La ropa sucia, se lava en casa

El Instituto de Salud, más grande e importante del país, es decir, IMSS, se preocupa tanto por el sostenimiento en el futuro por la falta de recursos para mantener a los derechohabientes, jubilados y pensionados que se ha visto a la necesidad de condicionar a los patrones que al momento de registrar a un nuevo trabajador tiene que ser “obligatoriamente”, con dos salarios mínimos; con la justificación de que es insuficiente para que una persona pueda sostenerse, y es por eso que dicen el sistema del Instituto Mexicano de Seguro Social no permite un salario mínimo sino el doble.

Muy a pesar que en la Ley Federal del Trabajo, dice en su artículo 90, que el salario mínimo es el monto mínimo que deberá pagarse en efectivo por los servicios prestados en un día de trabajo y el artículo 61 define que la duración máxima de la jornada laboral es de 8 horas durante el día, 7 para jornadas nocturnas y 7 y media para las jornadas mixtas.

También en el artículo 85 de la Ley del Trabajo, el salario pagado a un trabajador (nunca menor al salario mínimo) debe basarse en una jornada normal de 8 o 7.5 horas (cuando es nocturna).

Pues con todo y esto de manera injusta, arbitraria y abusiva impide que cualquier patrón contrate bajo lo indicado a la Ley Federal del Trabajo, sino solamente bajo las condiciones del IMSS.

El mismo Instituto Mexicano de Seguro Social, obliga a la parte patronal a tener que ofrecer trabajos sin prestaciones, y ante la falta de ingresos, eliminación de estímulos fiscales ya que el pago de trabajadores no es deducible de impuesto, representando por encima del 45 por ciento de los gastos directos de cualquier negocio, son las condiciones por las cuales los dueños de empresas y comercio toman medidas para evadir la formalidad y derechos del trabajador.

Por otra parte, la falta de empleos y la vida encarecida obliga a los trabajadores aceptar las condiciones impuestas por los generadores de empleo que no son recompensados con estímulos fiscales, a tener que trabajar sin estar inscritos ante el IMSS, o en su defecto se registra un salario mínimo y el resto fuera de nómina.

Ahora bien, la mayor parte de las pérdidas del IMSS, no está en lo que ellos dicen sino en lo que realmente ocultan entre los pasillos del Instituto y su departamento de jurídico.

El despilfarro fuerte dentro de este Instituto, radica en las demandas recibidas por negligencias médicas, la cual arriba del 50 por ciento de las denuncias interpuestas en contra del Seguro Social son casos que pierden; según información proporcionada por la Comisión Nacional de Arbitraje Médico.

El otro gran porcentaje en sus pérdidas se encuentra el robo o tráfico de equipo médico, así como de medicamento que se vende de manera clandestina y del cual, aunque tienen conocimiento de tales actos ninguno de estos son denunciados ante ninguna autoridad para poder evitar señalamientos públicos, así como escándalos políticos.

Pero por lo general siempre que sucede esta tan habitual costumbre de saquear a esta institución de salud gubernamental, existe más de un funcionario público involucrado en ello, aplicando literalmente lo que dicho dice “la ropa sucia se lava en casa”.

Es más fácil culpar a un tercero como son al área patronal y a los trabajadores quienes trabajan sin el cumplimiento que marca la Ley Federal del Trabajo y no denunciar a los patrones que incumplen a esta prestación laboral. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria “Antonio Estrada Salazar” 2018) www.intersip.org

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