Guillermo Robles Ramírez

Carrusel infantil dentro de la ilegalidad

Por Guillermo Robles Ramírez

            Probablemente si ustedes han escuchado del carrusel, lo primero que viene en mente es aquel juego infantil mecánico en la plaza principal, ferias e incluso en algunos centros comerciales siendo más populares por sus figuras de caballitos para montar.

            Pero este término también existe cuando se trata de un operativo vial cuya principal función es reducir el exceso de velocidad para prevenir accidentes. Estos se han puesto en marcha en diferentes entidades federativas ya sea por autoridades locales, estatales o federales cada vez que se presenta la urgencia por un mal tiempo climatológico o saturación de vehículos en temporadas vacacionales o bien por considerase algún paso vial en donde los conductores no respetan los límites de velocidad.

            Estos tipos de Operativos Carrusel, evidentemente están supervisados por las autoridades de tránsito, así como agentes pertenecientes a cualquier tipo de corporación de Seguridad local, estatal o federal.

            Sin embargo, la falta de educación vial y también las escuelas públicas y privadas ante ponen sus intereses por encima de la Ley, es decir, están arriba de lo que marca el Reglamento de Tránsito y Transporte de los Ayuntamientos del país y la cabecera municipal de Saltillo tampoco se escapa de ello.

            De una manera clandestina y sin ninguna autorización por las autoridades municipales muchas escuelas públicas y privadas contribuyen al fomento de los malos hábitos de los miles de conductores que piensan que están en lo correcto, cada vez que dichas instituciones ofrecen y fomentan el clandestinaje del Operativo Carrusel, causando embotellamientos, discusiones entre conductores, y el incremento de tráfico en los diferentes sectores de la capital de Coahuila y seguramente en muchas otras localidades del país, haciéndose esto como algo más cotidiano, común y normal.

            Pero ante la apatía de los agentes de tránsito, y nula presencia muy a pesar de que existen suficientes elementos de tránsito y parque vehicular para lo mismo; ha hecho que diferentes instituciones educativas provoquen no solamente exceso de tráfico, sino ponen en riesgo tanto a peatones y otros conductores a que sufran accidentes.

            No se sabe con certeza si la ausencia de elementos de tránsito es deliberadamente o no, porque sería incongruente la presencia de autoridades de tránsito cuando este tipo de operativos no existen dentro del Reglamento de Tránsito y Transporte para el Municipio de Saltillo, Coahuila de Zaragoza; y dudo mucho que venga en algún otro reglamento en el resto del país.

            Pero lo peor de todo es que saben que existen estos carruseles en las escuelas públicas y privadas, pero prefieren la miopía de las autoridades municipales, principalmente Seguridad Pública, ya que esto causaría un enojo por parte de los conductores tanto a los que van dejar a sus hijos a las escuelas como también quienes recogen a los mismos en la salida del turno escolar.

            El caso hipotético de que existiera un autoridad municipal, ya sea policía o tránsito apoyando este tipo de carruseles escolares, ellos mismos estarían pisoteando el mismo reglamento ya que en ninguna parte del mismo viene estipulado la palabra “carrusel”, es decir, no existe tal cosa, más que aquellos llamados como Operativo Carrusel que tiene una función en específico como lo mencioné en un principio y totalmente diferente a los propósitos de las instituciones escolares que fomentan dicho carrusel escolar a los padres de familia sin tener un permiso por parte de ninguna autoridad municipal.

            Aunque si sería bueno hacer respetar los reglamentos y más cuando se trata de tránsito porque los mismos conductores han hecho equivocadamente las malas conductas del manejo y cotidiano como si fuera algo de estar dentro del marco de sus derechos como conductores.

            Pero solo para que se den un pequeño quemón, dentro de la ignorancia y apatía de los agentes de tránsito en su mismo Reglamento de Tránsito, en su Artículo 125 fracción VII “Abstenerse de entorpecer la circulación o que, debido a sus dimensiones, pongan en riesgo la circulación de vehículos o peatones, por tanto, deberá de estacionarse en una vía más amplia”, esto sucede muy frecuente con los famosos vehículos denominados “mamás móviles”.

            También en el mismo reglamento en su capitulo de Lugares Prohibidos para Estacionarse en su Artículo 126, Se prohíbe estacionarse un vehículo: fracción II “En más de una fila”, fracción VI “En las vías de circulación continua…”; fracción VII “En lugares donde se obstruya la visibilidad de señales de tránsito a los demás conductores”, esto muy frecuente en esas largas filas que dan vuelta en cuadras en el carrusel escolar, hasta el grado de invadir áreas de cruce y rampas de acceso que vienen contemplado en la fracción XII y XIV “Frente a rampas de acceso a la banqueta para personas con discapacidad”, también es muy frecuente aquellos conductores y conductoras que se estacionan en sentido contrario siendo esto prohibido en la fracción XV, falta mencionar la fracción XX “en áreas que expresamente se determinen por más tiempo del permitido” y XXIV “Sobre la ciclovías en forma total o parcial”. En pocas palabras el carrusel escolar no existe o figura dentro de un Reglamento de Tránsito, sino es algo clandestino e ilegal que fomentan las mismas escuelas y les hace segunda los conductores ignorantes o abusivos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018) www.intersip.org

Deja un comentario