Lecciones fuertes

La semana pasada recibí un mensaje de WhatsApp de una amistad con el siguiente texto: El eclipse solar paso el 21

La tormenta Harvey llego el 25

Empezó a llenarse todo de agua el 26

Mira lo que dice la Biblia en San Lucas 21:25-26

“Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.”

¡Compártelo la Biblia es Clara!

Cada quien es libre de creer si fueron coincidencia las fechas de los sucesos naturales o realmente es algo que algún fanático religioso acomodó las fechas en la Biblia en su capítulo de “la venida del Hijo del Hombre”.

Es difícil poder comprobar ese pasaje bíblico con los acontecimientos pasados, pero lo que sí es una realidad es que, nuestro planeta es un ser viviente, no es simplemente una cosa en la que estamos parados.

A su estilo, la Tierra se limpia sola, como nos limpiamos nosotros al bañarnos. Por ejemplo, se irriga sola con las lluvias. Hace aparecer y desaparecer pedazos de terreno y modifica el ecosistema cada varios de cientos de años.

Así que los humanos, con todo y que hemos logrado conocerla bien, en realidad somos una plaga. Es falso que seamos seres razonables, pues nuestro comportamiento antiecológico se asemeja más bien al de los virus, que son los únicos seres que destruyen su hábitat hasta matarlo, para poder sobrevivir o mejor dicho existir.

La tierra, un día, nos verá como una plaga y se va limpiar de nosotros, como lo estamos viendo en los últimos sucesos alrededor del mundo; inexplicables huracanes como Irma, Katia, José formados simultáneos y en la misma zona, también la existencia en otras partes del mundo como las trombas, granizo, heladas, diluvios, terremotos, sequías, o cualquier fenómeno natural están sucediendo en lugares geográficos de población donde era imposible o hasta descartado que fuera a suceder.

Todos estos fenómenos atípicos son como si la misma Tierra, estuviera ya reclamando o limpiándose de la plaga del ser más inteligente que habita en el planeta azul, es decir, el ser humano o al menos así nos calificamos nosotros mismos.

Sin ir tan lejos al otro extremo del continente simplemente en nuestra entidad, es decir, Coahuila se ha reportado en numerosas ocasiones distintos medios de comunicación como nos la arreglamos para destruir nuestro entorno, y lo peor de todo es que lo seguimos haciendo.

Solamente por mencionar uno de tantos, tenemos el caso del río Nazas, en donde se vierten desechos industriales y contaminando el agua que toman los laguneros.

Ha quedado plasmado en la historia de los medios, ya sea por la prensa escrita o electrónicos, de cómo la actividad carbonífera ha dado al traste con el río Sabinas, también se han presentados casos bien recordados como la catástrofe de la presencia de arsénico en el agua de Torreón, la tala de bosque de Arteaga, el maltrato a la mariposa Monarca o la muerte de peces en las presas, el riesgo de resecar o contaminar el área protegida de Cuatrociénegas o la sobreexplotación de los mantos acuíferos.

La actuación del hombre sobre el medio ambiente da para mucho tema y critica para cualquier medio de comunicación. Pero la pregunta es :¿Estamos obteniendo una enseñanza de todo esto? Creemos que sí. El problema es que, como toda evolución social, se da de manera muy lentamente. Solamente esperemos que ese aprendizaje no sea demasiado tarde.

En este aprendizaje se necesita varias piezas fundamentales, como son lecciones fuertes que perturben nuestra vida y que obliguen a tomar medidas serias, como los últimos acontecimientos naturales y que a su vez lamentamos con el paso del huracán Irma considerado hasta ahorita uno de los más grandes registrados en la historia. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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