Guillermo Robles Ramírez

La institución más noble

Por Guillermo Robles Ramírez

            Como se ha venido haciendo cada año este miércoles pasado se dio banderazo para la Colecta Nacional 2019 de la Cruz Roja de México. Sin embargo, días antes para ser un poco más preciso desde la semana pasada la Cruz Roja en Saltillo se adelanto a esta recaudación voluntario de todos los mexicanos teniendo como meta lograr juntar 1 millón 600 mil pesos para este año.

            Bajo el lema “La Cruz Roja te llama”, fue como inicio esta colecta anual que durará del 14 de marzo al 7 de abril, pero lo que he visto en los principales cruceros de esta cabeza municipal de Saltillo, ha sido puros ángeles caídos y no precisamente me refiero a los bíblicos sino a todas esas colaboradoras vestidas de blanco con su insignia roja, muy apagadas y tristes.

            Y es muy entendible ya que la gente saltillense o al menos los conductores andan con la cabeza muy ocupada en otra cosa que ni siquiera las quieren ver o se voltean como niños cuando el maestro de primaria hace una pregunta y desconocen la respuesta.

            Un llamado a los saltillenses para responderles con gratitud una vez al año a esta gran institución que siempre han estado presentes en los momentos más difíciles, la Cruz Roja Mexicana se ha logrado consolidar como una de las instituciones más nobles que existen al servicio de la ciudadanía.

            Tan solo hay que recordar que esta benemérita organización ha participado de manera voluntaria en un sin número de acontecimientos, que ha marcado la historia de este país, tales como inundaciones y sismos, además de accidentes, que ocurren diariamente.

            No hay una sola familia en este país que no haya requerido, en algún momento, de la atención de los paramédicos, enfermeras y todo el equipo de voluntarios que conforman esta organización, que cumplió sus 109 años de existencia en el país.

            Aunque su origen data desde el año 1863, no fue hasta el año de 1898 cuando La Cruz Roja Española solicitó al gobierno mexicano información acerca de las relaciones entre la instituciones y asociaciones de asistencia pública con las unidades de sanidad.

            Años más tarde, el Presidente en ese entonces, Porfirio Díaz, expidió un decreto en el cual México se adhiere a la Convención de Ginebra para el mejoramiento de la suerte de los heridos y enfermos de los ejércitos en campaña.

            Desde entonces, la institución comenzó a trabajar, cuando en el año de 1909 la ciudad de Monterrey se ve afectada por una tromba que afectó a más del 50 por ciento de la población, dejando a su paso un gran número de heridos y damnificados.

            De esta manera, un grupo de voluntariados liderados por el doctor Fernando López y la señora Luz González, se trasladaron hacia el norte de México, constituyendo la primera brigada de auxilio que abanderó el emblema de la Cruz Roja Mexicana.

            Siendo el parteaguas para meses después el 21 de febrero de 1910, el general Porfirio Díaz expidió el Decreto Presidencial en el que se le da reconocimiento oficial a la Cruz Roja Mexicana.

            Considerada como única por su noble labor a nivel mundial, fue en el desastre natural más trágico en todo el mundo, el terremoto de México en 1985, que representó para la Cruz Roja, la prueba más dura que había que enfrentar, hasta entonces.

            La magnitud del siniestro fue tal, que a su paso solo se podían observar edificios caídos, gente clamando ayuda, desesperada ante lo que había pasado, sin poder creer lo que observaban.

            De inmediato, la institución se coordinó para trabajar en labores de rescate, a pico y pala, ya que en ese entonces el equipamiento era nulo, sin embargo, pese a las dificultades, se logró apoyar y ayudar por días, sacando gente que yacía entre los escombros.

            Luego del suceso ocurrido en el año de 1985, una nueva tragedia sacudió al pueblo mexicano, esta vez se trató del huracán Gilberto, que se abatió en las costas mexicanas, desde Yucatán hasta Nuevo León, dejando a sus paso miles de damnificados a quienes se les brindó toda la atención.

            Sin embargo, para 1992, un nuevo reto llegaría a la institución, un huracán afectando a Florida, Estados Unidos, por lo que la Cruz Roja se activó, apoyando en los servicios de socorro a los damnificados hispanos.

            Estas tareas se realizaron no solo en EU, sino en Cuba, Haití y en otras partes del mundo.

            Hablar de la Cruz Roja Mexicana, es hablar de una institución que más allá de las tragedias, ha hecho una labor destacada por los demás, sin importar el día, hora y lugar.

            Es bueno recordar su historia en México, y sus logros que han dejado huella de admiración ante los ojos internacionales, pues es necesario que las nuevas generaciones sepan su importancia y no los vean con ojos de indiferencia en los cruceros de las calles de las ciudades del país para su colecta anual. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria “Antonio Estrada Salazar” 2018) www.intersip.org