Unos se quedan y otros se van

Cuando se llega a cierta edad, sobre todo a la tercera o cuarta, la mayor preocupante es la manutención personal o de la familia, por desgracia, más de la mitad de los mexicanos depende de una miseria de lo que el Seguro Social te regresa después de haber trabajado durante décadas pero esa cantidad también va de acuerdo a la aportación que se estuvo dando durante el período laboral activo , siendo tan sencillo el esquema creado institucionalmente que si diste poca cuota para tu retiro, recibes lo que se le ha dado por calificar “migajas”. Esto no tiene ciencia, porque no olvidemos que el IMSS no da nada ni regala, simplemente con servicios médico-hospitalarios y la pensión, regresa lo que al derechohabiente se le estuvo descontando de su salario durante los años que trabajó.

 

Son pocas las personas que sí logran recibir una pensión más o menos digna para vivir por diferentes circunstancias, ya sea porque tuvo recursos para hacer aportaciones voluntarias durante sus últimos cinco años antes del retiro o en su defecto fue registrado en el Seguro Social con su sueldo real.

 

Pero por desgracia, una gran mayoría tiene que ingeniársela para buscar otros ingresos y complementar la pensión no teniendo otra opción más que seguir trabajando dentro de la informalidad o bien en otra empresa que no sea la misma a través de la que fue pensionado, es decir, cambiando de patrón.

 

Triste escenario, pero es una realidad, sin embargo, existe un sector, aunque muy mínimo de pensionados que reciben una cantidad digna para poder tomar decisiones hasta para planear en qué lugar desea pasar su vejez. Contrario a lo que se pudiera pensar a la lógica de quedarse en lugar donde se radica por cuestiones sentimentales porque ahí vieron crecer a sus hijos a nietos o recuerdos de cuando conocieron a sus parejas, estas personas jubiladas han preferido sacrificar el sentimentalismo para irse a vivir a los Estados Unidos.

 

De acuerdo a datos por el gobierno de los EU se incrementó la solicitud de petición de asilo a ese país en un 260 por ciento como resultado de la inseguridad que prevalece en México. Esta guerra iniciada desde el gobierno del expresidente Felipe Calderón Hinojosa, en contra del crimen organizado no solo ha dejado pérdida de vida de gente inocente, sino también ha robado la tranquilidad de todos los mexicanos del cual nunca tendrá un precio para poder comprarla.

 

El incremento reportado por el vecino país del norte arroja la cantidad de 14 mil 610 solicitudes de la cual cada una de ellas está siendo analizada teniendo como argumento los pensionados mexicanos de ser objeto de amenaza por parte de grupos del crimen organizado y cuyo único requisito solicitado es el comprobar que realmente se vive ese tipo de situación; cosa que no es difícil de comprobar aquí en México.

 

Afortunados para esas personas de la tercera edad que tienen esa oportunidad y liquidez para poder vivir fuera de un país donde prevalece la violencia, extorsión, robo y asalto. No les importa que muy a pesar de la diferencia del costo del dólar tengan que sacrificar su pensión pero el precio de la tranquilidad lo vale.

 

Por otro lado, lo que son los pensionados estadounidenses hartos de los altos costos de vivienda prefieren buscar países latinoamericanos como México, Costa Rica, Panamá, Belice y Ecuador, lugares en donde su dinero les rinde más ante nuestra moneda devaluada permitiéndoles hacer inversiones en bienes inmuebles ya que sus ingresos anuales andan entre los 70 mil y 150 mil dólares. Los lugares favoritos de inversión son ciudades como Guanajuato, San Miguel de Allende, Puerto Vallarta, Baja California, Los Cabos, Puerto Peñasco, y Mazatlán.

 

Contrario a los mexicanos, ellos no tienen qué hacer ningún tipo de petición al gobierno mexicano en pedir asilo solo basta un par de espejitos y dólares para invertir, pero sacrificando la inseguridad provocada por los diferentes grupos de narcotraficantes o hasta por qué no; por ignorancia de las condiciones en el tema de seguridad se vienen a vivir muy confiados. Ahora bien hay que esperar si siguen pensando igual en caso de aprobarse la nueva reforma económica en donde el sector inmobiliario tiene planeado que dicho impuesto además del costo de escrituración lo pague el comprador.

 

Mientras que golondrinas mexicanas se van a EU a pedir asilo, otras migran a nuestro país, de continuar la inseguridad y la violencia en que se vive, lo más seguro es que migren éstos pensionados estadounidenses a otros países latinoamericanos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013)

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