Estamos a tiempo para evitarlo

Cuando era niño tanto en la casa como en la escuela se me enseñó lo que era considerado basura, y también se me enseñó que se tenía que separar en basura orgánica e inorgánica. Se me explicó que de esta manera se le daba la oportunidad de recuperar materiales para darle un fin diferente al original, incrementar la vida útil de los rellenos sanitarios y contribuir a mejorar el ambiente.

En medida que vienen las nuevas generaciones la basura ya no se separa en dos grupos sino en tres; en orgánicos, inorgánicos que estos a su vez se divide en un grupo donde va todo el papel y cartón en general. El tercer grupo que pertenece al de los inorgánicos es para todos los materiales como el plástico, aluminio, vidrio, botellas de agua, refresco, jugo, entre otros que no sean papel o cartón.

Además de la basura, todo aquello considerado como contaminación era considerado aquello que venía de la combustión de los energéticos, como la luz, motores, industria, así como el mal uso que la industria principalmente le da a los ríos y mares.

El tema de la contaminación es muy basto. Tanto así que en mi vida nunca me hubiera imaginado que existiría la contaminación visual y posiblemente acá en Coahuila no se ha presentado mucho pero conforme pasan los años y en la medida que van creciendo sus municipios, con el desarrollo de las ciudades y medios de comunicación ésta contaminación visual empieza a florecer.

Así es los anuncios espectaculares principalmente, bardas, carteles y anuncios del transporte urbano son la contaminación visual. Es un problema estético, en referencia a los impactos de la contaminación que deterioran la propia capacidad para disfrutar de una vista o visión.

Pero el real problema de ello que nos afecta como sociedad es que aparte de que va en contra del paisaje natural y estético o arquitectura urbana, es un detrimento a la belleza de nuestro entorno, desvirtuando la perspectiva de nuestras calles, avenidas, bulevares, y caminos rurales, obligándonos a tener que tolerar una sobre estimulación de carteles publicitarios que en la mayoría de los casos ni siquiera interesa al espectador dejando únicamente un problema de inseguridad vial dado que pueden causar distracciones.

Esta contaminación afecta principalmente a las ciudades grandes, es por eso que hago referencia a que en nuestra entidad apenas está floreciendo, en la medida que crece nuestros municipios en donde todavía estamos a tiempo de poder regular los anuncios publicitarios

Estamos en el país en donde los permisos y la autorización de anuncios espectaculares, bardas y otros, aún no han tenido cambios o reformas sustanciales que no solo regulen la cantidad de los anuncios sino que también cuenten con la seguridad de los anuncios sobre todo aquellos conocidos como espectaculares en donde usan estructuras débiles arriba en las azoteas de casas o edificios en donde lamentablemente ambas están sufriendo un detrimento con el pasar de los años, representando un peligro para la ciudadanía.

Hay necesidad de regularlo y Coahuila todavía está muy a tiempo de hacerlo, pero no existe el interés de hacerlo ya que muchos de ellos han resultado como un elefante blanco en dónde se puede “lavar”, dinero para muchos funcionarios pues a la falta de regulación éstos, se han servido no solo en tiempos electorales una fuga de dinero justificable.

Pero muchas veces sin percatarnos estos elementos “dizque” publicitarios en su conjunto solamente generan contaminación visual influyendo negativamente sobre el hombre y el ambiente disminuyendo la calidad de vida. Además de que su origen ha quedado obsoleto en donde anteriormente se tenía la idea de que, a mayor exposición de marca, más ventas se consiguen, ya que esta estrategia ya no funciona y menos en los anuncios espectaculares ya que en la actualidad ya nadie voltea hacia frente porque todos están agachados volteando a ver sus dispositivos inteligentes, así que, ¿alguien cree realmente que van a voltear hacia arriba? (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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