No están peleados

Lo más bonito de las épocas decembrinas son los adornos, el ver las casas con las diferentes luces que prenden y apagan, iluminadas con muchos colores trae seguramente mucha alegría y emoción por la llegada de Santa Claus en el caso de los niños y para los adultos con mayor fe la llegada del Niño Jesús.

El fervor por las compras para los regalos navideños en donde tanto como niños y adultos fueron sorprendidos con los regalos tradición con el pasado 24 de diciembre se hace para celebrar la llegada de Santa Claus o Papá Noel; otros simplemente lo entregan hasta el Día de Reyes cuestión de usos y costumbres.

Cualquiera que sea la tradición no deja de ser sobre todo tiempos de reflexión y religión en donde cada vez pasados los años es notorio observar que en muchas familias poco a poco se ha perdido su esencia de fe y creencias.

Es definitivo que el toque especial de reflexión y religión es la colocación de un nacimiento, que cada año se ven menos en las familias o en su defecto se van reduciendo de tamaño llegando a poner solamente al Niño Dios, José y María.

Son pocas aquellas familias que llegan a colocar un nacimiento grande tratando de representar cientos de pasajes bíblicos y aquellos de tamaño mediano intentan representar los quince principales: La creación del universo, la creación del hombre, cuando Dios crea a Adán, Caí y Abel, El Arca de Noé, el sacrificio de Isaac. Cuando Jesús es salvado de las aguas del Río Nilo, el portal de Belén, la anunciación, la visita a su prima Santa Isabel, cuando van pidiendo posada, cuando van empadronarse, la última cena, cuando Jesús es presentado en el templo, y el nacimiento del Niño Dios.

Costumbre que se empieza a perder con el pasar de las generaciones en donde se inculca más a los hijos que cuando se trata de la llegada de la Navidad y las fiestas decembrinas la llagada de Papá Noel, quien traerá consigo juguetes y regalos para todos en donde se tiene como resultado minimizando la importancia a la llegada del Niño Dios.

Tampoco significa que ambos estén peleados, pero… ¿Por qué no inculcar el valor de la fe y la religión entre los miembros de una familia?, o intentar continuar la tradición de nuestros padres o inclusive desde los abuelos que iniciaron con un nacimiento chico que con el trascurrir del tiempo le fueron agregando año tras año nuevos pasajes bíblicos y todo con la intención de inculcar el valor de la unidad familiar y la fe religiosa.

Poca gente siente nostalgia de aquellos nacimientos grandes en donde había quienes incluían lagos artificiales y ríos con agua de verdad. Siempre era visitada aquella casa en donde el nacimiento era motivo de orgullo por su tamaño, motivo en donde se decidía que sería el lugar para hacer la posada, cenar los tamales con su champurrado y chocolate caliente, pero también era ahí el lugar donde se llevaban todos los Niños Dios de las familias para hacer la oración con motivo de su nacimiento.

Ahora tal pareciera que esa tradición se va perdiendo con los años al igual que los concursos de nacimientos en donde su competencia desleal ha sido los juegos electrónicos con su gran variedad de videojuegos envolviendo a los niños en un mundo imaginario y fantasía en el que él es protagonista de una vida de adultos y violencia por que aquellos en los que se usan armas son los que ocupan el primer lugar.

Ya es muy raro escuchar a un niño o niña emocionarse porque van a poner el nacimiento, sino ahora es la importancia del árbol de navidad porque sabe que es ahí donde llegará Santa Claus a dejar los juguetes.

Es bueno que en vez en cuando asumamos el papel de padres no tan modernos a tradicionales para mantener vivo ésta tradición que sirve para reafirmar la fe y reflexión para la unidad familiar; valor que cada vez se pierde entre tanta noticia de violencia motivada precisamente por eso. Felicidades para esas pocas familias que aún conservan esa tradición de conservación de la fe religiosa recodando la unión familiar como la base de nuestra sociedad. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

Deja un comentario