido”, sino la misma gente quienes los compran.

            Ellos son los verdaderos culpables de que existan la venta clandestina, sin importarles los altos riesgos y molestando a los vecinos y sus alrededores. Sin considerar si hay menores de edad o bebes, así como gente de la tercera edad. Tampoco consideran la manera que pueden lastimar a las mascotas poniéndolos nerviosos y hasta lastimándolos de sus sentidos auditivos. Una venta que se ha salido de control, rebasando la atención oportuna por parte de las autoridades. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria “Antonio Estrada Salazar” 2018) www.intersip.org