Namasté, Marte

Nueva Delhi (PL) Si todo sale cual está planificado, hacia fines de septiembre del próximo año una nave no tripulada india entrará en órbita alrededor de Marte y de alguna forma le musitará el «Namasté» con que la gente de este país expresa respeto al saludarse.

La sonda partió el pasado martes desde el puerto espacial de la Organización India para la Investigación Espacial (ISRO) en la sureña isla de Sriharikota y antes de llegar a su destino deberá cubrir unos 780 millones de kilómetros.

A estas horas debe estar circunvalando la Tierra a fin de alcanzar la velocidad necesaria para liberarse de la atracción gravitacional de nuestro planeta, pero a fines de noviembre comenzará lo que es su verdadero viaje hacia el planeta rojo.

La «Mangalyaan» (en hindi, artefacto marciano) pesa mil 350 kilos -incluidos los instrumentos científicos que lleva a bordo- y es una de las expresiones más cabales del principio indio del «jugaad», consistente en ejecutar cualquier empeño al menor costo posible.

El proyecto estuvo amparado por un presupuesto cercano a los 80 millones de dólares, menos que lo que cuesta un Boeing de última generación, y desde ya es el más rentable entre los 51 intentos del ser humano por estudiar a Marte.

De tener un final feliz, la expedición convertirá a la India en el cuarto país o grupo de países en visitar ese planeta, después de la antigua Unión Soviética, Estados Unidos y Europa. Los intentos de Japón (2003) y China (2011) han fracasado en algunas de las etapas de la misión.

Subir al pódium mundial de las investigaciones espaciales le ganaría al gigante surasiático tanto crédito en términos de científicos y tecnológicos, que expertos de ISRO consideran ese saldo más valioso que la propia misión de la sonda.

Está consistirá básicamente en estudiar el clima, la geología, el origen y evolución del astro más cercano a la Tierra, y buscar metano, agua y otros elementos sustentadores de vida en su superficie.

Tarea que por cierto deberá cumplir «desde arriba», pues cuanto más se acercará al planeta es a 365 kilómetros.

Los más de 16 mil científicos de ISRO tenían los dedos cruzados el pasado martes porque si no lanzaban la sonda ese día, habrían tenido que esperar otros 780 para cumplir la operación.

Es en ese plazo que la Tierra, Marte y el Sol, dispuestos en un ángulo de 44 grados, permiten a las naves espaciales llegar al planeta rojo con un consumo mínimo de energía. Así que si por cualquier motivo la misión se posponía, la siguiente oportunidad solo se presentaría en enero del 2016.

Pero la «Mangalyaan» ya cumplió el primer tramo de su largo viaje y ahora habrá que rezar porque dentro de tres días pueda tributarle al mítico planeta el tradicional «Namasté», que traducido del sánscrito significa «respeto lo divino que hay en ti».

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