No está chido

Se ha dicho que todo lo que leas en los medios de comunicación créale solamente el 50 por ciento. Suena raro viniendo de alguien que escribe y pertenece al gremio periodístico. Sin embargo, no está tan alejado de la verdad lo que coloquialmente se dice con respecto a los medios de noticias.

Sin embargo, haré una aclaración al respecto ya que los lectores no tienen la culpa y mucho menos cualquier medio de comunicación serio porque en el gremio hay de todos existiendo amarillismo, pero al igual que en toda profesión los hay serios o cadentes de profesionalismo.

Puede suceder que hasta este momento se comprenda menos, pero sin tanto rodeo la situación es la siguiente. Una de las características principales sobre las notas informativas es que deben de ser objetivas, es decir, el reportero no puede emitir su propia opinión a diferencia de quienes nos dedicamos a otros géneros periodísticos como su humilde servidor.

Partiendo del punto anterior, se deduce que toda información depende de la fuente, es decir, del entrevistado o bien de aquellos boletines generados por las mismas dependencias gubernamentales.

Así que cuando ustedes escuchen que alguien les comenté que, a los periódicos, así como los medios electrónicos que difunden noticias hay que creerles solamente el 50 por ciento, no es en sí por el medio sino porque quienes dan la información son los mismos servidores públicos, hablando específicamente en este rubro de las noticias.

Un ejemplo claro de ello es típico cuando un mandatario estatal o municipal termina su periodo administrativo termina por salir toda la cloaca. Por ejemplo, tenemos en el municipio de Saltillo, Coahuila, el alcalde Manolo Jiménez Salinas, que ha estado recorriendo las diferentes colonias de la ciudad para supervisar y anunciar a sus colonos sobre programas como bacheo, entrega de unidades de seguridad, y atender el reclamo ciudadano en donde se ha caracterizado por llevar su equipo de gestiones para agilizar necesidades de los saltillenses ha observado lo siguiente.

En su recorrido de las 400 colonias de Saltillo, se ha encontrado con problemas de carentes de nomenclatura y numeración, baches no reportados, ni atendidos dentro de las calles de colonias durante la administración anterior, terrenos llenos de basura, el caudal de riachuelos y arroyos secos saturados de todo tipo de desechos, plazas descuidadas y pintarrajeadas porque ni a graffiti llegan.

No se diga la paramunicipal Aguas de Saltillo, que se han caracterizado en hacer pozos y ni siquiera compactan bien sino simplemente les echan tierra y encima les ponen pavimento frio para tomar la foto justificando con una gráfica que están haciendo su trabajo, pero a los pocos días se hunden esas reparaciones aumentando el número de baches; situación que ha puesto al alcalde Manolo Jiménez Salinas en alerta quien le ha echado ya un ojo a AGSAL, por tanta inconformidad por parte de los saltillenses.

Muchos problemas que no fueron promesan de campaña puesto que un año es muy poco tiempo para poder arreglar situaciones tan complejas, sin embargo, no las está echando en saco roto y trata de darle una solución honesta a cada colono hablando con la verdad y atendiendo necesidades que solicitan quienes asisten a cada una de las obras y dedicándoles el tiempo necesario a los saltillenses.

Estoy seguro que nada de lo mencionado anterior se leía durante la administración de “Chilo”, ya que tanto funcionarios del anterior gobierno local, así como el mismísimo Isidro López, solamente hablaban sin supervisar personalmente las cosas.

Como dicen por ahí los administradores, “orden dada y no supervisada, vale más que puritita chingada”. La lista es larga, ya que estas son solamente algunas de las muchas deficiencias que están saliendo como la necesidad de nuevas rutas de transporte público que no llegan a colonias retiradas del centro de la ciudad.

La falta de supervisión por parte del exalcalde Isidro López, y confiando solamente a lo que su “gente de confianza” le decían al oído no solamente tendrá un costo político sino el costo verdadero es el sufrimiento de los saltillenses. La función de un buen alcalde no está dentro del edificio de la Presidencia Municipal y reuniones privadas sino en el recorrido en las calles de la ciudad y aunque suene cruel, pero al final alguien tiene que pagar o dar la cara por el mal funcionamiento, igual que cualquier negocio en donde existe un responsable. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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