Es mejor multar, que desalentar

Se tiene un registro de acuerdo al Sistema Nacional de Seguridad Pública, que en promedio mueren cada día 32 personas por ir manejando y usando el celular ya sea en llamadas, mandando mensajes en cualquier modalidad, es decir, “texteando” en WhatsApp, Messenger, etc.

Una situación el cual cada vez es más preocupante no solo por nuestras autoridades locales, y estatales sino también por parte de los senadores de la República, en la que indican que cada vez va en aumento este tipo de distracción para los conductores en la que consideran aumenta cuatro veces más las probabilidades de causar o verse involucrado en accidentes viales incluyendo atropellamientos.

¿Cuántos de ustedes, han usado su celular para checar sus redes sociales, mientras esperan en una parada de semáforo?, creo que la respuesta es infinita, y aquellos que no lo hacen, realmente los felicito, pero es muy evidente este tipo de práctica con más frecuencia porque cuando cambia el color verde del semáforo, no falta el automovilista distraído con su celular que no avanza.

Ahora bien, también está el conductor despistado que “dizque” tiene todo controlado, creyéndose un audaz en el volante que no hace alto total en las paradas de señalización tanto de luz roja, como aquellas en donde están los señalamientos de alto total y siguen avanzando.

En lo personal de las nuevas estrategias que práctico cada vez que hago un alto en el semáforo cuando toca la luz roja, es que volteo a ver mi espejo retrovisor para observar si no hay de este tipo de conductores despistados, sin importar el género y cada vez que me encuentro con alguno tengo que usar el claxon para que mire hacia al frente y haga su alto total o bien en ocasiones la distracción del conductor de atrás es tanto que sin darse cuenta van aflojando el freno pero gracias a que les toco el claxon de mi auto para que reaccionen evitando así un accidente.

Lo malo de esta estrategia es que muchas de las veces confundo al que está delante de mí y piensa que les estoy sonando el claxon a ellos, pero bueno prefiero eso a que me den un golpe por el uso de los celulares.

Les concedo toda la razón como ciudadano a los senadores de la República, en la inquietud ya que es muy evidente ante los indicadores registrados por el Sistema Nacional de Seguridad Pública, que los conductores que usan sus teléfonos móviles reducen considerablemente la reacción o reflejos para actuar en el volante, en especial para frenar y actuar ante las señales de tránsito en general.

En una de las últimas encuestas publicadas en especial la “Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares 2016”, presentada por el INEGI, revelan que en México el 59.5 por ciento de la población usa Internet, y que mientras el aumento de conectividad por medio de uso de teléfonos móviles, también conocido como celulares inteligentes, subió en aquel año en 10 millones mientras que el uso de computadoras de escritorio ha decaído hasta en 4 millones de usuarios.

Por lo tanto, se pude determinar con lógica que más del 40 por ciento de los mexicanos usan un celular mientras conducen, ya sea para hacer o responder una llamada, ver sus redes sociales, escribir en las mismas, y no olvidemos las “selfies”, manejando, así como aquellos que transmiten en video un “selfie” para narrar cualquier bobería.

Un gran aplauso para los senadores que están viendo como un problema social el uso indebido del celular mientras manejan, aunque estoy en total desacuerdo con respecto al señalar un punto de acuerdo del cómo van desalentar el uso de los teléfonos móviles a la hora de manejar, ya que están pretendiendo inventar el hilo negro al reforzar las campañas publicitarias de concientización.

Esas campañas de concientización se están llevando a cabo desde hace recientes años en diferentes administraciones locales y estatales, pero no han hecho gran impacto ante la sociedad.

Aquí hay que decirlo tal y como son las cosas, pero lamentablemente el mexicano no aprende más que con medidas que realmente le duelan y la única manera es aplicando las infracciones por medio de agentes de tránsito.

El problema de cualquier cabecera municipal es la falta de recurso para poder comprar patrullas de seguridad pública, así como aquellas destinadas para tránsito, dándoles obviamente prioridad a las primeras.

Tanto los senadores, así como los regidores deberían estar gestionando recursos a la federación para la adquisición de más patrullas de tránsitos que hagan cumplir el Reglamento de Tránsito, y puedan estar haciendo sus rondines dentro de las avenidas y calles principales es multar en infraganti a todos esos conductores irresponsables que no solo ponen en riesgo su vida sino la de terceros. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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