Nada que agradecer

¿Cuántas veces ha escuchado que la educación en México es gratuita?, posiblemente no existe una cantidad exacta, pero al menos se podría decir, que mucho más de la mitad de la población en el país lo ha repetido amargamente.

Pero no solamente es algo que se dice sino también viene en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su Artículo 3 “Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado –Federación, Estados, Distrito Federal y Municipios–, impartirá educación preescolar, primaria, secundaria y media superior.” y en su fracción IV. “Toda la educación que el Estado imparta será gratuita”. y en su fracción V. “Además de impartir la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior, señaladas en el primer párrafo, el Estado promoverá y atenderá todos los tipos y modalidades educativos –incluyendo la educación inicial y a la educación superior– necesarios para el desarrollo de la nación, apoyará la investigación científica y tecnológica, y alentará el fortalecimiento y difusión de nuestra cultura…”

La palabra gratuita, va más allá de su realmente significado, es decir, es algo que no cuesta, siendo esta parte algo muy equivocado puesto que todos los mexicanos tenemos que empezar hacer conciencia que el dinero para la construcción de escuelas, pago de nómina de maestros y todo lo que conlleva lo pagamos millones de mexicanos a través de la retención de impuestos, y por consiguiente el mantenimiento de las mismas instituciones educativas que le pertenecen o son propiedad física de gobierno es una obligatoriedad mantenerlos en buen estado y sin carencias estructurales.

Y bajo este mismo principio es obligación del gobierno mexicano no solo proporcionar con nuestros impuestos los libros de texto, sino el resto de los materiales que exigen como son los cuadernos, lápices, plumas, calzado, uniformes ya que ante la imposición de las mismas instituciones educativas del estado y federales quienes condicionan tanto el complemento de útiles escolares, así como el de vestimenta porque de lo contrario las mismas escuelas prohíben el ingreso a clases sin estos requisitos, siendo ellos mismos contradictorio a lo que marca la misma Carta Magna de México, porque están obstruyendo el derecho a recibir educación.

Es necesario quitarnos de la cabeza el concepto de la “gratuidad educativa”, puesto que eso ya está pagado en cada uno de nuestros impuestos, sin embargo la falta de transparencia de los recursos y la decisiones tomadas desde los Diputados, Senadores y Legisladores en la asignación de presupuesto al concepto educativo es un papel muy importante para acabar con este mal canceroso puesto que prefieren distribuir los recursos a sus sueldos, lujos personales, sindicatos, partidos políticos y la lista puede seguir.

Todos los políticos han perdido la óptica que el tema de la educación además de la carga de útiles escolares, calzado y vestimenta tiene la implicación de otros gastos como es el transporte, la alimentación, cuadernos, utensilios escolares que deberían de ser integrados dentro de los gastos que paga el mismo gobierno como son las herramientas didácticas, capacitación de docentes, salarios, e infraestructura escolar.

Es correcto la posición de la mayoría de los mexicanos en decir, que la educación no es gratuita, porque es algo que ya pagamos a través de toda esa carga de impuestos, por lo tanto, es algo que constitucionalmente y por obligación de que ya contribuimos por sus diferentes mecanismos de la Secretaria de Hacienda recauda. No hay nada que agradecer, sino exigir más y no dadivas de nuestro propio dinero. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria “Antonio Estrada Salazar” 2018) www.intersip.org

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