Nadie piensa de nuestro pasado

Lo que ha sido la cuesta de enero, así como el mes del amor y de la amistad han sido sin duda alguna dos meses en la que han servido como una cortina de humo para olvidar otros problemas y hasta sociales que no por el hecho de no mencionarse no significa que no existe o bien lo que les gustaría mucho a los políticos es bajar su índice.

Un índice que sería imposible de bajar sino todo lo contrario ya que va creciendo de manera que nadie se imagina, pues sucede lo mismo que cuando se es joven, la vejez se ve, pero muy lejos, hasta en ocasiones ni siquiera se piensa en eso, sino solamente en la juventud eterna.

Lo mismo ha sucedido con nuestro país pues durante décadas se nos calificó como una nación llena de puros jóvenes. Sin embargo, algún día tenía que llegar a su vejez o acercándose a ello, pero nos negamos de aceptarlo.

Así como las autoridades se niegan en aceptar que cada vez hay millones de personas que están muriendo por no tener una liquidez por atención médica, y también son pocas las instituciones de salud que el gobierno mexicano brinda no tiendo suficiente cobertura para la demanda de los mexicanos.

Pero no solamente es insuficiente su cobertura para las necesidades de las personas que sufren enfermedades crónicas causando gravosos problemas económicos de tratamientos, aunado a eso un incremento considerablemente de pacientes de la tercera edad, siendo éste el principal tema a tratar.

Aparentemente no se le está poniendo atención a este foco rojo dejándolo pasar desapercibido, donde las autoridades de salud no están tomando en cuenta que es un indicador en el que nuestro país está envejeciendo como población, teniendo resultados las campañas de la planificación familiar aunado a la consciencia de que cada año la situación económica es más fuerte para poder mantener una familia numerosa.

Durante muchos años México fue visto como un país donde predominaba la juventud, pero todo tiene un ciclo de vida, y si no se hace algo al respecto con tiempo; esa generación que le toco gozar de esa fama de juventud pasara a una población de senectud sin una esperanza de gozar con garantías sanitarias.

Son escalofriantes datos que organizaciones como la OMS, conocida como la Organización Mundial de la Salud, saca el hecho de que más de cien millones de personas quedan en la pobreza cada año al someterse a un tratamiento médico; los costos de los medicamentos se encuentran por encima de los salarios mínimos; y empezando a invadir los salarios de un profesionista.

Al no hacer un estudio para la financiación de la salud, es decir, el cómo y dónde recaudar dinero para la construcción de más instituciones de gobierno con medicamento suficiente y de accesibilidad para las personas de escasos recursos no se vean obstaculizados por el financiamiento de un familiar o de uno mismo cuando formemos parte de una población de la tercera edad.

Pero la solución no es crear nuevos impuestos sino tratar de encontrar nuevas herramientas para incrementar el presupuesto asignado al sector salud, por mencionar como ejemplo el invertir en divisas como lo hace la India, y así otras naciones en las que están teniendo suculentos rendimientos que ni siquiera el presupuesto federal puede otorgar.

México ya no es un país de jóvenes, pero tampoco es uno de viejos, sin embargo, existe ahí un sector de la población que va en crecimiento sin que las autoridades hagan algo, ni tampoco ningún político ya que cada quien piensa en la manera de beneficiarse. Solamente se habla de nuestro futuro, es decir, los niños y jóvenes, pero, y de nuestro pasado qué sucede. ¿A Nadie les preocupa? (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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