Puede evitarse lo que pasó en Torreón

En la administración pasada, en la cabecera de Torreón, cuando estaba el ex-edil Eduardo Olmos Castro, su programa de seguridad además de que dejó muy poco que desear, la factura no solo la cobraron los torreonenses sino el sector productivo y generadores de empleo.

En aquel entonces se vivió en la Perla de La Laguna, una época que solamente los ciudadanos pudieron sentir puesto que el que fuera su Alcalde de esa administración nunca lo percibió puesto que siempre ha contado con escolta particular, además de la que le brindaba por parte del gobierno y vehículo blindado.

Su consecuencia en los generadores de empleo se vio afectado en el cierre total de sus negocios afectando enormemente al sector restaurantero y los conocidos antros para los jóvenes.

La inseguridad que se vivió en Torreón fue a tal grado que hasta daba miedo tener que ir a trabajar y muchos jóvenes dejaron de visitar lugares propios de su edad para divertirse, pero como si no hubiese sido poco, muchos universitarios se vieron obligados a tener que migrar a otras ciudades del país en busca de comunidades donde corrieran menos peligro ya que el tema de la seguridad no es exclusiva de una ciudad o un Estado, sino es a nivel nacional. Pero también sabiendo reconocer hay zonas de la república mexicana en donde los actos violentos, robo a mano armada y secuestros son más bajos sus índices que en otros lugares o al menos la presencia de los cuerpos policíacos están más presentes.

Muchos fueron los discursos por parte de Lalo Olmos, aunque pocos sus logros a la hora de la realidad, y en ese entonces aunque por mucha diferencia existente entre los torreonenses y saltillenses infinidad de gente de Torreón prefería y añoraba con el vivir en Saltillo cuando estaba el ex alcalde Jericó Abramo Masso.

Hay que reconocer que en la nueva administración de Torreón, con su actual Presidente Municipal, Miguel Ángel Riquelme Solís, encontró la fórmula mágica para poder regresar esa tranquilidad a los ciudadanos y seguridad de la cual gozaban la “Perla de la Laguna”.

Siempre se ha dicho que son malas las comparaciones pero sin pretender hacerlo o mucho menos con esa intención sino más que el haciendo referencia al refrán “quien no conoce su historia está condenando a repetir sus errores”, y si bien es cierto que en Saltillo no se había presentado tanta violencia con uso de armas largas o alto calibre para cometer asaltos siempre es bueno experimentar en cabeza ajena lo sucedido en Torreón en su administración pasada en donde todo parece que los papeles se han invertido puesto que en Saltillo el índice de robos con violencia e imaginación de los lugares donde cometen sus actos delictivos parece retar cada vez más la ineficiencia de los cuerpos policíacos y el inútil uso de cámaras de vigilancia que a la fecha nunca se ha detenido un delito a tiempo ni después en la cabecera de Saltillo en donde más cámaras hay de los 38 municipios de Coahuila.

Siempre es bueno aprender de aquellos lugares y más tratándose de nuestra propia Entidad las implementaciones que han funcionado para el bien de los ciudadanos y por qué no hasta mejorar los objetivos.

La falta de actuación de asesores externos contratados por el Ayuntamiento de Saltillo y la carente sinergia entre las autoridades y elementos policíacos es un costo muy elevado que tendrá que pagar los saltillenses de no atenderse a tiempo. Los focos rojos ahí están en donde cada vez van en aumento los asaltos con arma de fuego hasta en los lugares menos inesperados como carnicerías de colonias, tienditas y la última en la taquilla en el Cinépolis en donde ahora los comerciantes están con la gran duda: ¿Y ahora qué sigue?

Ni en los mejores y gigantescos corporativos privados, es imposible que su director general pueda resolver todos los asuntos al mismo tiempo, es por eso que delega funciones a sus directores y subordinados para que las cosas marchen bien y mantenerse en el liderato.

Pero mientras sigan fallando no solo su gabinete y su equipo de trabajo en cuanto al tema de la seguridad en donde es más que evidente la falta de presencia y acción policíaca, los robos continuarán en Saltillo y en donde la gente empezará hacer lo mismo que sucedió en Torreón en su administración pasada: No salir para nada.

Esto implicaría una caída de ventas tanto en el sector restaurantero por el temor de ser una víctima de los atracos prefiriendo aprender por medio de tutoriales de Internet para hacer las cosas como el “Sushi”, nada más por mencionar un ejemplo. También se buscará la manera de ver películas de estreno recurriendo a la piratería o servicios en línea por Internet para no ser víctima de un asalto dentro de las salas de cine o el trabajar atrincherado bajo tres candados para evitar ser visitados por los asaltantes.

En la actualidad ya existen negocios restauranteros que empiezan a implementar puertas de seguridad en donde antes de abrir las puertas se aseguran de que no sean maleantes por juzgar su apariencia. Apenas inicia un nuevo modo de vivir para los saltillenses como resultado de la inseguridad y que malamente a la falta de soluciones la gente empieza a adaptarse en algo que todo indica que no da marcha atrás sino todo lo contrario. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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