Diles no a los taxis

La competencia siempre es buena, aunque hay quienes difieran de esta opinión, sin embargo, estoy convencido que es la única manera en la que se puede combatir algunos males cancerosos como son prestadores de servicio quienes se la pasan abusando de la ciudanía cuando existe algún monopolio.

Por años el servicio de transporte público ha pertenecido solamente a unas cuantas familias que se han beneficiado por décadas quienes manejan más de una sola concesión de los ayuntamientos y esto sucede en todo el país.

No existe municipio en México, que sufra de este mal en donde solamente quienes usan estas concesiones de transporte público, nunca les interesa el bienestar de la ciudadanía siendo más que evidente el descuido de sus unidades, así también como el mal estado de sus maquinas u cualquier otro tipo de desperfecto mecánico.

Tampoco se diga más los vejestorios vehículos que realmente muchos de ellos son dignos de haberse ganado un espacio en algún museo de camiones y carros viejos del país.

Por lo general cuando alguna nota informativa o columna editorial, u opinión se refiere al tema de transporte público, lo primero que viene en mente es seguramente los camiones urbanos. Sin embargo, también existe y están dentro de las mismas características todo aquel taxista que circula en las diferentes ciudades de nuestro país.

En esta ocasión al transporte público al que me referiré es a los taxistas del municipio de Saltillo, Coahuila, que durante años han hecho de las suyas, sin que ninguna autoridad haga algo al respecto más que puras “llamaradas de petate”, ya que, aparte de sentirse los amos y dueños de las calles de Saltillo, son los primeros en causar los problemas viales.

La mayoría de sus choferes son unos cavernarios en el volante, y sin mencionar que agresivos entre ellos mismos, otros conductores y hasta con los mismos peatones. Tal parece que son las características necesarias para poder cumplir los requisitos para ser taxistas, o al menos en la capital de Coahuila.

Durante años han cobrado tarifas fuera de la realidad o razonable y una vez que les pusieron los taxímetros estos se los han pasado por el “arco del triunfo”, pues al fin y al cabo no hay quienes los castiguen de una manera simplificada sin necesidad de tanta burocracia como para interponer alguna denuncia, es decir, sí hay leyes y reglamentos que deben de cumplir, pero no hay quienes hagan que se cumpla por la falta de personal y presupuesto.

No fue hasta que llegó el servicio de la compañía extranjera “Uber Technologies” conocido como simplemente Uber, aproximadamente hace tres años atrás y hubo muchas polémicas asegurando un fracaso su servicio, pero a la fecha de hoy ha sido todo un éxito en Saltillo, prestando un verdadero servicio económico, buena calidad, y sobre todo educados.

Todas sus unidades son vehículos de modelos recientes, impecables por dentro y por fuera, pero sobre todo no se comportan como animales en el volante como suelen suceder con el tradicional transporte público de los taxis.

Una alerta a los saltillenses ya que sería mucho pedir a las autoridades puesto que en los horarios que los taxistas de Saltillo, abusan de sus pasajeros es en la noche y evidentemente fuera del horario laborales de la Presidencia Municipal.

Durante el turno nocturno de éste pésimo servicio de transporte público, los taxistas están cada vez más desesperados siendo evidente y descarado sus abusos en tarifa nocturna a la que ellos le llaman “tarifa libre”, como dicen por ahí del tamaño del sapo es la pedrada o bien otros aplican el asalto bajo un servicio de cobrar lo que ellos quieran y de no pagar bajo la amenaza de no irse del lugar del destino final y hablar a la policía argumentando no pagar el servicio de su “tarifa libre”.

Solo para que usted lector tenga una idea del cobro de la “tarifa libre”, lo que están haciendo es recogiendo a una persona del ISSSTE frente al Museo del Desierto para dejarlo en la colonia Bonanza están cobrando arriba de 150 pesos después de la media noche para ser preciso a la una de la madrugada.

Ahora bien, la misma distancia, misma dirección, y mismo horario, pero con el servicio de Uber su tarifa es de 74 pesos y con un vehículo más reciente, choferes calificados y segura procedencia, es decir, sin antecedentes criminales, ofrecen agua, chicle o pastilla de menta y con plática agradable.

La competencia siempre será bien recibida cuando trae al consumidor mejores beneficios y opciones a escoger ya que es decisión del saltillense si continúa soportando los abusos por parte de este gremio del transporte público. Existe una gran ventaja el uso de Uber en donde tiene el saltillense seguridad y ahorro en su bolsillo, así que ya lo sabe, no usen el servicio del taxista tradicional pero sí el Uber, que verás que te costará menos y sin discusiones o pretender usar la fuerza de seguridad pública bajo falsos argumentos y abusos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria “Antonio Estrada Salazar” 2018) www.intersip.org

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