Ricardo Martinelli perdió su gran batalla

Panamá, 5 may (PL) El fracaso del candidato oficialista José Domingo Arias en los comicios presidenciales celebrados la víspera en Panamá, parece significar a la vez la gran derrota del mandatario Ricardo Martinelli, según opiniones en medios políticos locales.
Opositores como el excontralor Alvin Weeden, dicen que Arias era la eventual carta oculta de Martinelli en sus aspiraciones a la reelección, pero ya eso es agua pasada.
Rodeado de amigos, algunos ocasionales, ministros o empresarios de la nueva ola, Martinelli nunca dejó de estar en campaña.
También sorteó graves escándalos financieros e institucionales que no llegaron a la Corte Suprema de Justicia ni a la Asamblea Nacional porque dominaba por entero esas dos instancias de poder.
Ahora parece que el Círculo Cero de Martinelli se diluye como sal en el agua, que su reinado fenece, y aquella mirada suya siempre amenazante da la impresión que se escabulle ante la expresión atónita de quienes se creían inamovibles en sus cargos.
Para colmo, el ganador en los comicios presidenciales es Juan Carlos Varela, su antiguo aliado al que traicionó al negarle la reelección por la coalición Cambio Democrático-Panameñista, sin la cual Martinelli jamás hubiera vencido en las elecciones de 2009, y contra quien enfiló lo peor de su campaña negativa y tanto denigró en público.
Teóricamente, para Martinelli hoy terminó en su vida pública el abuso de poder y la mala creencia de que el dinero lo compra todo, y sus adversarios lo ven como aterrado, no por el temor de quedar sepultado en su propio légamo, sino de ser preterido y olvidado.
Sus antagonistas les recuerdan hoy delitos de su gobierno como la represión en Bocas del Toro, San Felipe y Colón que dejó tantos muertos por leyes antisociales contra trabajadores e indígenas.
Los escándalos por sobrecostos, coimas, vida licenciosa y corrupción que han dejado llagas muy feas en la imagen de Panamá, serán su corona de espinas, le advierten incluso amigos empresarios a los quienes enfiló sus cañones, en lugar de servirlos.
Habrá que ver si el nuevo gobierno bajo la conducción de Varela está dispuesto a romper el blindaje que Martinelli se construyó dentro y fuera de la estructura financiera y productiva del Estado para mantener el poder más allá del gobierno y de esta derrota de hoy.
Para algunos políticos panameños quizas sea demasiado pedir al presidente saliente que en algún momento logre entender que Panamá no empezó con él,  como acostumbraba pregonar y vuelva a poner los pies sobre esta tierra, a la confundió con un Supermercado.

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