Veneno Puro por Rafel Loret de Mola

*Tardías Reacciones

*Los Siete en Rie

*Un Cambio de Verdad

El 6 de agosto de 2013, beneficiado por un amparo después revocado, salió de la prisión “preventiva” de Jalisco, el célebre “capo” Rafael Caro Quintero, quien, de hecho, dio inició a la fama de estos predadores de la salud tras la tortura y muerte del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena Salazar y su piloto mexicano Alfredo Zavala en febrero de 1985. Este suceso marcó una nueva política en las interrelaciones entre los gobiernos de México, el débil, y los Estados Unidos, el fuerte, con amplias ganancias para el segundo dada la presión ejercida sobre una administración, la de miguel de la madrid –muerto en abril de 2012-, infiltrada hasta loa médula por el narcotráfico; el enclave para ello, según fue señalado de manera oportuna, fue manuel bartlett díaz, ahora refugiado bajo las suelas del convaleciente Andrés Manuel López Obrador.

A lo largo de los últimos años de gestión de miguel de la madrid, éste negó ante los medios de información que hubiera signado convenios con el gobierno de Washington para permitir el sobrevuelo de aeronaves estadounidenses sobre territorio nacional en busca de plantíos y casas de seguridad de los narcotraficantes mexicanos en crecida imparable. De hecho, hasta una exitosa serie de televisión tocó el punto, “La Guerra de las Drogas” –no confundir con el libro al respecto de mi admirada amiga Manú Dornbierer-, señaló al ex secretario de Gobernación, bartlett claro, como el punto de cohesión entre las mafias, la oficial y la criminal, en el bajo mundo de una política sin destino, atropellada y dirigida a la ingobernabilidad. Los resultados apenas los estamos midiendo.

Pues bien, a la salida de Caro de la cárcel el gobierno del vecino país del norte apenas habló al respecto, dejando pasar el hecho como poco relevante para sus intereses… hasta inicios del mes de noviembre, tres meses después, cuando fijó, en plan de afrentado, cinco millones de dólares por la captura de quien fuera uno de los líderes del “cártel de Guadalajara” bajo las órdenes del todavía preso Ernesto Fonseca Flores, “Don Neto”, quien también solicitó un amparo con la diferencia de que NO le fue concedido. Digamos que fue aquella una suerte de ruleta rusa comandada por los grandes cómplices gubernamentales de los cárteles con mayor cobertura en México y la Unión Americana.

Cuando los Estados Unidos han querido no han reparado en simular, por ejemplo, una falsa nacionalidad estadounidense para extraditar, en 1996, a Juan García Ábrego, quien negoció, con descaro además, su entrega muy cerca de Monterrey, Nuevo León. Y también obtuvo idéntico “pasaporte” hacia una prisión texana para el sucesor del mismo, Osiel Cárdenas Guillén, capturado el 14 de marzo de 2003 y enviado a la vecina nación el 7 de marzo de 2005, dos años más tarde, para que purgara allí la mayor parte de su sentencia por los asesinatos cometidos y los daños contra la salud derivados de su repulsiva actividad. El gobierno de México, cabe decir, con los fox a la cabeza, ella y él naturalmente, le sirvieron la cabeza del narco en bandeja de plata al “amigo George” –Bush junior-, acaso como una de las estratagemas para conciliarse con éste luego de no apoyar la invasión a Irak y sus secuelas. Un acto de dignidad que resultó, al corto plazo, excesivamente costoso.

Caro estuvo en diversas prisiones desde su captura en Costa Rica, en 1985, basada en la “colaboración” entre los policías mexicanos y las agencias “de inteligencia” de los Estados Unidos. Y durante veintiocho años ni siquiera se inició el procedimiento legal para extraditar al personaje como se ha hecho en muchos otros casos con elementos supuestamente menos trascendentes para la perspectiva norteamericana tomando en cuenta que Caro torturó y asesinó, supuestamente, a un hombre clave para su país y detonante de las condiciones impuestas a la administración delamadridiana para subsanar la herida con concesiones de toda índole, incluyendo la apertura comercial y arancelaria a favor de los grandes consorcios multinacionales. Todo se preparó para que nos engullera el gran gigante, con las enormes asimetrías económicas, y casi lo logró a través de un tramposo Tratado de Libre Comercio, signado por carlos salinas, que sólo ha arrojado beneficios claros para las potencias del norte. Tal fue la factura a pagar amén de convertir al presidente de México en cabildero de Washington para bloquear a mansalva el proyecto de crear un club de deudores latinoamericanos para hacer frente al agio desmedido de los acreedores internacionales protegidos por el Departamento del Tesoro estadounidense.

Algo más: ¿qué hacía uno de los “capos” considerados de alta peligrosidad en una “prisión preventiva” de Jalisco y no en la de “alta seguridad” de Puente Grande –“puerta grande” le nombraron luego de la fuga, en enero de 2001, de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, para estrenar con ello el cambio prometido por los fox-? No hay explicaciones para ello pero el reo salió sin seguimiento alguno, sin escoltas ni, como en otros casos –digamos el de Juan Antonio Zorrilla Pérez, servidor incondicional de bartlett y acusado por el asesinato de Manuel Buendía-, con otros cargos para retenerlo. Sencillamente se fue por su propio pie y se alejó lo suficiente para que nadie pudiera dar con su paradero. Igualmente, los “probos” agentes norteamericanos ni se ocuparon de seguirle la ruta.

