¿Cuál es el origen de la corrupción de una sociedad política como la nuestra?

En la mayoría de los círculos sociales suele creerse que la corrupción no tiene su génesis en la democracia, sino en los déficits éticos de los políticos, funcionarios o “representantes del pueblo”.  Cuando la corrupción se entiende y se atiende desde el punto de vista ético y moral, se la considera una lacra, un mal, un crimen. Por supuesto que lo es, pero esos males no agotan la cuestión, no es la  valoración ética lo que nos permite entender la corrupción.

Existen otras maneras de entender la corrupción, sólo hay que voltear a ver los intentos de abordar la corrupción desde la teoría de juegos. En esta teoría, al corrupto se le considera un jugador que apuesta (consciente del riesgo) a sobornar a alguien para añadir a su salario lo que le conviene. En esta visión se dignifica al corrupto, porque se le pone al nivel de un general que se arriesga a entablar una batalla con otro, a pesar del riesgo de perder la batalla.

Hoy, la visión que destacan los medios masivos de información —que es la del Primer Mandatario de la Nación Mexicana— es que la corrupción tiene su origen en una falta de ética de los funcionarios y, en especial, los que provienen de algunos partidos políticos y que, en casos extremos, a veces alcanza al pueblo. La tesis que se sostiene es que la corrupción que afecta a la sociedad mexicana no es “del pueblo”, “el pueblo” no puede delinquir, “el pueblo” no es corruptible.

Un buen diagnóstico debe señalar la verdadera causa de la enfermedad.

La visión metafísica de la corrupción que divulgan muchos medios de información y que permea en la sociedad, es que la corrupción afecta áreas muy limitadas, sistemas muy limitados de la sociedad, sistemas que están organizados en varios estratos, y que la evolución de estos estratos llegan a un desequilibrio (en las relaciones con su entorno): corrupción fiscal, administrativa, judicial, etc.

A mi juicio, la corrupción que hay que considerar para cualquier sociedad política (democrática, socialista, aristocrática, etc) no es la hacendaria, o administrativa, o judicial, etc., sino las formas de corrupción que tiene su génesis en los ciudadanos, pues ellos son los actores de esas sociedades, son ellos quienes construyen las relaciones que definen a las sociedades políticas.

En este pequeño documento, quiero destacar la corrupción de los ciudadanos de una democracia, y sobre todo cuando no están educados. En mi opinión, en cualquier forma de democracia, la mayor corrupción y el mayor corruptor es la IGNORANCIA. La ignorancia es la peor forma de corrupción que puede haber en cualquier sociedad.

La ignorancia es la madre de todos los Vicios.

El nivel de ignorancia de una sociedad política se puede medir por los niveles y la calidad de educación de sus ciudadanos (primaria, secundaria, bachiller, etc). A su vez, los niveles de ignorancia pueden constituir un criterio de los niveles de corrupción y de las posibilidades de ser susceptible de corrupción cuando se es ciudadano de esa sociedad política. ¿Pero por qué?

Veamos. Una sociedad que no sabe distinguir, por ejemplo, un derecho de un deseo, que no tiene conceptos claros y distintos, que confunde todo, que le da lo mismo chana que Juana, que no le importa si no sabe geografía o historia, que no es capaz de plantear un problema de aritmética simple, que ve a todos los partidos políticos como lo mismo, que no sabe nada de nada, ¿qué le queda? pues sólo hablar de cosas intrascendentes.

Cuando esto sucede en una sociedad política, esta sociedad está corrupta, y está tan corrupta o más, que la corrupción fiscal, o la de la administración, o de los partidos políticos, etc. ¿Acaso no es políticamente más grave quedarse callado ante hechos de corrupción que la propia corrupción de los gestores locales o la de los derroches de millones de pesos en obras faraónicas y ello aún suponiendo que no desviaban parte del dinero público, del dinero “del pueblo” a sus bolsillos?

Por eso sostengo la idea de que la ignorancia de un pueblo es la peor forma de corrupción que puede tener cualquier sociedad política. La esperanza para empezar a combatir las causas de la corrupción de la sociedad mexicana, es elevar los niveles y calidad de la educación de sus ciudadanos, y cuanto más pronto, mejor.

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