SU VERGÜENZA Y SU CULPA

Cuántas veces ha escuchado a gente decir que le gusta ser perfeccionista en todo o al menos quienes lo pregonan de eso presumen. A el perfeccionismo hay quienes lo consideran como una virtud y posiblemente no hay duda en ello pero tampoco se puede negar que es un cierto umbral que al final se vuelve en contra de uno mismo impidiendo otras cualidades que toquen la puerta como la humildad, la lealtad entre otros más en donde el perfeccionismo tal parece que solo deja ver el lado oscuro de las personas.

Si bien algunos podrían aspirar a ser perfectos en ciertas áreas de su vida cierto perfeccionismo viene en una forma general, es decir, su lado positivo como el establecimiento de altos estándares para sí mismo; y un lado negativo lo que implica factores más perjudiciales como tener dudas y preocupaciones sobre los errores y sintiendo la presión de otras personas para ser perfecto.

Investigaciones por psicólogos han determinado que la paradoja del perfeccionismo es que ciertas personas tienen extraordinariamente altos estándares, pero objetivamente a menudo puede parecer muy disfuncional en términos de su funcionamiento diario, su salud física o mental.

Pero qué sucede cuando una persona con estas características funge como un servidor público y estas cualidades salen a flor de piel. Ante los ojos de los demás podría ser muy evidente que como se diría coloquialmente el síndrome del ladrillo está muy por encima de lo que puede controlar a sí mismo. Un ejemplo lo tenemos en la capital de Saltillo, Coahuila, con el actual Director de Comunicación Social, Zitamar Arellano Trueba, que tan su anhelado puesto y ex periodista porque se retiró de los medios como tal, dedicándose a freelance como asesor de comunicación no ha dado el ancho para las funciones encomendadas o cuando menos para las que fue contratado como empleado no supo realizar sin poder dejar el perfeccionismo a un lado. Mismo que algunos pueden considerar como una cualidad solamente es un reflejo de la baja autoestima, debido a que un perfeccionista nunca se siente “lo suficientemente bueno”, sobre el desempeño personal, teniendo como resultado la sensación de ser un fracasado o un perdedor, con una disminución de la confianza en sí mismo y la autoestima por consiguiente.

El resultado del trabajo de Zitamar Arellano Trueba, es palpable con solo leer los diferentes medios locales en donde es más que evidente el resultado de su mal desempeño pues predominan más las deficiencias dela Presidencia Municipalde Saltillo, ya que con su pregonado lema de la libre libertad de expresión, fue su pretexto para no cumplir ni estar haciendo su trabajo.

Son muchas las columnas de chismes políticos en todos los medios locales de quienes fueron testigo de los señalamientos de su deficiente desempeño y ahora son los mismos quienes anuncian anticipadamente el primer cambio de gabinete que hará el alcalde Isidro López Villarreal, pero solamente con el pasar de los próximos días sabremos si éstas columnas políticas que se destacan por ser grandes oráculos aciertan a sus predicciones pero como dicen por ahí “cuando el río suena, lleva agua”.

Aquella empresa que fue contratada porla Presidencia Municipalde Saltillo para estudiar los perfiles para quienes ocuparían las diferentes direcciones municipales de ante mano sabe que una persona obsesionada con la perfección es alguien extremadamente inflexible, no espontánea y rígido, atribuyéndose cualidades de una deidad como fue el caso de Zitamar Arellano Trueba al considerarse el “Dios del periodismo” para dignificar a todos los periodistas y medios de comunicación de Saltillo al cortar tajantemente el presupuesto a quienes practican la profesión o bien al señalar a medios locales como empresas mediocres, vendidos a otro partidos o manipulados por el gobierno pero eso sí para no hacer sentir mal a los que alguna vez fueron compañeros de trabajo de los diferentes medios después de soportar su amarga hiel como ex periodista les pedía a cada uno un currículum para averiguar en qué son buenos y recomendar una contratación dentro dela Presidencia Municipalde Saltillo.

Convencido de que no existe ningún periódico local que esté a la altura de lo que Zitamar Arellano Trueba está convencido de lo que los medios necesitan que es el Periodismo 2.0, que no se trata de un software sino es la dizque nueva evolución del periodismo en donde todos somos periodistas, es decir, quien quiera que escriba un blog digital, marketing y redes sociales son los periodistas del futuro siendo innecesarios y obsoletos los periódicos. Un subrealismo del periodismo en donde mismo Chito tuvo un blog donde publicaba algunos monólogos sacando su repudio en contra de la familia Moreira y que ni así logró despegar su espacio del Internet y ni mucho menos un comentario de nadie en todo el ciberespacio.

Mi mentor a quien considero como una persona sabía en esta profesión me ha enseñado que cuando se llega a puestos como funcionario público no hay lugar para llevar el periodismo en las vísceras, ni en el corazón con resentimientos, sino en la cabeza.

De ser cierto lo que se dice en las columnas de criterios políticos, en donde habrá cambios en la Presidencia Municipales en el área de Comunicación o sea en una persona como Zitamar Arellano Trueba, que se cree perfeccionista, nunca se sentirá bien acerca de la forma en la que la responsabilidad ha sido manejada en su propia vida teniendo siempre un sentimiento de vergüenza teniendo como resultado la auto-recriminación y la culpa. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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