Guillermo Robles Ramírez

Es tú decisión

La titular municipal de la Dirección del Medio Ambiente en la capital de Coahuila de Zaragoza, Graciela Patricia Arocha Gómez, hace un llamado a los saltillenses de no tirar basura en terrenos baldíos, con su característica personalidad amable y sonriente que la distingue.

Siempre respetuosa y entregada a Saltillo, ejerciendo su profesión como bióloga aplicando todos sus conocimientos para el bienestar de su comunidad. Con los dedos de una mano puedo decir que realmente conoce no solamente la capital sino tiene amplio conocimiento de lo que hay en Coahuila, y que puede decir hasta de memoria cuántos ríos, riachuelos o arroyos hay como cuántos kilómetros están conformados.

Hay que sumarnos al llamado de no tirar basura en terrenos baldíos, pero al igual que en las calles puesto que esto siempre ha sido una complicación cada vez que llueve porque tapa las descargas pluviales de la ciudad.

No hay que abusar del trabajo duro de la Presidencia Municipal, así como el apoyo del alcalde Manolo Jiménez Salinas, en mejorar el servicio de recolección de basura en Saltillo, no solo con la adquisición de nuevas unidades, sino también salen a diario 250 trabajadores en la recolección de basura en las calles.

Se dice fácil, pero no lo es ya que diariamente se genera 750 toneladas de desechos, gracias a ese empeño que el mandatario municipal le ha dedicado, podemos decir, que al día de hoy estamos dentro de los municipios más limpios del país, con el gran programa de “Embellecimiento y Limpieza de Saltillo”, el cual nos hicimos acreedores al premio internacional “Escoba de Platino” por las buenas prácticas con el medio ambiente.

Pero si nos gusta presumir de cada uno de los logros y reconocimientos nacionales e internacionales los saltillenses tienen la obligación de aportar con la limpieza, es decir, no ensuciar fuera de la casa.

Hay que tomar en cuenta que deshacerse de la basura no siempre es tan simple. Estudios recientes han calculado que las botellas de vidrio que se arrojan al mar tardan mil años en descomponerse. Los pañuelos desechables, en cambio, solo tres meses. Una colilla de cigarrillo contamina el mar un máximo de cinco años; las bolsas de plástico de diez a veinte, aunque hay quienes opinan que duran toda la vida; los productos de nailon de treinta a cuarenta; las latas, quinientos, y el polietileno mil años.

Cada decisión que tomamos en la vida ya sea en lo individual o en lo social es la proyección de lo que somos. Mucho se ha dicho que solo hay cuatro formas de ocuparse de la basura: enterrarla, quemarla, reciclarla o no generar tanta.

La basura enterrada en los vertederos no solo ofende a la vista del vecindario, sino que puede convertirse en un problema sanitario. A medida que los residuos se descomponen, produce un gas incoloro, inodoro e inflamable llamado metano, que si no se controla puede filtrarse por debajo de la tierra destruir la vegetación, introducirse en edificios cercanos y explotar si entra en ignición. Y ya se ha producido algunas muertes por esta causa. También corren peligro los depósitos subterráneos de agua, o acuíferos, si algunas sustancias químicas peligrosas se filtran por la tierra y contaminan los abastecimientos de agua para consumo humano.

Algunos políticos dicen que la solución del problema está en quemar los desperdicios en gigantescos incineradores municipales. Pero eso también plantea problemas. Los defensores del medio ambiente advierten que cuando se incinera plástico y otros residuos se producen sustancias químicas tóxicas, como la dioxina, que contamina el aire. Un destacado ambientalista dijo: “Ver una planta incineradora es como ver una fábrica de dioxina”. Y la revista Newsweek comentó: “Las incineradoras también producen toneladas de cenizas que con frecuencia están contaminadas con plomo y cadmio”.

El llamado por parte de las autoridades es en definitiva de manera educado y sin ofender a nadie. Todo lo contrario, a lo que la alcaldesa de Gómez Palacio, Durango, Juana Leticia Herrera, quien en tono enojada regaño a los gomezpalatinos acusándolos de sucios.

En algo tiene la alcaldesa de aquella ciudad la razón, en donde la gente es muy buena para exigir, pero muy malos para hacer lo correcto, ya que en una ciudad el principal actor es el ciudadano.

Mucho se dice que el reflejo de cómo nos comportamos en casa, es igual que se hace en la calle. Pero al final es la decisión de cada uno de los saltillenses en convertirse o proyectar sus buenos o malos hábitos y costumbres que tienen en casa. ¿Cuál de ellos eres? (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria “Antonio Estrada Salazar” 2018) www.intersip.org

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