Democracia o República

Por Arom Leamsi.

A simple vista pareciera que son lo mismo la forma de gobierno republicana y la democrática. Sin embrago, ya Aristóteles había establecido una distancia entre estas formas de organización política. En su taxonomía de las sociedades políticas (politeia) establece dos criterios: por la cantidad de sujetos que detentan el poder: ¿quién gobierna, uno, algunos o todos los que participan en la conformación de esa sociedad política?

El otro criterio lo estableció atendiendo a la forma en que se llevan a cabo las funciones propias de la gobernanza ¿se lleva a cabo de una manera recta o por el contrario se desvía de una de las anteriores opciones? Se entiende por rectas, las acciones de gobierno que procuran el beneficio común (del Estado), y desviadas las que buscan los beneficios particulares y gratuitos (lo que iría en contra el Estado).

 Conforme a estos dos criterios, se pueden clasificar 6 modos de gobernar. Las que se rigen por la línea de la rectitud daría lugar a: las monarquías, las aristocracias y las repúblicas. Y las desviadas a: las tiranías, las oligarquías y las democracias (libro tercero de la política). He aquí la cuestión, por lo pronto, para Aristóteles, la democracia empieza a ser una forma desviada de la constitución de una sociedad política, es una forma imperfecta de gobernar.

En oposición a esa forma de gobierno, la República sería una forma perfecta de gobernar, una forma deseable para proponerse. Sin embargo, en su libro V, define a la Democracia como el gobierno de muchos que van en la buena dirección, siendo la dirección equivocada lo que él llama Demagogia. En fin, que Aristóteles oscila entre estas dos ideas, de una manera confusa, de manera que resulta muy ambiguo su pensamiento.

¿La Democracia beneficia a todos?

Cuando se refiere a la Democracia, Aristóteles afirma que esta no es la mejor forma de gobierno, haciendo ver algunas de sus limitaciones, por ejemplo, según él, la Democracia comete injusticias contra los que poseen bienes y propiedades; de la misma manera que la Oligarquía hace injusticia a los pobres. Y a partir de estas conclusiones, propone su teoría de la solución del gobierno mixto, una forma de gobierno que fuera a la vez, monárquica, democrática y aristocrática.

Así las cosas, Aristóteles consideraba que la Democracia era la forma mala de organizar una sociedad política, es decir, la forma en la que mandan todos, o la mayoría; aunque también argumenta que la Demagogia es la forma mala de la Democracia y esta, la Democracia, sería la buena forma de la República.

Esta distinción entre Democracia y República, a lo largo de la historia se ha entendido de muchas maneras. Para los defensores del Antiguo Régimen, la Democracia sería la forma más perversa de gobierno; en su visión, esta forma llevaría a una Anarquía, a un Caos, porque  si el poder viene de Dios, entonces debería sostenerse por el Rey, por los Príncipes, y en tanto la Democracia disputa la Soberanía al Rey Absoluto, pues atenta contra la Voluntad Divina por lo ésta forma de gobierno que llevaría al desorden social.

Esta disputa se llevó hasta las cortes de Cadiz donde se discutió ampliamente, entre quienes afirmaban que efectivamente el poder viene de Dios pero se lo otorga al Pueblo, y este lo transfiere a su vez al Príncipe, es decir, el poder lo otorga Dios a la Monarquía a través del Pueblo, posición que de alguna manera cuestionaba el poder absoluto del Rey. De esta manera surgió la disputa entre el absolutismo contra lo que prefiguraba una nueva forma de entender la República.

Vox populi, vox Dei.

En esta nueva visión, el poder reside Absolutamente en el Pueblo y éste pude transferirlo al Príncipe, si así lo desea la mayoría. Y por supuesto, también surgió la idea de que el poder queda en el Pueblo y de ninguna manera se podía transferir al Príncipe, a lo sumo se le transfería la función de gobernante, pero la Soberanía pertenecía única y exclusivamente al Pueblo. En este ambiente se acuño la frase: “llamar SOBERANO al Rey es delito de lesa majestad”, refiriéndose a Fernando VII, es decir, el Soberano es el Pueblo.

En la tradición, la República del latín rex publica (cosa pública), es sencillamente la Sociedad Política y esta república envuelve a la Monarquía, de manera que la distinción entre Monarquía y República desaparece en el concepto de República como sociedad política. Y la idea de Democracia, pues es mucho más difícil de roer. ¿Cómo distinguirlas?  Para muchos las diferencias podrían estar en lo siguiente: La Democracia estaría íntimamente relacionada con la representación directa de los electores, en el supuesto de que hay sufragio universal, quedando la discusión de si la representación está en unos pocos que representan a todos, o si en esta representación participan todos de algún modo, a través de sus representantes, es decir, se presupone que todos están participando de algún modo en las discusiones parlamentarias en las que se discuten los destinos del Estado, es decir, en los asuntos públicos, fundamento de la República. Así, la Democracia sería el sistema en que la mayoría está representada de manera directa, y en la República, una minoría representa de manera indirecta a la mayoría.

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