LOS PECADOS, SÍ SE LAVAN

La complejidad de la mente humana es tanta que no hay quien pueda o tenga manera de explicar algunos comportamientos y variantes de la noche a la mañana, sobre todo cuando se trata de la necesidad de la creencia de un ser superior o una divinidad.

Siempre ha estado ahí desde la existencia del hombre para poder darle explicación a cosas inexplicables o cuando menos en su momento cuando no las tienen por ejemplo en la antigüedad se pensaba que el sonar de un trueno era porque estaban enojados los dioses y así como cualquier otro fenómeno natural la razón estaba ligada por alguna deidad.

Pero en la actualidad ya la creencia de un ser supremo está más fundamentada en diferentes religiones, sectas o grupos en donde cada uno tienen su propia justificación de existencia brindando a cualquier persona la libertad de poder escoger la creencia que más les convenza, aunque hay quienes no creen en nadie hasta que pasa algún suceso en su vida dejándole una marca es cuando hasta entonces el más ateo cree en Dios o ser supremo.

Las diferentes doctrinas religiosas con el transcurrir de los años siempre tienen cambios, nuevas tendencias, modas, costumbres, todo aquello que conlleve a la revolución de lo contemporáneo o mejor dicho la adaptación de hábitos que se puedan adaptar para vivir acorde a la época en que se vive, pero dentro de esos cambios muchas de las veces son para mejorar pero en otras para empeorar.

Por ejemplo, en la religión católica el ir a misa se ha deformado conforme pasan los siglos, se supone que la razón de éste precepto eclesiástico tiene claro su fundamento, en el derecho divino, es decir, la ley natural de rendir culto a Dios, yla Santa Misaes el acto fundamental del culto católico.

En un inicio, éste concepto lo entendieron los primeros cristianos que el culto más apropiado para esos días erala Misa, yla Iglesiano necesitaba obligarlos a asistir al Santo Oficio, puesto que ya ellos lo consideraban una de las  realidades más importante de su vida.

Pero aquella época se fue acabando en la misma medida que se fueron reduciendo los ánimos de ir a misa, porque en la actualidad muchos sacerdotes aprovechan la asistencia de los feligreses para dar su opinión e influyendo, en temas políticos en lugar de concientizar en asistir con espíritu de fe y sentimientos de  piedad para  que pensemos que la misa es la renovación del Sacrificio dela Cruz, para darnos cuenta que no puede haber nada más divino y digno de nuestro esfuerzo, ni más útil para conseguir el aumento de la gracia de Dios.

De igual manera el concepto de la limosna ha cambiado; anteriormente era  el fervor de la Iglesiaque llegaba en los fieles para deshacerse de sus bienes y depositar el precio en manos de los apóstoles para socorrer a los necesitados; pero ahora parece que es para socorrer a la misma iglesia, demostrándolo con la construcción de grandes iglesias; muchos de ellos con adornos recubiertos en oro superando lo necesario o indispensable para poder hacer llegar la palabra de Dios, exagerando la edificación de sus congregaciones hacia una ostentosidad, dejando la humildad fuera de lo terrenal.

Con eso de la manipulación de la fe le ha permitido construir un imperio, a base de limosnas, diezmo o “donaciones”.  Mientras que con sus votos de pobreza, lo demuestran con miembros eclesiásticos que ganan un sueldo mayor que el de un profesionista, hasta dándose el lujo de integrantes dela Conferenciadel Episcopado Mexicano (CEM), de recibir para navidad equipos electrónicos como las famosas tablas electrónicas, ipad; con valor de arriba de los doce mil pesos.

Pero también existe la nueva interpretaciónla Iglesiacatólica que considera la limosna proveniente del narcotráfico que se purifica al momento de llegar a la iglesia, por considerarlo como una buena intención no siendo autoridad para cuestionarse o investigar de dónde proviene el dinero, o cuando menos así lo hizo saber hace años atrás el sacerdote Ramón Godinez, haciendo referencia que Jesucristo había recibido de una mujer que le ungió los pies con un perfume muy costoso.

La misma iglesia en su discurso dominical hace mención de pasajes bíblicos de cuando Jesucristo hacia milagros, pero recordemos que nunca  cobró por esas maravillas. Sin embargo, la iglesia católica mexicana cobra por cada uno de sus sacramentos y celebraciones, como bautizos, matrimonios, quince años, confirmación, velación, etc.

Todos éstos recursos que reciben de sus fieles, no son fiscalizadas porla Secretaríade Hacienda y Crédito Público, ni tampoco el Instituto Mexicano del Seguro Social, ya que todos los miembros del clérigo reciben su dinerito por su trabajo, en otras palabras reciben un salario por lo cual cumple con los requisitos de un trabajador con derechos y obligaciones constitucionales. Tal parece que todo referente a lo que hace la iglesia está permitido porque es cosa de Dios o porque tus pecados se limpian cuando se trata de buenas intenciones, así que hay que ver a la iglesia como un buen negocio en donde casa siempre gana siendo los únicos que quedaron exentos para la nueva reforma fiscal. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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