Claudio Montaño

EL FUTURO ES HOY…. DA UN POCO DE MIEDO.

Por Claudio A. Montaño Mier

-La filosofía del aula en una generación será la filosofía del gobierno en la siguiente.-
Abraham Lincoln.

Mi primera incursión en la educación superior la tuve en 1991 cuando aplique para ingresar a la licenciatura en electrónica de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Para sacar ficha me fui a formar desde las 3 am (algunos otros se quedaban a hacer fila desde la noche anterior), salí a las 2 de la tarde. El día del examen salí muy temprano de mi hogar paterno y me fui en transporte público al lugar preestablecido para cumplir con la evaluación. Terminé el proceso y me regresé muy contento, caminando a casa. Así como yo, miles de estudiantes realizamos el proceso de admisión a educación superior en ese año.

Este fin de semana todas las instituciones de educación superior del Estado de Puebla realizaron el examen de admisión, sin embargo,  en contraste con mi generación,  ha ido en aumento una gran cantidad de autos estacionados en doble y hasta triple fila de los padres de familia que llevaron y esperaron a los futuros universitarios durante las cuatro horas que se aseguró duraría el examen.

Este caso no es el único, en tiempo de clases podemos ver a los papás entorpecer el tránsito vehicular cuando dejan a su hijo en la puerta de la universidad y se quedan estacionados hasta ver que el universitario entra a su salón de clases, sucede en más instituciones de las que pudiéramos pensar.

Este tipo de actitudes no surgen en el aula, estas actitudes surgen en el seno de la familia, pues es ahí donde se adquieren los valores que regirán nuestra integración a la vida social y el impacto trasciende más allá del hogar: en la sociedad. Cada día hay una mayor cantidad de adultos de 30 años que aún son dependientes económica y emocionalmente de sus familias paternas, duermen en la misma habitación desde que son estudiantes y dependen de las decisiones que otros toman por ellos. Una generación donde los papás y las mamás han hecho a sus hijos totalmente dependientes.

 El origen lo encontramos en el papel de los padres en la escuela elemental: si olvidan la tarea se la llevan a la escuela, si no la hace lo justifican, si reprueban la culpa es del maestro, si no quiere ir a la escuela o llega tarde lo disculpan; todo esto siembra en el estudiante la idea de que no tiene ninguna responsabilidad, sus padres le han descargado de ella.

Si seguimos con esta inercia nos espera un futuro poco favorable, la gran cantidad de “ninis” que la población productiva tendrá que soportar, su baja participación en los procesos de decisión democrática nos causa preocupación por este sector de la sociedad que aún piensa que tendrá a alguien a su lado que resuelva sus problemas.

Preocupa que las instituciones de educación superior llamen a los tutores a firma de boleta de calificaciones, preocupa que los padres realicen cualquier proceso administrativo en la institución a la cual pertenecen,  preocupa que sigamos en una dinámica paternalista que retrase su madurez, preocupa que a esta generación le corresponderá llevar las riendas de nuestro país en un futuro próximo.

La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada, y la esperanza sobre lo que ignoramos, que es todo.

Maurice Maeterlinck (1862-1949) Escritor belga.