Pero ahora el asunto y los intereses cambiaron diametralmente. Caro es un pretexto más para elevar el monto de las negociaciones con el atribulado gobierno del señor peña nieto, incapaz de encontrar salidas diplomáticas pese a sus esfuerzos para reanudar los buenos entendimientos con Cuba, China y Francia, estancados por distintos motivos atribuibles a una insensible derecha mexicana desconocedora de los principios básicos del derecho internacional. Y no es que sepa mucho el actual “primer mandatario” pero alguien debió instruirlo para que zanjara conflictos superficiales -¡paralizar las relaciones con Francia por causa de la novia de un secuestrador!-, acaso como un parapeto para soportar las violentas embestidas del toro de Wall Street, dorado como los lingotes de oro, cuyo valor se calcula en 4 mil millones de dólares, que calderón adquirió y nadie, ningún funcionario mexicano del mayor nivel siquiera, ha podido ver.

Ahora resulta que las agencias “de inteligencia” norteamericanas identificaron a los grandes “lavadores” mexicanos al servicio de los poderosos “capos” intocables –los hay, señor peña nieto, aunque usted haya discursado lo co0ntrario-, sobresaliendo, por supuesto, ¡Rafael Caro Quintero! Y es curioso, digo, porque durante los veintiocho años que estuvo a la sombra nadie se ocupó de indagar las tales “lavanderías” ni a sus dueños o prestanombres, más bien los últimos, que esconden los verdaderos vínculos de las mafias del crimen con la alta clase política de nuestro país. No es casualidad que TODAS las primeras familias, desde la de echeverría para señalar un punto de partida, hayan sido infiltradas a través de alguno de sus miembros relevantes. Quien quiera creer en las coincidencias que mantenga el rostro encubierto con una enorme sábana gris y unos anteojos para ciegos.

Para desgracia de todos, los chantajes proliferan cuando hay demasiado mar de fondo de por medio. Que se atrevan a contradecirme los legisladores a quienes he señalado como posibles enclaves, entrometidos en todas las corrientes políticas. En todas. Si ninguna se salva es porque a México ya NO lo gobiernan sus instituciones.

Mirador

Las autodenominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias-Liberación del Pueblo (FAR-LP) –unas siglas que, además, nos llevan a identificar a las del antiguo gas mexicano-, señalaron, con vehemencia, que son siete personas quienes se arrogan la facultad “de legislar y tomar las decisiones más importantes para la vida del país”; y, sin nombrarlas, dejaron entrever que podrían ser tales los primeros blancos en caso de ataques sorpresa movidos por la creciente fuerza de los llamados “anarcos” que pretenden semejarse a los anarquistas prerrevolucionarios como los ejemplares hermanos Magón y otros. Anarquía y terrorismo forman una combinación con muy altos grados explosivos.

Tratando de situar a estos personajes, fuera del presidente de la República, debemos situar en la lista negra de los criminales en potencia a Luis Videgaray Caso, secretario de Hacienda, y a los legisladores Manlio Fabio Beltrones y emilio gamboa patrón, del PRI, así como a Luis Alberto Villarreal García y Ricardo Anaya Cortés, del PAN. Falta uno, desde luego, y éste bien podría ser Andrés Manuel López Obrador en cuanto a su capacidad de convocatoria y al hecho de que un sector de radicales comienza a verlo como un factor de desunión.

No es un mal augurio; más bien tratamos de ahuyentar la mala energía pero las cosas son así ante el evidente divorcio entre lo que la Constitución señala como “so0beranía popular” y los mandatarios en papel de mandantes con sus aliados a la vera. No se olvide que, por desgracia, en tiempos revueltos se suceden las traiciones y las emboscadas; también contra los periodistas y los líderes sociales. Pero, sobre los últimos, pocos se habla, pertrechados como están en los llamados grupos de autodefensa o marchando por calles y carreteras. Como en estado de guerra. ¿Lo estamos?

Por las Alcobas

Hace años tuve la suerte de convivir en varias ocasiones con el sabio maestro Ignacio Burgoa Orihuela que constituía, por sí solo, una especie de contrapeso al poder presidencial y llegó incluso a denunciar penalmente a lópez portillo por el endeudamiento irresponsable del país, además por esquivar el precepto superior en el sentido de que los empréstitos sólo debían servir para la realización de obras de infraestructura y no para alivio de los presupuestos gubernamentales.

Alguna vez le pregunté si la Carta Magna, con más de quinientos remiendos ahora, debiera ser sustituida. El maestro no se lo pensó siquiera:

–¡No, de ninguna manera! El mayor cambio sería que los principios torales de la Constitución sencillamente se cumplieran. Allí están encerradas cada una de las demandas de una sociedad avasallada.

Y, por supuesto, en aquel momento, tenía razón. Pero, ¿y ahora?

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WEB: www.rafael-loretdemola.mx

E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com

EN LAS ÓRBITAS DE SEGURIDAD QUE PULULAN ALREDEDOR DE LA PRESIDENCIA, SE SABE, A PERFECCIÓN, EN DONDE SE UBICAN LOS MAYORES “CAPOS”, POR LO GENERAL EN ZONAS IMPENETRABLES HASTA PARA EL EJÉRCITO. SÓLO LOS CONOCIDOS “DRONES” –AVIONES NO TRIPULADOS DE LOS ESTADOS UNIDOS-, PODRÍAN CAUSAR ALGÚN DAÑO. ¿Y QUIÉN NOS DICE QUE NO ESTÁN ACTUANDO YA SOBRE TERRITORIO NACIONAL?¿O SENCILLAMENTE SIMULANDO PARA MANTENER EL ESTADO DE VIOLENCIA QUE ABARATA AL TERRITORIO MEXICANO? PORQUE, AL FIN Y AL CABO, LA MANTENIDA GUERRA ATRAE, EN VEZ DE AHUYENTAR, A LOS GRANDES CONSORCIOS MULTINACIONALES.

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