Guillermo Robles Ramírez

Los usan para sobrevivir

Por Guillermo Robles Ramírez

Por donde quiera que salga usted hay muchos abrazos, felicidad entre amistades que en su pasar visita ya sea en instituciones de gobierno, educación, centros comerciales o hasta en el supermercado, son escuchado el “Feliz Año Nuevo”, así como sus palmadas efusivas cuando se dan el abrazo.

 Se trata de aquellas amistades que por alguna razón no se vieron en persona o que igual no se llamaron por teléfono para felicitarse uno al otro, son encontrados en la cotidianidad del día, en la medida que se van incorporando pasado las vacaciones decembrinas.

Miles de imágenes con los tenis puestos, en el gimnasio o haciendo cualquier otro tipo de deporte publicado en el Facebook, así como el Twitter, e Instagram principalmente en estas redes sociales por ser las más populares en el país o al menos acá en el norte de México.

En puros buenos deseos y propósitos se ha quedado la gran parte de los mexicanos para este año en curso 2019. Y me refiero que quedan nada más ahí, en una frase que se esfuma con el aire y sin un verdadero contenido sentimental porque la gente anda muy apagada con la llegada de éste nuevo año en donde la situación económica no mejora.

Aun cuando se advirtió por parte de las autoridades federales de la actual administración federal, los precios de la canasta básica siguen aumentando de forma escalada, sobre todo aquellos que son frutas y verduras.

            Difícil el panorama que se vislumbra para este 2019, motivo por el cual cada vez la gente es más recurrente a tener que deshacerse de sus cosas, pedir un préstamo a amigos o familiares. Pero una vez agotado los recursos no tienen de otra más que ir a tocar las puertas a las casas de empeño en donde todo mundo ya sabe que es lo que sucede en esos lugares: Abusos, agiotistas y objetos robados.

            Aunque en casos como el de Coahuila, ya existe una legislación que establece normas y candados para evitar que en las casas de empeño abusen de los clientes que acuden a empeñar sus cosas de valor, principalmente luego de la temporada decembrina y la cuesta de enero.

            En el resto del país ese tipo de negocios se dedica a explotar a los más pobres, porque ofrecen un préstamo menor por lo que se está entregando, y un interés mucho más alto.

            Solo como dato terminado el maratón Guadalupe-Reyes, quienes laboran en las casas de empeño de Veracruz, ocupan largas filas en donde la ciudadanía acuden a ellos por la falta de empleo, malos salarios y ante la desesperación para tener dinero al ingreso escolar.

            El INEGI, informa que existe un alto índice de casas de empeño en el país contando con un poco más de nueve mil sucursales en México.

            Otro dato importante es que el promedio general, es decir, para la gran población mexicana no cuenta con las facilidades para acudir a un préstamo en las instituciones bancarias, incrementando ante esta situación un aumento por encima del 35 por ciento de lo usual iniciando cada año en estos lugares de empeño.

            Este tipo de negocios están proliferando de manera importante en Coahuila y en el resto de país, obteniendo ganancias mensuales por el valor del objeto empeñado del orden del 9 al 15 por ciento, esto solo en el caso específico de la joyería.

            Se trata de negocios que todo el año hacen su agosto, porque ante la desesperación de la gente por contar con liquidez, luego de que lo gastaron todo en la navidad, regalitos, pago de impuestos locales como el predial entre otros impuestos o simplemente para vacaciones durante el año, se aprovechan explotando a la gente como en aquellas viejas tiendas de raya que existían en la época de los hacendados.

            La mayoría de las ocasiones ya saben los dueños de las casas de empeño que sus dueños ya no van a regresar a pagar o reclamar por aquellas piezas de joyería de las cuales fueron valuadas a muy bajo costo, pero es ahí donde está el negocio jugoso dejándoles grandes ganancias económicas, después de mandar fundir la pieza para poderlas vender a un precio más alto en el mercado.

            Aprovechándose de la pobreza e inclusive en muchos de los casos de la ingenuidad de las personas, es como las casas de empeño son negocios con mucha prosperidad.

            Tan seguro tienen su mercado que saben que a la gente le llega su aguinaldo, sus ahorros del año, teniendo dinero en las manos siendo fácil gastarlo en cosa que ni siquiera necesitan, y al poco tiempo se les acaba el poder adquisitivo y no tienen más a donde recurrir que a las casas de empeño.

            El problema de esos establecimientos es que prácticamente ahorcan a las personas, porque el grueso de la gente ya no puede recuperar lo empeñado por las altas tasas de interés y eso es lo que aprovechan los dueños de esos negocios.

            Hoy en día las personas empeñan de todo, desde un teléfono celular hasta la televisión de pantalla plana que apenas disfrutaron unos cuantos meses y de la que estaban muy ilusionados.

            Así que quienes realmente están teniendo un buen inicio de año 2019 y con mucha prosperidad y propósitos son las casas de empeño en nuestro país. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria “Antonio Estrada Salazar” 2018) www.intersip.org