Los tiempos cambian

Hay muchos curas, también conocidos como padres que son quienes predican la palabra de Dios, que durante su sermón tratan de ir adaptando sus pasajes bíblicos a ejemplos de la vida diaria.

No es una tarea fácil seguramente pues estamos hablando que los pasajes bíblicos datan de siglos anteriores haciendo muy difícil el cómo tratar de ejemplificarlos y tratar de hacer del hombre un mejor cristiano o católico en su vida.

Sin embargo, con el pasar de los años y la modernidad, pero sobre todo en ese intento de que la Iglesia católica en el país trata de actualizarse ha hecho de las misas una total deformación sobre ese precepto eclesiástico que tiene claro su fundamento, en el derecho divino, es decir, la ley natural de rendir culto a Dios, y la Santa Misa es el acto fundamental del culto católico.

En un inicio el concepto los primeros cristianos entendieron que el culto más apropiado para esos días era la Misa, y la Iglesia no necesitaba obligarlos a asistir al Santo Sacrificio, puesto que ya ellos lo consideraban la realidad más importante de su vida.

Pero aquella época se fue acabando en la misma medida que se fueron reduciendo los ánimos de ir a misa, porque en la actualidad muchos sacerdotes aprovechan la tribuna de los feligreses para dar su opinión e influyendo, en temas políticos en lugar de concientizar en asistir con espíritu de fe y sentimientos de piedad para que pensemos que la misa es la renovación del Sacrificio de la Cruz, para danos cuenta que no puede haber nada más divino y digno de nuestro esfuerzo, ni más útil para conseguir el aumento de la gracia de Dios.

De igual manera el concepto de la limosna ha cambiado; anteriormente era el fervor de la Iglesia que llegaba en los fieles para deshacerse de sus bienes y depositar el precio en manos de los apóstoles para socorrer a los necesitados; pero ahora parece que es para socorrer a la misma iglesia, demostrándolo con la construcción de grandes iglesias; muchos de ellos con adornos recubiertos en oro superando lo necesario o indispensable para poder hacer llegar la palabra de Dios, exagerando la edificación de sus congregaciones hacia una ostentosidad, dejando la humildad fuera de lo terrenal.

Con eso de la manipulación de la fe le ha permitido construir un imperio, a base de limosnas, diezmo, o “donaciones”. Mientras que, con sus votos de pobreza, lo demuestran con miembros eclesiásticos que ganan un sueldo mayor que el de un profesionista, hasta dándose el lujo de integrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), de recibir para navidad equipos electrónicos como las famosas tablas electrónicas, teléfonos inteligentes con valor de arriba de los 15 mil pesos.

Pero también existe la nueva interpretación de la Iglesia católica de como en diferentes entidades del país, han considerado la limosna proveniente del narcotráfico.

Es ahí cuando sucede todo un milagro en donde se purifica ese dinero manchado de sangre y lavado de dinero justo en el momento que llegan a las arcas de la Iglesia y solo por considerarse como una “buena” intención no siendo autoridad para cuestionarse o investigar de dónde proviene el dinero, o cuando menos así lo hacen saber algunos sacerdotes haciendo una parábola en donde Jesucristo había recibido de una mujer que le ungió los pies con un perfume muy costoso.

La misma iglesia en su discurso dominical hace mención de pasajes bíblicos de cuando Jesucristo hacia milagros, pero que recordemos nunca cobró por esas maravillas. Sin embargo, la iglesia católica mexicana cobra por cada uno de sus sacramentos y celebraciones, como bautizos, matrimonios, quince años, confirmación, velación, etc., y ninguno de estos se comparan con los milagros de Jesucristo.

Todos estos recursos que reciben de sus fieles, o feligreses millonarios que entre más dinero den es su manera de lavar sus culpas no son fiscalizadas por la Secretaria de Hacienda y Crédito Público.

No solo eso sino tampoco el Instituto Mexicano del Seguro Social, recibe sus impuestos de los “dizque” trabajadores de la Iglesia ya que todos los miembros del clérigo reciben su dinerito por su trabajo, en otras palabras, reciben un salario por lo cual cumple con los requisitos de un trabajador con derechos y obligaciones constitucionales. Tal parece que todo referente a lo que hace la iglesia está permitido porque es cosa de Dios o porque tus pecados serán perdonados o realmente existe un “Fuero Eclesiástico”, así como el que existe en el mundo de la política en donde son intocables ante cualquier sinvergüenzada mientras que a los pobres mortales son castigados con todo el peso de la ley al momento de infringir alguna ley. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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