Portugal: El ocaso de un imperio

La Habana, (PL) Los navegantes de Portugal fueron los primeros en llegar a África, y los últimos colonizadores en abandonarla.
Efectivamente, los navegantes portugueses fueron los primeros europeos  en pisar las playas africanas en el siglo XV, con el tiempo esa nación creó un imperio colonial integrado por cinco territorios con una superficie aproximada de  dos millones de kilómetros cuadrados.
Los lusitanos fueron también los primeros en desarrollar la trata de esclavos destinados a la colonia de Brasil en Sudamérica adonde habían
arribado sus compatriotas igualmente en el siglo XV, aunque ese comercio adquirió gran auge a partir de la  centuria siguiente.
Angola fue la mayor de sus posesiones en África, con un millón 246 mil kilómetros cuadrados unas trece veces superior a la metrópoli ibérica.
También la que poseía mayores riquezas naturales.
Las inmensas posibilidades del país fueron constatadas por Diego Cao, quien comandó en 1482 al primer grupo de portugueses que llegó a la
futura colonia. El visitante marchó de inmediato a Lisboa para informar al rey sobre las riquezas que albergaba el territorio.
Cao regresó dos años más tarde, en 1484, y comenzó esta vez los trabajos de colonización; posteriormente desembarcaron en el puerto de
Mpinda, cercano a la desembocadura del río Congo, los comerciantes portugueses.
El comercio se basó fundamentalmente en el trueque de artículos  manufacturados por esclavos.
Si en cierta medida los colonizadores recibieron ayuda de algunos nativos, sobre  todo los convertidos a la religión católica, tuvieron
también que luchar contra la resistencia  de grupos autóctonos que desde un principio les presentaron beligerancia.
La población africana mantuvo una permanente oposición a la presencia colonial extranjera que se caracterizó por los abusos, el desprecio de
los derechos de los nativos y el robo de los abundantes  recursos naturales.
Mozambique seguía en importancia a la colonia angolana. Ubicada en el África Sudoriental era la única de sus posesiones en esa región, las
demás estaban en  el occidente continental.
Los contactos entre Portugal y partes de lo que hoy en conocido como Mozambique se iniciaron con la llegada de Vasco de Gama en 1498. El rey
lusitano estaba interesado en la apertura de una ruta comercial más segura hacia la India, por lo que financió el proyecto del navegante.
A la llegada de los europeos, los africanos tenían constituidas organizaciones que alcanzaron un notable desarrollo material y cultural
como la denominada Federación de  Makalanga, cuyos miembros rechazaron la presencia de los conquistadores extranjeros.
El soberano portugués dio órdenes de esclavizar además de a los africanos a mercaderes musulmanes que hacían negocios con ellos.
Los portugueses estaban empeñados en controlar el comercio de oro que procedía de las  famosas minas  de Monomatapa, que se creía formaban
parte de las Minas  del rey Salomón.
En una época las autoridades de Lisboa trataron de unir los territorios de Angola en el oeste con el de Mozambique en el este, pero la idea
tuvo que ser desestimada por la interposición de las colonias de Zambia y Mozambique, bajo el dominio de la Corona británica.

GUINEA BISSAU
Antes de la colonización europea, el territorio estuvo ocupado por mandingas y fulas; en el siglo XV había un grupo  de pueblos establecidos en las zonas costeras y sometidos en parte  a los Estados
mandingos del interior.
En 1446 el navegante Nuno Tristao descubrió Guinea Bissau, tercera colonia en importancia de Portugal. Descubrir el territorio es un
término puramente occidental pues antes estaba habitado por los grupos nativos, que serían los verdaderos descubridores.
Veintitrés años después Fernando Gómes tenía  el control absoluto del comercio. En el siglo XV funcionaba la Compañía Portuguesa de Guinea,
autorizada en 1697 por la iglesia para introducir miles de esclavos africanos en América.
El monopolio del comercio esclavo estuvo
monopolizado por Portugal hasta el primer tercio del siglo XVI, donde participaron también otras naciones europeas.
El navegante  Diego Gómes descubrió las Islas de Cabo Verde en 1456.
Sin embargo, algunas fuentes históricas afirmaron que fueron descubiertas por otros navegantes alrededor de 1445, poco después del
viaje de Nuno Tristao por la desembocadura del río Senegal.
Ciertos investigadores señalan que en las islas existieron algunos grupos  africanos denominados lebous y felupes que se habían establecido
antes de la llegada de los colonizadores atraídos por la riqueza  pesquera y las salinas.
La inclemencia del clima y la necesidad de establecer un amplio sistema de plantaciones con mano de obra abundante y barata hicieron que los
portugueses mantuvieran un mercado de esclavos en las costas africanas.
Los primeros esclavos fueron llevados  a Cabo Verde a fines del siglo XV
y eran casi todos representantes de las distintas etnias existentes en
Guinea.
Sao Tomé y Príncipe fue la más pequeña de las posesiones con apenas
mil kilómetros cuadrados, y fue colonizada en 1471.
Se  utilizó  durante siglos como depósito de esclavos y punto de partida para el embarque por
parte de los traficantes lusitanos, quienes trasladaban desde las costas de Angola, Congo y Guinea a miles de seres humanos que vendían en
plantaciones de América.
Ese comercio motivó actos de heroísmo por parte de los saotomenses que se  oponían a la trata y al dominio extranjero. El imperio creado por
Portugal fue el primero en establecerse en África y el último en marcharse después de casi cinco siglos de opresión y saque de las cinco
colonias.

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